Cap. 6

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Cuándo salieron de las gradas, Joaquín lo llevó a dar un paseo por el campo, dejando atrás el jardín principal y la sala de los famosos. Algún empleado pasaba por allí cada cierto tiempo y cuándo se cruzaban con alguien Joaquín fingía estar narrando la historia del campo del Club de Glof México, uno de los más antiguos del país, dónde se organizaba el campeonato de golf que patrocinaba una de las empresas más importantes de la CDMX.

Casi al final de los hoyos más lejanos del campo había una vieja casa construida el siglo anterior, rodeada de un gran jardín y unos pocos arboles.

El corazón de Joaquín latía acelerado, su omega estaba advirtiéndole de que debería dar la vuelta, pero seguía paseando con Zayn y contándole la historia del Club de Glof México en parte para calmar sus miedos y en parte para disuadirlo.

— La cuestión, Emilio, es que tú crees que vas a conquistarme siendo directo, pero he conocido a muchos hombres cómo tú.

— Lo dudo — Emilio negó rápidamente.

— Conozco a alfas cómo tú — repitió Joaquín —. Has decidido que soy un reto, un premio que tienes que ganar a toda costa. Seguramente tendrás preparada alguna metáfora sobre la caza ó la pesca...

Joaquín lo estudió, intentando adivinar si estaba en lo cierto y cuándo no dijo nada supo que así era.

Maldición, Joaquín no quería estar en lo cierto.

— Pero no estoy preocupado — continuó hablando —. Perderás interés en cuánto descubras que no vas a poder acostarte conmigo.

Emilio se detuvo, mirándolo con desconcertante intensidad. Cómo si estuviera interesado en sus pensamientos y no en sus curvas.

— Yo creo que subestimas mi aguante y mi creatividad.

Y allí estaban otra vez esos dobles sentidos que lo hacían sentir un extraño cosquilleo. Aquel alfa era demasiado tentador y rezaba para no estar subestimándolo. Si era la mitad de creativo de lo que decía ser, aquello iba a ser un problema.

¿A quién quería engañar? Era un problema desde que lo conoció y por eso mismo tenía que cortar de raíz.

Emilio Marcos hacía que deseara dejarse llevar por la tentación y eso era algo que no podía hacer. Si estaba en lo cierto, sólo era un reto para él, algo que tenía que conseguir. Y Joaquín no estaba dispuesto a poner en juego sus convicciones, por muy placentera que fuese la experiencia.

Pero tenía serios problemas para convencer a su cuerpo y sobre todo a su omega, por eso no podía arriesgarse a que Emilio siguiera buscándolo.

¿Y si su omega lo traicionaba? Aquello tenía que terminar. Desgraciadamente, la única manera de hacerlo era ser brutalmente honesto.

— Tal vez te he subestimado — empezó a decir —, pero también tú me has subestimado a mí. Mis ideas sobre la abstinencia no son algo caprichoso. No soy un adolescente virginal que ha hecho una bienintencionada, pero absurda promesa, soy un hombre adulto y sé de qué estoy hablando.

Emilio, con las manos en los bolsillos del pantalón, lo miraba cómo si pudiera leer su alma. Literalmente, podría haber jurado que podía leer sus pensamientos.

— ¿Y cuáles son exactamente tus opiniones sobre el sexo?

— ¿No dices que has leído la entrevista?

— Tal vez quiera escucharlo de tus propios labios.

— Ó tal vez sólo quieres oírme hablar de sexo.

Accidental Fiancé // Adaptación EmiliacoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora