Cap. 4

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¿Qué estaba haciendo ahí?

Joaquín sólo podía ver su perfil, pero reconoció a Emilio Marcos inmediatamente.

El lugar dónde estaban los famosos en el campeonato de Golf era el último sitio dónde hubiera esperado verlo. Aunque no había esperado verlo en ningún sitio.

Un par de noches antes había intentado ligar con él en un bar, incluso había dado a entender que lo sorprendería con su tenacidad, pero pensó que era una broma.

Y sin embargo, allí estaba, esos cabellos rizados cayendo sobre su frente eran inconfundibles. Cómo lo eran su estatura y su formidable presencia. Y si se giraba un poco, estarían mirándose el uno al otro...

Volver a ver a Emilio Marcos era lo último que deseaba cuándo estaba charlando con Karol Sevilla, una de las críticas más severas de su padre.

- ¿Quién es?

- ¿Qué? - Joaquín sonrió, cómo sino supiera a qué se refería.

Aunque sabía que eso no iba a funcionar, la congresista Sevilla había hecho carrera aprovechándose de los errores de los demás y si pudiera usar algo de su vida personal contra su padre no dudaría en hacerlo.

- Has visto a alguien en la carpa y te has puesto nervioso, incluso tu olor te delata. Y ahora intentas no mirarlo - dijo Karol, asquerosamente perceptiva.

- No es nadie, una persona con la que me encontré el otro día.

- Dime quién es, puede que lo conozca.

Sí, seguro. Cómo que iba a señalar a Emilio para que Karol, famosa por sus malsanos rumores, empezase a hacer suposiciones.

- Lo dudo mucho.

Joaquín no quería mirar. De verdad, no quería. Pero entonces Emilio rió, con esa risa suya tan masculina y el sonido hizo que girase la cabeza.

- Vaya, vaya - murmuró Karol.

- ¿Qué?

- La persona que te tiene tan desconcertado es Emilio Marcos.

- ¿Lo conoces?

- Sé que es corredor de bolsa, uno de los mejores. Tiene muy buena reputación por aquí y es muy rico, pero también tiene una reputación horrible con los omegas.

Joaquín apretó los dientes antes de sonreír, la sonrisa más falsa del mundo.

- No te preocupes por mí, apenas lo conozco.

Karol arqueó una ceja, burlona.

- ¿Ah, no? Pues nunca lo había visto por aquí. Tal vez lo dejaste tan impresionado que ha tenido que seguirte.

«Sí», le gustaría decir a Joaquín. «La otra noche se mostró tan seductor que me habría gustado quitarme la ropa allí mismo, en el bar».

Eso la haría callar. Al menos durante unos segundos.

- Dudo mucho que me haya seguido - soltó para frenar cualquier cosa que Karol pudiera imaginar.

- Mejor porque tiene fama de no rendirse hasta que consigue lo que quiere. Será mejor que no quiera saber nada de tí.

Karol, que era cómo un buitre carroñero, estaba salivando. Sin duda le encantaría ver su corazón devorado por un conocido playboy.

Le habría gustado decirle que se metiera en sus asuntos, pero no quería ponerse mal con ella, de modo que fingió agradecer el consejo.

- Seguro que no ha vuelto a pensar en mí.

- Sería lo mejor porque Emilio no está a tu alcance - la sonrisa burlona que soltó la mujer hizo a Joaquín enojar -. No le gustan lo niños buenos - Agregó Karol provocándolo.

Accidental Fiancé // Adaptación EmiliacoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora