Bañera

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—  Mueve

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—  Mueve.. esas caderas... Amor—

El agua hace sonidos obscenos cuando nuestra piel se junta, hace tiempo que esta fría sin embargo el calor corporal de ambos hace que el vapor se espanta por todo el cuarto de baño.
Mis caderas dieron movimientos circulares, podía sentir ese miembro abriendo paso cada que daba pequeños saltos.

— ¿Así?... ¿Lo hago bien...?—

— Si... Mierda tu siempre lo haces... Bien—

Sonreí sintiendo los labios de Edward sobre mi pecho, mordiendo y succionando, dejando pequeñas marcas de amor, me emociona el hecho que pronto podré verlas. Mis manos resbalan al intentar tocar la piel del otro, ambos húmedos dentro de aquella bañera humeante.
Comencé a dar saltos en busca de más de contacto, en busca de sentirlo más a fondo, Edward me impulsa con sus manos calientes en mis caderas, moviendo estás al compás de mis movimientos, mi garganta arde debido a demasiados gemidos, está posición es la correcta, puedo alcanzar más ese punto dentro de mi, como ahora.

Mi cuerpo temblando involuntario, intentando cerrar mis piernas, mi cabeza dió vueltas y el cosquilleo en mi pelvis me hizo jadear por aire, había tocado ese punto tan placentero, comencé a moverme con más fuerza intentando buscar ese lugar de nuevo, el agua salpica toda la habitación debido a mis saltos, puedo sentir un poco de agua entrar cada que doy un salto, lubricado mi entrada dando más acceso a el miembro de Edward.

— Edward.... Oh tocame...  Hazlo...—

Tras mis gemidos, mi miembro fue tocado, bombeando con fuerza al igual que mis embestidas, el placer inundó mi cuerpo de forma relámpago, Gemi por más, necesito más.

Mis piernas cedieron, habían estado en esa posición por demaciado tiempo, la última ola de placer germinaron con mis piernas y cabeza.

— Estoy... Cansado—

— ¿Te ayudo bebé?  —

Asentí sintiendo el sudor y agua escurrir por mi cabello, las manos ardientes sujetaron mis caderas con fuerza, comenzando a moverlas arriba y abajo de forma realmente rápida... Miles de sedaciones satisfactorias llegaron a mi cuerpo, mis ojos lograron voltearse, mi cuerpo se contrajo con temblores al compas de mi frente caer a el hombro de Edward, intentando respirar, el vapor en mis pulmones me sofoca cada vez más, las vibraciones en mi vientre bajo indicando que pronto terminaré, no quiero hacerlo, esto se siente muy bien, al sentir una nueva ola de placer encaje mis dientes en la piel de el hombro, escuche un gruñido fuerte antes de una embestida con la misma fuerza, dejándome sin aliento de inmediato.

— Quiero... Sentirte siempre....—

Sonreí a duras penas por lo dicho antes de sentir las olas de placer llegar justo después de tocar el punto dentro de mi, no podía soportar más, las sensaciones son muy intensas, y el calor en esta habitación arde como fuego, el látex comienza a sentirse incómodo a medida de los movimientos que hacemos.

Así que cerré mi ojos, tome mi miembro y di una gran embestidas, creando que me corriese sobre nuestros pechos. Mi cuerpo no dudo en temblar, haciendo que gritara debido a el mayor placer, mi cuerpo se contrajo y fue ahí que sentí a Edward terminar dentro, con un estúpido condón pero lo hizo.

— .... Fue... Genial... —

Jadeo por aire cada que hablo, sintiendo mis músculos contraerse debido a el anterior orgasmo.

— tu... Lo haces genial...—

Sonreí sacado el miembro de Edward, puedo sentir la sustancia caliente y viscosa atrapada dentro de aquel látex.

— voy... Voy a quitarmelo...— asentí haciendome un lado, comencé a tocar los costados de la bañera, encontrando la llave de agua caliente, lo sé por qué es más cálida que la otra llave, la gire comenzando a llenarse de nuevo, solté un suspiro al sentir el agua pasar por mi miembro.

— Uhmm... Edward besame—

Ahora que tenemos sexo, nunca nos besamos durante este, tal vez Edward quiere escucharme gemir o solo lo olvidamos.

Sentí esas manos húmedas tocar mis mejillas, acercandome a sus labios, iniciando un beso perezoso, sin lenguas, sin prisa, solo nuestros labios moviéndose con lentitud, amo demasiado estar de esta forma, amo demasiado ser amado, tal vez yo no amo a Edward, pero solo es cuestión de tiempo para que lo haga, en verdad me encanta como es, como siempre cuida de mi, sabe mis límites y los diferentes tipos de sonidos que hago cuando estoy molesto, Edward es alguien que conoce todo de mi, que se a convertido en alguien especial para mí, si algo le ocurre me afectaría bastante.

— Sonríes... Me gusta—

Murmuro en el beso, es imposible no sonreír si tengo alguien perfecto besando mis labios con amor.

— Estoy.... Feliz—

Murmure pasando mis brazos por sus hombros, sentir la piel húmeda de Edward hace que todo se sienta íntimo, nuestras pieles se tocan y no en el sexo.

— uhm... ¿Por qué?—

Me separé de sus labios solo para tomar su rostro, quiero verlo, Necesito saber cómo es el hombre que desprende tanto amor hacia mi.

— Por qué siento tu amor, me gusta sentir que alguien me ama—

— Uhm... Pues te amo, te adoro y sentirás eso mismo hasta que la parca me lleve—

Promete amor eterno, algo que me encanta pero a su vez me asusta, hasta que el muera, Edward es Mafioso, tiene enemigos que lo quieren muerto, no se que pase conmigo si algun día muere, no quiero ni pensarlo.

— Me gustas mucho, mucho—

— me encanta que te enamores de mi sin siquiera conocer mi rostro —

Sonreí llevando mi mano a su pecho, sintiendo bajo este palpitar.

— es más importante esto—

— Eres la razón por la que late mi corazón—

— Lo se, y me encanta —

Ojos de placerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora