HBD Mi Diosa Mexicana

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Feliz cumpleaños Diosa mía, sabes que te amo. Pásala súper, espero que te guste. 🤭😈🔥😋
PD: no hay segunda parte 😒 (las conozco)( tampoco historia completa)

La noche estaba despejada y agradable, perfecta para salir de fiesta y eso fue lo que Mayra decidió hacer.

Sus amigas ya se habían adelantado, por lo que cuando esta estuvo lista decidió ir directo a la discoteca. Era nueva en la ciudad, se había mudado por un nuevo trabajo, pero aquello no le impidió hacer amigos.

Cuando notó a sus amigos caminó a paso firme hasta ellos, iba deslumbrante, falda negra de cuero, top blanco y medias negras cuales transparentaban.  Sus pechos se asomaban al no traer sostén y sus labios con un intenso rojo mientras llevaba su pelo suelto.

Movía las caderas con seguridad hasta que se acercó a estos, sus amigas la halagaron y entre trago y trago había pasado la media noche.

Para esa hora ya no dejaban entrar a nadie más, por lo que cuando esta notó a un grupo de 7 entrar se extrañó, sus amigos también.

-Oh, hay un Min- dijo una de ellas como si aquella razón fuese obvia. Luego recordó que esa ciudad era prácticamente propiedad de aquellos. Pues estos eran poseedores de la mayoría de las empresas de la ciudad, incluso del banco en que la castaña trabajaba. Más nunca vio a uno en persona pues estos no solían manejar lo que para ellos son cosas pequeñas.

Se tomó su tiempo para mirar, había un rubio entre todos, peli teñido, tatuajes en los brazos y un cigarrillo en sus labios, todo él decía follar, y eso quería ella.

Caminó hasta la barra cantoneando sus caderas y pidió un cerveza, para cuando pasó por el lado del grupo de amigos lo hizo con la botella en sus labios, dejó escurrir un poco fuera de su boca y lo limpió con su dedo bajo la atenta mirada de estos.

Sus amigos estaban en la pista de baile, por lo que le fue fácil hallarlos, más cuando se acercaba una firme mano tomó su cintura y el aliento mentolado la invadió. Aquello era una invitación para ella, así que movió sus caderas en torno a la entrepierna del rubio.

Ahora ambas manos iban contra su cintura y su agarre los hizo acercar más.
El cigarrillo que portaba el rubio fue dejado en los dedos de la castaña para este acariciar su cuerpo mientras bailaban, esta se atrevió a probarlo y le supo a gloria.

-Espérame en el baño- este tomó su cigarrillo devuelta, Mayra no contrarió. Ella quería.

Ella deseaba aquel rubio y sabía a que la invitó a los baños.

-Tardaste- dijo dejando su tanga reposar sobre su hombro, se la había sacado y aún estaban húmedas por el toqueteo mientras bailaban.

-Que perrita obediente- halagó -Contra el espejo- dió una última calada al cigarrillo y dejó su miembro fuera de sus pantalones mientras se arrodillaba y adentraba su rostro hasta dejar una amplia lamida en toda su hendidura.

La chica restregó su trasero contra su boca y el rubio perdió la cordura. Escuchó el envoltorio del condon ceder y la dura embestida la tomó de imprevisto. Su cuerpo se pegó contra el cristal y este no hizo nada para alejarla, al contrario. Decidió que era buena idea apegarla más y darle más duro. Para que todo el que se acercarse al pasillo que daba a los baños sepa que se la estaban cogiendo y que le encantaba.

-Sucia perrita escandalosa- se jactó cuando la hizo acabar con ganas dejándola sudorosa y jadeante. -Un placer- dijo por último luego de sacarse el condon y dejando una sonora nalgada antes de irse.

....

Hacía una semana que a la castaña se la habían cogido como a las diosas y a ella le encantó, esa rudeza, sus insultos y el hecho de que se marchara y dejara la puerta abierta mientras su falda estaba sobre su cintura, aquella despreocupación por ella la había excitado.
Estaba mal, claro que lo estaba, pero uno de sus fetiches es ser tratada como una puta y eso había hecho el rubio.

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