HBD Mi Señora

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Susana hermosa mía, feliz cumpleaños preciosa, pasa un día maravilloso e inolvidable con tus seres queridos, espero que te guste.

Segunda parte de Jugar en Equipo, 🔥👄

Las cosas se habían ido al demonio cuando Susana descubrió que quienes harían de sus jefes en la nueva compañía, eran quienes la habían usado tan maravillosamente bien aquella noche por medio de esa "casa de citas."

Su primer instinto fue renunciar, pero se le dijo que estos se habían negado a recibir la renuncia a menos de que no sea entregada por ella en mano de uno de estos.

En esa ocasión quien estaba en Korea era el menor, mala suya. Mierda que la cogió demasiado bien en su oficina, le dio la tarde libre incluso, las piernas le habían quedado temblorosas, la piel le ardía porque mierda que la había nalgueado duro, acabó sintiendo un pinchazo en su abdomen, uno que la hizo ir a emergencias, pues algo de sangre la alertó.

La cara se le cayó de la vergüenza cuando el médico dijo que tenía un leve desgarre por haber tenido sexo duro, y claro que así era.

Entonces hizo lo más estupido que podía hacer en ese momento, irse.

Empacó sus cosas y se fue de la cuidad, sabía que estos eran jugadores pero no que su instinto competitivo era tanto como para encontrarla a tan solo un mes.

Así que como ya no trabajaba para ellos estos no tenían como manipularla, creía ella. No sabe siquiera como acabó en Japón con ellos, viviendo con ellos.

La tenían como una reina, lo que ella mirara, deseara o pidiera era suyo. Lo que a ella le incomodaba era desaparecido y el trío de hombres solo pedía algo a cambio.

Sexo

Mucho sexo, demasiado como para ser sano. Aunque si se hace notar el hecho de que son tres y ella solo una, no es mucho. ¿O si?

El punto es que aunque su piel arda o sus orificios sean follados con la mayor fuerza posible esta lo disfruta. Demasiado

Tanto que en primera instancia tuvieron que mudarse del lujoso departamento donde la tenían, los vecinos eran algo metidos, la llevaron a una casa, más bien una mansión, amplía y retirada de la ciudad, con amplitud de jardines y un sin número de empleados.

Ese día era su cumpleaños, un 11 de agosto que pasaría sola pues estos no estaban en la ciudad y aunque le dijeron que saliera de compras o armara algún plan con un par de amigas que tenía, no lo hizo.

En cambio se envolvió en una manta y caminó hasta el salón de entretenimiento, encendió la televisión y luego de que la película elegida se pusiera más caliente de lo que su frío cuerpo podía manejar, decidió ir a su cuarto.

Se cambió con uno de los pequeños conjuntos en su poder, uno nuevo, quiso estrenar, el labial rojo tomó partido de sus labios y su perfume favorito se expandió por toda la habitación.

Tomó uno de los dildos que suelen dejar el trío de hombres cuando desean jugar con ella y se metió en la cama, bajo las sábanas.

Humedeció sus labios y encendió el artefacto, cuando las pequeñas vibraciones la desesperaron optó por subir la intensidad.

Cerró los ojos por puro disfrute y gimió. Maldito infierno que lo hizo, duro, grutal, animal.

Sintió las sábanas ser alejadas de su cuerpo con brusquedad y aquello la hizo abrir los ojos. Ahí estaban ellos, Namjoon el más alto llevaba un pastel en la mano, lo dejó sobre la mesa ratona mientras su dura mirada estaba sobre ella, los demás apenas lograban contenerse.

Cuando la vieron tener su orgasmo, porque mierda que no paró, continuó aquello hasta terminar bajo sus intensas miradas, el miembro de cada hombre en la habitación dio una dura sacudida.

El cinturón de SeokJin, el mayor, fue literalmente arrancado de su cuerpo hasta que se recostó sobre su cuerpo húmedo y sudoroso con ambas intimidades tocándose, poco le costó entrar en ella una vez rompió la parte interior de la pieza.

Giró ambos cuerpo y esta pensó que lo montaría, pero no era así, en cambio sintió el frío del lubricante en su trasero y al más alto acariciarla mientras que Jungkook, el menor, se hincaba sobre la cama para hacerla chupar.

Envolvió su pelo en su brazo tatuado antes de hacerla ir con todo contra el, llegando a la base de su miembro en la primera intromisión a la vez que el moreno rompía su carne.

Aquello la hizo flaquear pero el mayor fue más ágil y sujetó su cuerpo para mantenerla en su lugar.

-La señora de esta casa es una golosa- pronunció el menor mientras sus caderas iban demasiado rápido contra su boca, demasiado duro, demasiado bueno.

-Al parecer tampoco nos necesita para esto- se quejó el más alto de manera juguetona mientras nalgueaba tan duro su trasero que la hizo chillar y al mayor sentirla apretarlo.

-Nuestra señora masturbadora. ¿No somos suficientes?- compartió una rápida mirada con el más alto y mierda que los folló demasiado bien, duro.

-Lo son- dijo en un hilo de voz apartando su boca del miembro del menor pero este tomó su cuello con fuerza y la hizo volver a su labor haciéndola prácticamente atragantar cuando su segundo orgasmo le dió tan fuerte que su garganta prácticamente tragó el pene del menor, aquella acción lo hizo acabar duramente en su interior y los hilos de semen recorrerla.

El golpeteo constante de quienes estaban aún en su interior sumándole la sensibilidad que poseía su cuerpo en ese momento la hizo flaquear nuevamente y cuando el cálido líquido al que Susana estaba tan acostumbrada la llenó esta se dejó ir sobre estos sin siquiera notar como su tercer orgasmo la arropaba.

-Feliz cumpleaños nena- rieron con picardía al verla cerrar los ojos, -Levanta ese trasero, aún falta el pastel.

-Es de tres leche ¿no Hyung?

-Es de tres leche ¿no Hyung?

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