10. Gruñido

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Shen Yuan, se mantuvo con un rostro sereno para ocultar su creciente inquietud, pues cada vez se topaba con más pares de ojos curiosos que lo seguían en su camino.

Los discípulos de Bai Zhan eran muy buenos en el combate, pero malos ocultándose, así que el joven omega podía percibir las miradas en su espalda cuando "no había nadie".

Se sentía como una atracción de circo, ¿es que nunca recibían visitas?, ¿ellos no salían e interactuaban con otras personas? Por un lado quería apresurar el paso para encontrarse con Liu Huang, por otro quería que el camino fuera más largo para no enfrentar la bola de nervios que enterró en el fondo de su estómago.

La plática con Zhou Kuo, un shidi de Liu Huang, lo distraía por momentos. Estaba muy agradecido de encontrarse con estos dos shidis, aunque el otro joven casi no intercambió palabras con ellos, al menos le ayudó a que no tuviera que pasar todo ese camino en solitario, como si se enfrentara alguna clase de juicio.

Al llegar a un punto donde, Shen Yuan, ya no podía avanzar sin el permiso del Shizun de los jóvenes, Zhou Kuo se ofreció en buscar a Liu Huang, por lo cual Lu Gao se quedó al cuidado del discípulo de Qing Jing.


Antes de pasar su encierro debido a su celo, Liu Huang quería entrenar un poco más, es por ello que en esos momentos se encontraba practicando con algunos shixiongs y shijies. La mayoría de los preparativos estaban listos, además de que ya se había encargado de enviarle una carta a Shen Yuan con la razón del por qué lo vería hasta dentro de tres semanas.

Esperaba que la carta fuera suficiente, por lo general era muy burdo con las palabras, sin embargo su prometido era muy listo, pensó que con una breve explicación comprendiera que sería lo mejor para los dos.

Si por él fuera, pasaría la mayoría de los días previos a su celo al lado de Shen Yuan, no obstante los discípulos de Qian Cao fueron muy claros al respecto: se encontraba en un estado "volátil", la causa no era muy clara, pero si entraba en contacto con alguna feromona compatible a él podía inducirlo en celo antes de tiempo. También era más inestable en sus emociones, por lo cual prefirió mantenerse alejado del omega hasta que pasara ese estado.

Debido a ello no esperó que Zhou Kuo le anunciara que Shen Yuan se encontraba esperándolo cerca del campo de entrenamiento principal, tampoco que al llegar viera como la mayoría de sus hermanos marciales se hallaran ocultos observando al omega. Pero lo que derramó el vaso fue verlo reír junto a Lu Gao, como si pasara el mejor tiempo del mundo.

La sonrisa de Shen Yuan, un pinchazo en su brazo izquierdo y un rugido fue lo último en lo que pudo percatarse antes de que todo se volviera rojo.

Más allá de una florDonde viven las historias. Descúbrelo ahora