Asi no era (KTH)

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Feliz cumpleaños preciosa, espero que te guste.

-Ale, ¿podrías por favor apresurarte?, nos dejará el autobús.- regañó la pelinegra, su amiga continuaba colocando en su maleta cada short o top provocador que encontraba, ya se les hacía tarde.

Misi por su parte ya tenía todo listo desde el día anterior, era precavida, su amiga también. El problema con ella era que Min Yoongi iría al viaje de ex alumnos al que se dirigían. Esta babeaba por el cuando estaban en la universidad.

Era la primera vez que estas se unían a su antiguo grupo para pornerse al día y compartir. Ambas eran copropietarias de una empresa dedicada a la elaboración de postres, como apenas hace tres años la habían iniciado siempre estaban ocupadas, eran administradoras, preparaban los postres, manejaban las redes sociales y atendían a los clientes. Ahora su negocio era un poco más próspero, así que habían contratado personal para atender. Decidieron ir con su viejo grupo por insistencia de la rubia para esta ver si probaba suerte con su eterno crush.

Lo siento era que esta era tan tímida que apenas esté la saludaba salía corriendo como alma que lleva el diablo.

Misi era otra cosa, no era de interesarse en algún chico, incluso en la universidad decían que le gustaban las mujeres, no era así. Si hubo un chico que cursó el último semestre de la carrera con ellos, era muy apuesto, llevaba gafas, y siempre usaba camisetas blancas o negras, solía llevar el pelo un poco largo casi tapando sus ojos.

Lo recordaba demasiado bien para solo haberlo visto por los 6 últimos meses de universidad.

Cuando por fin su amiga decidió dejar solo un cuarto de su armario en casa tomaron el coche para  ir al punto de encuentro donde se suponen tomarán el autobús que los llevaría a la casa de la montaña.

Habían alquilado una casa bastante amplia, 15 habitaciónes, según el tamaño del grupo debían compartir entre dos. Era lógico que estas tomarían una para ambas.

Cuando llegaron, a la peli negra no le extrañó encontrar a todo mundo ya en el lugar. Miró mal a su amiga y socia. Se estacionó y bajaron sus maletas, bueno. La maleta de Ale, Misi, se había decidido por una mochila.

Cuando se aproximarían al autobús la pelinegra recibió una llamada de su tienda, le entregó su mochila a la rubia y se mantuvo alejada confirmándole a Hoseok, que en efecto todos los postres del frigorífico estaban a la temperatura correcta. Y que los que estaban en los exhibidores no se debían refrigeran.

Tardó unos minutos de espaldas cuando el autobús tocó bocina para hacerle saber que solo la esperaban a ella, esta se subió aún con el teléfono en la oreja. Algunos la miraban mal por hacerlos esperar y otros se encontraban impresionados por haberla visto luego de tres años, además de hacerlo con tan lindo y fresco vestido.

Vio a su amiga hasta el fondo y siguió camino hasta ella, el bus comenzó a andar haciendo que la joven, cual iba en tacones de plataforma tambaleara y callera sobre las firmes piernas de quien se había apiadado de ella para sostenerla, su teléfono cayó.

Por la conmoción se dio unos segundos a ojos cerrados, al abrirlos encontró frente a ella el rostro del dios griego que la hacía estremecer hacia años. Estaba algo cambiado, más maduro. Más guapo.

Sintió una presión en sus muslos y llevó su vista a estos, eran sujetados con fuerza por su ex compañero, sus sexys y largos dedos al fin la tocaban, no de la manera que ella había imaginado en la universidad pero era algo.

Luego entendió que estaba sobre el regado de un hombre, este sujetando sus muslos tan arriba que rosaba su trasero desnudo, más porque el suelto vestido que llevaba se había levantado.

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