HBD May May (JHS)

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Feliz cumpleaños mi querida May, pásala excelente, espero que te guste. No cambies nunca, eres maravillosa. 🥰

-¿Entendiste?- el paciente asintió pese a que no estaba de acuerdo con el hecho de no verla más.

Era su fisioterapeuta y este tenía un flechazo por la mujer, y quien no. Era hermosa.

Esta le explicaba sobre sus cuidados post tratamiento, ya que era esa su última sesión.

Se marchó y esta reorganizó todo antes de recibir su próximo paciente.

Era nuevo, lo que le causaba mucha emoción, pues esperaba que lograran llevarse bien como lo hacía con la mayoría de los jóvenes que trataba.

Cuando terminó de organizar y apenas tomando asiento la puerta fue tocada, era su secretaria avisando del nuevo paciente.

Abrió su expediente y entendió que quizás no la pasaría tan bien.

Cuando no fue este mismo quien entró por la puerta sino su padre-entrenador entendió que sería aún más difícil.

Jung Jonso habló con ella y solicitó el tratamiento a domicilio para su hijo. Esta no solía hacerlo con pacientes que no lo necesitaban, solo con personas que en efecto no podían trasladarse por la gravedad de su situación, pero al notar su expediente sicológico sí aceptó.

Jung Hoseok es un tenista, bueno. Era un tenista olímpico, lo había visto en las noticias por hacer pisado mal en una competencia amistosa y acabar con su tobillo destrozado, había dejado el tenis obviamente y por no aceptar las terapias ahora se encontraba caminando con bastón.

Su sicóloga no había avanzado mucho y esta cedió por el simple hecho de desear ayudarlo.

Tenía depresión probablemente, es decir. Quien no la tendría, era el mejor tenista de Korea un día y al siguiente debía dejar la profesión.

Cuando la joven mujer fue a la casa de este y conoció en persona al imponente tenista le quedó claro su estado, sería difícil.

...

May organizó todo de la mejor manera en su camioneta y emprendió camino hasta su destino, tenía dos meses trabajando con terapias para el ex tenista y a pesar de notar cambios en su pisada este no mostraba indicios de cambiar ese actuar temperamental y molesto que siempre tenía.

Este recibía las terapias los martes y sábados a las 8 de la noche, pues esta tenía otros pacientes, cuando su camioneta se averió en medio del desolado camino que conducía a la mansión del solitario hombre esta bufó con molestia.

Comenzó a llover

Su teléfono murió

Y esperaba fielmente que algún acecino serial saliera de los árboles y le encajara una hacha en la cabeza.

Lo pensó por unos minutos, nadie pararía por ahí, no tenía como comunicarse, el agua no parecía querer parar y ella moría de hambre.

Tampoco veía prudente solo no aparecer por la casa del hombre, no podía darle las terapias eso era claro, pero al menos si las razones del porque no podía.

También podía pedir un teléfono prestado para llamar a la grúa.

Intentó arrancar el coche una vez más y cuando no lo logró decidió abrir la puerta y salir corriendo como alma en pena.

¿Había sido buena idea?

La peor de todas, es decir. Si no moría de hipotermia la mataría Jason con su sierra eléctrica.

Comenzó a escuchar pisadas y corrió más rápido, no sabía si solo era parte de su imaginación o en verdad alguien o algo la seguía, pero cuando divisó la mansión a  lo lejos corrió con más prisa y golpeó la puerta como una condenada loca.

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