Una de las tardes que Yan Li había salido con una de las guardianas del rey demonio, escucharon unas personas decir que la guerra estaba por llegar a la ciudad.
-Shūshu (tío, la forma coloquial de llamar a una persona de mayor edad, unos 20 años mayor), ¿qué está pasando?
El hombre se acercó a la mesa de las dos mujeres.
-Señorita, debería volver a casa. -Dijo el hombre. -Las cosas se están poniendo feas. Los guerreros celestiales están buscando a una joven raptada por un rey demonio al que nadie ha visto el rostro.
Feng Yan Li sabía que estaban buscando a su dàgē para hacerle daño. Ella no lo permitiría por nada del mundo. Tampoco quería que nadie de la secta que la crió sufriera daño alguno, aunque la caza de los demonios ya había comenzado.
Song Qi Yue se reunión en secreto con varias facciones demoníacas para frenar los ataques, pero el bombardeo de los celestiales y de los humanos, empeoraba todo.
Feng Yan Li decidió que era hora de enfrentar su destino. Le escribió una carta a su dàgē, agradeciendo todo el cariño y cuidado que ha tenido para ella desde que la recogió. Era hora de que ella le devolviera el favor deteniendo el ataque a su gente.
Ella se presentó en medio de una matanza entre los inmortales celestiales y las facciones demoníacas.
-¡Basta ya! -Ella estaba cubierta con una capa que llevaba capucha cubriendo su rostro. -Soy Feng Yan Li, hija del emperador del reino mortal Feng Jian. -Se puso la mano en la capucha. -Me entregaré siempre y cuando se detenga esta matanza.
Todos los presentes estaban pendientes de saber quién era aquella mujer que estaba gritando. El emperador mortal se iba acercando y ella reconoció a su padre, sonrió muchísimo al verlo. De pronto, ella se quitó la capucha, revelando así su identidad.
-¡¡Es ella!! -Gritó el emperador mortal. -Es mi hija.
¿Y cómo lo sabía? Muy fácil, ella era el vivo retrato de su madre fallecida.
-¡Traed a la princesa! -Gritó el emperador.
Al escuchar eso, el príncipe que sería su marido también volteó a mirar. Era un hombre alto, de buen ver, de rasgos maduros, sin llegar a anciano y con el pelo blanco. Bajó de su corsel y también fue al encuentro de la princesa.
-Ven conmigo Feng Yan Li. -Dijo aquel hombre celestial ofreciéndole la mano.
A ella le pareció muy guapo aquel ser divino, pero no pudo evitar acordarse de su salvador y persona importante durante estos 10 años.
-¿Vamos? -Volvió a insistir aquel hombre.
Una ráfaga de viento se sintió durante unos minutos. Yan Li sabía quién era, pues era la misma sensación que tenía cada vez que él llegaba sorpresivamente. A su vista apareció Song Qi Yue que vestido con su armadura de lucha y su máscara, avanzaba mientras los otros miraban.
Feng Yan Li detuvo sus pasos para observarlo, aunque no veía su cara, ella sabía que tras esa máscara de hierro estaba él.
-Yue dàgē... -Fue lo único que alcanzó a decir.
-Te vas a sin despedirte... -Sonó un poco indiferente. -Han sido 10 años, al menos me merezco un abrazo de despedida, ¿no?
El prometido de la princesa lo miró con rabia.
-Tú.... ¡Muéstrate! -Empezó a avanzar con paso lento, pero seguro.
Yan Li se acercó al rey demonio y lo abrazó fuerte. Todos los presentes se quedaron atontados viendo la escena.
-Lo siento, sé que debí decirlo. -Ella estaba nerviosa. A través de la máscara apenas podía distinguir si él estaba triste o enfadado.
-Fui yo el que no quiso que te quedaras más, es hora de volver a casa pequeña Feng. -Acarició su espalda.
Song Qi Yue posó una de sus manos en el brazo de Yan Li y le puso una pulsera de perlas de luna.
-Si me necesitas, esto me avisará. -Le susurró antes que el prometido de la muchacha llegara.
Una vez que el prometido de Feng Yan Li llegó a su lado, el rey demonio se apartó de ella.
-Cuídala. -Dijo Song Qi Yue acercándose al oído del ser celestial. -Tian Bai, si le pasa algo, no descansaré hasta ver reducido a cenizas a tu clan.
-Tú... -Fue lo único que dijo Tian Bai, que era el nombre del prometido de Feng Yan Li.
Antes que él pudiera dar órdenes para capturar al demonio, éste desapareció así como vino. Feng Yan Li estaba muy triste por lo que acababa de pasar. Había dicho adiós a su protector, pero el sentimiento que sentía era mucho más profundo que eso.
A partir de ese momento, ella fue reunida brevemente con su familia y luego, la llevaron al reino celestial para que aprendiera como debe comportarse una dama casada con el ser celestial.
Está demás decir que ella sufrió mucho en el reino celestial. Nadie quería a una mujer criada por unos demonios.
Todas las noches Feng Yan Li hablaba con su pulsera, contándole lo mucho que ella extrañaba la cueva demonio, donde había vivido por 10 años. Extrañaba a todos ahí, sobre todo a su dàgē.
¿Él la escuchaba? Claro que sí, pero debido a que tenía que dirigir su reino no hizo nada. Además, él sabía que una princesa mortal y un demonio como él, no podrían estar juntos debido a que ella se terminaría casando con un celestial.
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Cuando la luz conoce a la oscuridad
FanfictionUn libro de leyenda será transcrito para una serie. Convertido ya en un guión, éste lo puede cambiar absolutamente todo. Sino, que se lo digan a Xiao Zhan y la escritora original de la novela en que se basa el drama. Sus almas transmigrarán al mundo...