Natalia: Mamá, son las diez menos cuarto. No llego.
No había desayunado todavía, solo me había duchado.
Coloqué los mechones de mi pelo detrás de mis orejas.
Me quedé mirando las galletas que tenia en frente con cara de concentración.
Cogí las galletas de dos en dos y comencé a comerlas con rapidez.
Odiaba comer así, pero es lo que hay cuando llegas tarde... Prefería saborear bien el sabor, pero hoy no podría ser...
Una sonora carcajada me hizo girarme con la boca llena hasta reventar.
Antoine: Estás fatal, te vas a ahogar -Dijo sin parar de reír.
Le miré con cara de "morirás" y me giré.
Tragué un trago de leche fría y subí corriendo a lavarme los dientes.
Cogí mis cosas y bajé.
Natalia: Buenos días Antoine.
Rió y se acercó a mí.
Natalia: No te rías, no quería llegar tarde...
Antoine: Ya lo se.
Se acercó a mí y besó mi mejilla.
Natalia: Vámonos, que es tarde.
Antoine asintió y fuimos al coche.
Ya estábamos de camino cuando mi móvil sonó.
Conversación Telefónica.
Natalia: ¡Mario!
Mario: Naatt, ¿que tal con Antoine?
Natalia: Sí, estoy llendo al partido benéfico con Antoine. -Dije para que entendiera que no podía hablar de eso en ese momento.
Mario: Bien bien, ya me contarás.
Natalia: Claro.
Mario: Hablamos luego, te quiero.
Natalia: Valee, y yo feo.
Colgué.
Natalia: Anto, ¿falta mucho?
Antoine: No.
Natalia: Perfecto.
Antoine: Una cosa...
Natalia: Dime.
Antoine: ¿Tendrías algo con Mario?
Natalia: No. Ya lo sabes.
Paró el coche.
Antoine: Te quiero.
Me quedé quieta.
Se acercó a mí lentamente.
Juntó sus labios con los míos en un tierno beso.
Se separó y se quedó mirando al suelo.
Acaricié su mejilla.Natalia: Yo también te quiero Antoine. Y ahora vamos, que llegamos tarde.
Me dedicó una pequeña sonrisa y salió del coche.
Salí detrás de él.
Entró dentro y vi a Nando.
Me acerqué a hablar con él.
Unos fotografos nos hicieron unas fotos a Fernando y a mí.
Empezó el partido.
Estaba atontadisima mirando a Antoine.
Cuando acabó me acerqué a él.
Natalia: Cómo siempre, muy bien jugado.
Antoine: Cómo siempre, queriéndote tanto.
Me quedé mirándole a los ojos.
Algo dentro de mí me decía que lo estaba diciendo de verdad, que no me metía, pero siempre tenía esa duda...
No nos movíamos. Podríamos pasarnos horas mirándonos y no cansarnos.
Un reportero le llamó, por lo que él besó mi mejilla y se fue a hablar con él.
Me metí dentro absorta en mis pensamientos.
Estaba mirando mis conversaciones de WhatsApp cuándo sentí un susurro en mi oído.
Antoine: ¿Nos vamos?
Me giré dejando nuestros labios muy cerca.
Natalia: Sí.
Nos metimos al coche.
Antoine: Te dejo en casa.
Natalia: Valee.
Antoine: ¿Has estado con Fernando?
Natalia: Claro, nos han hecho fotos y todo. -Dije riendo.
Antoine: Es que yo no he hablado casi con él...
Un frenazo me hizo caer hace adelante.
Natalia: Anto, ¿que haces?
Antoine: Me estoy mareando...
Me desaté el cinturón y me acerqué a él que tenía los ojos cerrados y la cabeza apoyada en el respaldo.
Natalia: Tranquilo.
No contestó. Me estaba asustando.
Acaricié su barbilla esperando una reacción y nada. Solo un suspiro salió de su boca.
Natalia: Antoine, ¿que sientes exactamente? Me estás asustando...
Puso su mano en mi rodilla, y levantó la cabeza.
Antoine: Todo se mueve, y me duele la cabeza... No será nada, tranquila.
Apartó como pudo el coche de la carretera.
Natalia: Ven, vamos fuera y tomas el aire.
Antoine: Vale.
Natalia: Espera.
Salí y fui a abrirle la puerta a Antoine.
Le cogí las manos y le ayudé a levantarse.
Habíamos salido a una especie de descampado, habíamos ido a las afueras...
Me senté en el suelo y Antoine hizo lo mismo.
Le tumbé sobre mis piernas.
Natalia: Descansa un poco Anto.
Antoine: Gracias pequeña.
Mi mano acariciaba su mejilla con suavidad.
Abrió los ojos.
Antoine: Ya me siento mejor.
Pegué mis labios en los sullos hundiéndonos en un largo beso.
¡Perdón por subir tan tarde!
He estado en el hospital, me han tenido que dar puntos...
¡Lo siento mucho!
Besos y muchísimas gracias por leer ❤
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Un sueño a tu lado (Antoine Griezmann)
Lãng mạnTodo empezó por casualidad, y se terminaría convirtiendo en un sueño hecho realidad. Apunto de cumplir los 18, me regalaron un viaje a Madrid, para conocer el Vicente Calderón, ya que vivía en Bilbao, y era del Atlético De Madrid.