Señor Park (PJM)

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Solo para ti reina 👑 FaTyChik  ¿traes cubeta?, si la olvidaste ve por un trapeador💦

Este la veía con malicia mientras las temblorosas manos de la joven tomaban la pluma para firmar, ¡todo lo que podría hacer con ella!, suspiró absorbiendo ese olor frutal que esta portaba.

Park Jimin tenía gustos peculiares.

Quien viera al hombre de mirada y sonrisa tierna no creyera que este porta una cantidad considerable de perversidad. Le gustan las mujeres divorciadas, de esas que los ex-maridos ya tenían olvidadas, esas hurgidas de sexo y placer.

No le gustaban la virgenes y temblorosas chicas inexpertas, le gustaban esas que se creían saberlo todo por estar ya enteradas en edad y entonces así demostrarle que no sabían absolutamente nada del placer.

Faty la joven que estaba frente a él se había casado apenas el año pasado, esta apenas había consumado la unión, su marido tenía otros gustos y con apenas tocarla esa noche creyó que conseguiría un heredero.

Esta molesta se vio a sí misma aceptando el contrato que este le ofrecía, sexo. Pero no solo sexo, el sexo más intenso que era capaz de recibir.

Lo haría como venganza a su marido.

Esta no sabía porque firmar un tan extenso contrato cuando ya podrían estar entre las sábanas, pero sorpresa se llevaría esta.

Firmó.

El señor Park sonrió más ampliamente. No solía comenzar el mismo día que firmaba, pero la deseaba justo ahí. Y como se tenía a sí mismo prohibido consumar dentro de su apartamento tecleó su teléfono para pedir la habitación que suele usar.

La mujer firmó y este se puso de pie para tomar los documentos, los colocó bajo llave y volvió hasta la expectante mujer.

-Las manos sobre el descansabrazos- dijo con la voz más estremecedora de la que era capaz, la mujer lo hizo. Este giró su cuerpo con la silla giratoria y se arrodilló frente a ella, sonrió burlón.

Tomó algo de su bolsillo y adentró su mano entre la falda de la mujer, la miró con tal intensidad que la hizo estremecer, esta sintió uno de los dedos del mayor inmiscuirse dentro suyo y gimió de puro placer, este negó por la falta de respeto.

La mujer sintió algo abrirse paso dentro de ella y abrió la boca para hablar. -Me llamarás Señor Park y solo abrirás la boca cuando yo lo ordene- dijo mirándola fijamente.

Luego de eso esta no fue capaz de realizar otra acción más que asentir, se subió a su auto y siguió el auto del mayor por la autopista, llegaron a un lujoso y caro hotel a las afueras de Seúl, esta nunca lo había visitado.

Comenzó a sentir un cosquilleo en su zona íntima, se sentía estimulada.

Subieron ambos y apenas llegaron al piso un joven con insignia en el pecho le entregó la llave del cuarto. Se marchó luego de eso.

Ambos entraron en la habitación y entonces notó la joven el maletín que este llevaba en sus manos. ¿Acaso debía firmar algo más? Pensó tontamente la joven. No havñbia sido capaz de atender mucho de su alrededor ya que el cosquilleo de su entrepierna se lo impedía.

Este colocó un pequeño trozo de tela sobre las manos de la joven mujer y le mandó a cambiarse, cuando la chica regresó encontró al mayor con la camisa abierta, el pantalón caía sobre su cadera ya que había quitado el botón, pies descalzos.

La joven solo llevaba una tanga totalmente transparente, solo eso. La recorrió con la mirada y se tomó su tiempo.

-Necesitas una palabra de seguridad.- está no respondía. -Lo que sea que estes pensando.

-Dulce- el mayor sonrío por lo absurdo que era, pero esta no podía pensar en nada más que en esos carnosos labios que aún no probaba y que juraba eran dulces como la miel.

Esta lo vio tomar el maletín y sacar unas cuerdas, tembló. El mayor se acercó a ella con sonrisa burlesca.

Este la rodeó con la mayor calma de la que era capaz, la paseó por debajo de sus senos, por su cadera, su cintura, entre sus muslos, cada uno de ellos. Luego por su cuello.

Para finalizar se acercó nuevamente a su maletín, sacó dos pares de esposas, tenían cadenas, colocó ambas en cada muñeca. -Recuéstate,- la vio intentarlo sobre su espalda y negó -Sobre esas hermosas tetas monada- esta lo hizo.

Le indicó flexionar sus rodillas y apresó igualmente sus tobillos con estas, luego sujetó el final de la cuerda cual se encontraba en su cuello y la sostuvo de estas, dejando así a la chica de rodillas abierta de piernas, manos sobre su espaldas y cuello erguido.

Hizo a un lado la tela y paseo uno de sus dedos por su entrada y sonrió. Siempre lubricaban de más cuando las amarraba. Estaba lista, pero él la haría desmayarse de placer. Retiró el pequeño amigo que la había visitado.

Busco un dildo y lo encendió, lo frotó contra la piel de su trasero y esta se estremeció entera, luego lo paseó entre sus muslos internos ganando un sonoro gemido del la mujer.

Rosó su entrada pero su objetivo era su clitoris, cuando llegó a él esta se dejó caer contra la cama, pero quedó aún más expuesta. La posición en la que estaba no la dejaría moverse más que eso.

Lo movía y frotaba de forma tortuosa mientras que esta se dedicaba a gemir por la estimulación. El orgasmo llegó a ella aún sin ser penetrada.

Este no se detuvo, continuó estimulándola aún con los de espasmos que sufría y adentró el artefacto en ella y las sábanas acallaron su ruidosa boca.

Comenzó a entrar y sacar de manera frenética el dildo y esta mordía las sábanas tratando así de sostenerse de algo.

Era inútil

Dejó salir todo el aire que tenía retenido cuando su segundo orgasmo la azotó de manera tan fuerte que se sintió desfallecer.

Eso complació al hombre que se encontraba detrás observando el hinchado y chorreante coño de la mujer.

Retiró el dildo de su interior y comenzó a esparcir sus fluidos por su trasero, luego lo encendió nuevamente y comenzó a flotarlo de manera lenta, llevó sus dedos a la entrada de la mujer y la estimulaba aún más con estos mientras que el aparato se encontraba rosándola desde atrás.

Adentró la punta cuando esta estuvo lo suficientemente preparada, chilló.

Luego adentró un poco más y más y cuando la mitad de este estuvo dentro de la entrada trasera de la mujer este se retiró de la posición en la que estaba.

Se deshizo de la ropa quedando totalmente desnudo, su pálida piel comparada con la perlada de la mujer por el sudor contrastaban perfectamente.

El dildo continuaba vibrando dentro de la mujer y la vio chorrear por tercera vez.

Era su momento

Lo retiró y se acomodó detrás de ella luego de haberse colocado el condon.

La ilusa pensaba que había acabado, no era así.

-No, dentente- No hizo caso. -¡Señor Park!- gimió cuando este entró en ella con la mayor brusquedad de la que era posible.

No iría lento, lo hizo duro y brusco desde el principio, esta no era capaz de hacer más que tratar de revolcarse de placer y vociferar que la soltara.

-Por favor- pedía, más este continuaba.

Adentró su dedo pulgar en su entrada trasera y esta llenó la cama, continuó embistiendo. -¡Por favor!- decía ella a punto del delirio. Este sonreía.

Esa no era su palabra de seguridad.





A beber lechita socia 💦
Regalito en la imagen🔥



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