— ¿Puedo invitarte a una copa? — habló el Alfa.Podría decirle que no. Ó mejor aún, que estaba a punto de marcharse. Pero en lugar de hacerlo asintió con la cabeza y él le hizo un gesto a la camarera.
— Un omega tan guapo cómo tú no debería de estar sólo.
Joaquín había esperado algo mejor. Ó menos anticuado.
— ¿Ese tipo de halago suele llevarte a algún sitio?
El extraño de los ojos café sonrió.
— Sólo cuándo lo digo de verdad.
— Entiendo, claro.
La camarera puso 2 copas sobre la barra y Joaquín parpadeó, sorprendido.
— Yo he tenido que esperar 10 minutos a que nos sirviera.
Él se encogió de hombros.
— Aquí me conocen.
— ¿Cómo te llamas?
La intensidad de sus ojos café lo quemaba más que el alcohol del trago que se había tomado minutos antes.
No era sólo porque fuese guapo y simpático, Joaquín había conocido a muchos alfas guapos y simpáticos en su vida.
No, había algo más.
Cuándo lo miraba se sentía... más guapo que nunca.
Cómo si fuera el único en el bar. Cómo si fuera un dios.
Y durante un segundo pensó que le gustaría ser esa persona para él. Queria ser sexy, seductor.
— Emilio Marcos.
— Yo soy Joaquín.
— ¿Sólo Joaquín?
— Sólo Joaquín.
Él lo miró a los ojos, casi cómo si quisiera leer sus pensamientos.
— Si lo dices así, suena cómo Britney. Britney Spears.
— No, por favor. Nada que ver con ella.
Emilio rió, un sonido ronco y sexy que le hacía desear decir algo gracioso para oírlo reír de nuevo. Pero las bromas no eran precisamente lo suyo.
Sus compañeros de facultad, Renata incluida, habían llegado a la siguiente conclusión sobre él: Joaquín, serio, leal, de confianza.
Aunque quisiera ser cómo Britney Spears por una noche, arriesgado, loco y divertido, Joaquín simplemente no era esa persona.
— Tengo que decirte la verdad, no soy ese tipo de chico.
— ¿Qué tipo de chico?
— El tipo de omega que se acuesta con un alfa al que ha conocido en un bar.
Emilio sonrió de nuevo.
— Ya me lo imaginaba.
— Así que debería marcharme, así podrás intentarlo con alguien más.
Joaquín miró alrededor y vió a una docena de omegas que seguramente ocuparían su silla encantados.
— Entonces, yo también debería ser sincero — dijo Emilio —. Yo no voy de bar en bar buscando omegas con los que acostarme. No soy ese tipo de alfa.
— ¿Entonces qué clase de alfa eres?
— El tipo de alfa que consigue lo que quiere.
Joaquín tragó saliva, incómodo y a la vez un poco excitado.
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Accidental Fiancé // Adaptación Emiliaco
FanfictionEmilio Marcos es un alfa «playboy» corredor de bolsa y Joaquín Bondoni es un omega «puritano» hijo de un famoso senador. Ellos se conocen en un bar una noche. Después de esa noche Emilio no podía olvidar a Joaquín. Estaba obsesionado por volver a a...