Cuando la luz conoce a la oscuridad

Capítulo 7: La apariencia no es la misma

Después de aquel horrible suceso, Xiao Zhan decidió que la niña se quedara en su hogar hasta saber quién era y poder devolverla a casa. Dio instrucciones necesarias para que la niña obtuviera un baño, comida y una habitación. Él la visitaría más tarde.

Una vez llegó a su estudio se encerró y pensó en lo ocurrido.

-¿Por qué esto me suena tanto? -Trató de pensar en esa situación y cayó en cuenta de quién podría ser aquella niña. -¿Feng Yan Li? -Negó con la cabeza. -No puede ser...

Alguien abrió la puerta con cuidado. Era Luo Su.

-Mi señor, la niña ya está bañada y ahora está cenando.

-De acuerdo... -Dijo pensativo. -¿Te ha dicho el nombre?

-No, ella no quiere hablar conmigo. -Se apenó y tuvo miedo a las represalias de su señor.

Él suspiró con resignación.

-Está bien, déjala descansar. Mañana iré a verla. -Comentó y le dejó marchar.

Esperó que ella se marchara para seguir sus pensamientos en alto.

-Si ella es Feng Yan Li, debería alejarla de mí. -Murmuró. -Dársela a los cielos para que ellos se encarguen y no sufra el destino que tuvo por enamorarse de Song Qi Yue.

Alguien volvió abrir la puerta de su despacho y cuando se dio la vuelta para ver una figura pequeña observándolo. Él se preguntaba si ella le había escuchado.

-Buenas noches pequeña... -Se arrodilló y le ofreció la mano. -¿Tienes nombre?

Ella asintió con la cabeza en forma de afirmación.

-¿Quieres compartirlo conmigo?, ¿o prefieres que te llame "pequeña"? -Sonó divertido.

A ella le hizo gracia y sonrió. Le dio la mano.

-Yan Li... -Dijo en bajito y le señaló a él. -¿Y vos?

Xiao Zhan se quedó sin habla unos cuantos segundos, después reaccionó. La cogió con los dos brazos.

-Yo soy Xia... digo Song Qi Yue. -Casi la caga con el nombre. -¿No deberías dormir? -Preguntó él.

-Tengo miedo... -Le reveló la pequeña Yan Li.

-Tranquila, te llevaré a tu habitación y te contaré un cuento. -La llevó en brazos hasta su habitación.

Después un par de cuentos, Yan Li se quedó profundamente dormida. Xiao Zhan sonrió y acarició el pelo de la chiquilla.

-No puedo quedarme contigo, sería muy peligroso para ti... -Dijo en un susurro. -Además... -Pensó en la sonrisa de una persona que extrañaba.

Movió su cabeza en forma de negación, besó la frente de aquella adorable niña y salió a su habitación a intentar descansar.

Mientras intentaba dormir tuvo una parálisis del sueño.

-Lo que me faltaba. -Intentó regular su respiración.

De repente escuchó una voz familiar. Y obviamente le era familiar ya que era la suya, pero tenía algo diferente.

-Xiao Zhan, no puedes escapar de nuestro destino. Tienes que cuidar de Feng Yan Li.

No supo cuánto tiempo estuvo así y se despertó cuando la pequeña Yan Li estaba sentada al pie de su cama observándolo.

-Buenos días dàgē... -Sonrió la niña sosteniendo al gatito.

Él la observó por un buen rato y sonrió. Al parecer no se la podría quitar de encima por mucho que lo intentara. Bueno, tampoco es que lo haya intentado tanto. La acababa de rescatar hace unas horas.