Capítulo 23: La aldea demonio

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Pasaron unos días y todo parecía tranquilo en los tres reinos. Song Qi Yue estaba reunido con los miembros de su corte para discutir ciertos problemas a resolver. De pronto, uno de los sirvientes entró corriendo a la enorme sala en la que se encontraban todos. El rey demonio solo lo miró con mala cara esperando a que se explique la interrupción.

-Mi señor, es urgente... -Le comentó el sirviente en el oído.

Song Qi Yue volvió a mirar a su súbdito y luego se levantó.

-Ahora vuelvo, la pequeña Su dirigirá la reunión hasta que yo venga. -Miró a su mano derecha y le cedió el puesto. -No quiero ninguna queja.

Todos los generales, personas importantes de los reinos del Sur y Oeste hicieron una reverencia y acataron sus órdenes. Luo Su estaba nerviosa, pero logró presentar las nuevas modificaciones que el rey demonio quería y mucho más.

Una vez llegados a su despacho, el rey demonio se sentó y miró a su siervo.

-Bueno, dime ¿qué es tan importante para interrumpir la reunión de tu señor?

-Mi señor...-Se puso de rodillas. -Siento mucho molestar, pero es vital que sepáis lo que está pasando.

Song Qi Yue le hizo un gesto para que continuara.

-Los humanos han empezado a atacar los poblados de nuestros reinos, los más alejados.

Los ojos de Song Qi Yue se oscurecieron y miró a aquel hombrecillo que le daba las malas noticias.

-Ya habían tardado en actuar... -Comentó él mientras acariciaba la pluma que tenía para escribir. -No se lo digas a nadie... iré yo mismo a comprobar lo que dices.

-Señor, es muy peligroso que vayáis....

Qi Yue se levantó para arreglarse un poco y se dirigió donde estaba su sirviente, le tocó el hombro y se acercó a su oído.

-Ni una sola palabra a la princesa Yan Li, ¿me has entendido? -Dijo con voz baja y profunda.

El siervo solo asintió con la cabeza.

-Bien, puedes marcharte...

Aunque el plan de Song Qi Yue era que Feng Yan Li no se enterara de las cosas, ella había oído hablar al sirviente mientras se lo decía a uno de los guardias. Yan Li estaba bastante asustada por las represalias de los humanos contra los ciudadanos del reino demoníaco. Éstos eran inocentes y nunca hacían daño a nadie. Ella los conocía muy bien porque creció en ese reino y no estaba dispuesta a dejar que nada malo les pasara.

Ella estaba preparando un poco de ropa cuando las puertas de su habitación se abrieron a la par, ahí estaba Song Qi Yue. Entró elegantemente y observó a Yan Li quien estaba un poco flipando con su entrada.

-Yue gēge, ¿qué te trae por aquí? -Preguntó ella.

Él observó que ella estaba un poco nerviosa y luego sus ojos se posaron en una pequeña maleta que salía debajo de la cama de la princesa.

-¿Qué estás haciendo pequeña Yan Li? -Preguntó curioso.

Ella estaba un poco sorprendida, pero luego cambió de semblante a uno más relajado.

-Llevaré esta ropa a la gente... -Respondió ella.

-Sabes que eso lo puede hacer cualquiera de los criados, ¿verdad? -Le recordó él. -No me me mientas... -Sonrió un poco. -Yo sé cuando lo haces.

Yan Li solo asintió y suspiró, ella sabía perfectamente que no podía mentirle. Después hubo un silencio incómodo, pero Song Qi Yue sonrió de nuevo y se acercó más a la princesa. Luego la atrajo a sus brazos y ella le correspondió.

Cuando la luz conoce a la oscuridadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora