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Uno, dos, tres toques a la puerta y después de eso esta fue abierta sin más, por el umbral apareció una cabellera azabache quien miraba confundido al chico que se mantenía perdido en sus pensamientos mientras observaba un punto muerto frente a él.

— Hey. — llamó, más su voz no pareció alertar al chico, con el ceño fruncido se acercó hasta este y se sentó a su lado, en cuanto sus ojos pudieron observar a detalle los del otro se dió cuenta del recuerdo fugaz.

Lo zarandeó sin delicadeza hasta que un golpe en su mejilla lo hizo jadear.

— Oh mierda ¡lo siento! — el joven pelirrojo jadeo sorprendido mientras tomaba entre sus manos el rostro del vampiro que ahora lo veía con una mueca acusadora. — ¡Yah! No me mires así, eso fue tu culpa.

— ¿Mi culpa? 

— Sí, tu culpa, ahora cállate.

El humano revisó sus mejillas esperando que el golpe no haya sido tan fuerte como para dejarle un hematoma, aunque lo dudaba.

Cuando pudo verificar que su rostro seguía palidamente intacto suspiró aliviado y alejó sus manos del vampiro.

— Puedo ver pesadilla en tus ojos. — la oración lo dejó pasmado en su sitio y por puro reflejo su rostro se vió envuelto en una máscara de neutralidad.

Hubo más silencio que en el bosque oscuro pero a ninguno de ellos le pareció importar, y mientras uno trataba de averiguar sobre las pesadillas tintineantes en los ojos del más joven el otro trataba de no hablar con fugas que pudieran revelar algo que enterrado quiso dejar.

— Todo el mundo tiene pesadillas. — contestó entonces sin abandonar su vista del otro quien con una sonrisa ladeada asintió lentamente.

— Estoy seguro de que tu pesadilla tiene algo diferente.

Kihyun estuvo tentado a contestar, que iba a saber el vampiro de sus pesadillas, él había aprendido a construir un muro frente a sus emociones, frente a un pasado.

Pero antes de que cualquiera pudiera hablar o siquiera el canto del ruiseñor que pasó cerca de la gran ventana pudiera escucharse el sonido de la puerta siendo abierta con brusquedad fue lo que les sacó de su burbuja.

— ¡PERO ES UN HUMANO! 

Hyunwoo bufó exasperado mientras que Kihyun frunció el ceño, ¿quién era esa loca chillona?

La muchacha caminó a grandes zancadas hasta los dos jóvenes mientras que detrás de ella una mujer de cabellera negra y una sonrisa burlona en su rostro salió con pasos lentos del campo de visión para que su hijo no la descubriera.

— Mina ¿que estás haciendo aquí? 

— Vine a ver si es verdad.

— ¿Qué es verdad?

— Tu mamá me dijo que este humano es tu pareja.

Bien, Kihyun estaba confundido, ¿qué él era el qué de quién?

— ¿Qué ella dijo qué?

— Que este humano es tu pareja.

— ¿Ah? — el joven humano miró confundido a Hyunwoo pidiendo silenciosamente una explicación a aquella situación mientras que frente a él la chica parecía querer tomarlo en brazos y arrojarlo por la primera ventana que encuentre. 

— Sí, así es — el pelirrojo asintió contento porque él no era na- espera, ¿no lo había negado? con rapidez volvió su mirada al vampiro pero este no reparó en la suya, si no que se concentró en la chica frente a él. — y ahora que lo sabes te pido que te largues de aquí.

La chica chilló alto haciendo que el humano pusiera una mueca debido al ostentoso sonido y después, sin más que decir, la vampira abandonó la habitación totalmente indignada cerrando detrás de ella las puertas, y en cuanto la privacidad se vio envuelta de nuevo en ellos el humano dio a conocer su descontento.

— No me gusta tu jueguito. — dijo al instante con los brazos cruzados.

— Puede parecerlo pero no lo es, esa mujer ha estado encaprichada conmigo desde hace siglos. — su rostro permaneció neutral, no dudaba de sus palabras gracias a la escena de hace rato pero de nuevo, no estaba contento.

— Está bien, corrijo, no me gusta el papel que me está tocando interpretar. 

— Sé que no estaba en el trato claro que teníamos pero solo tendrás que fingir que eres mi pareja delante de ella, creeme que no te hubiera metido en esta situación personal si no fuera por mi madre. — y tendría que hablar muy seriamente con ella.

— ¿Tu madre sabe de mí?

— Recientemente, te ha visto llegar conmigo.

— ¿Sabe el trabajo que hago para tí?

— Lo sabe pero creo que también lo hizo para beneficio mío.

— ¿Qué hay de mi beneficio? Esa chica querrá matarme. — y tendría que hacer fila. 

— No te hará nada en tanto estés bajo mi protección.

— Eso no me tranquiliza.

— Debería, ahora descansa, tengo una caza para esta noche.

— Tengo hambre. — se quejó con un suspiro cansado, no había comido en un largo tiempo y ya sentía que podía desmayarse.

— Mandaré a alguien para que te traiga algo de comer, hasta entonces, date una ducha y cambiate.

Asintió comprensivo antes de ver como el vampiro abandonaba la habitación, de nuevo, se dejó caer sobre la cómoda cama y se dedicó a observar el blanco techo, se veía tan alto.

Alzó su mano queriendo tocar su límite, sabiendo que era imposible pero sin embargo lo hizo sentir bien, contento.

Sonrió a labio sellado antes de levantarse y dirigirse a una de las puertas que suponía lo llevaban hasta el baño y en efecto así era.


— No podré comer nada rico en mucho tiempo. — se quejó la mujer con un puchero, sus brazos rodeaban la fina cintura de una chica rubia quien con nerviosismo giró su mirada hacia otro lado evitando así la de la vampira.

— ¿Por qué no, mi señora? — preguntó sin embargo mientras mordía su labio inferior con moderada fuerza.

— Porque tú no estás es mi menú.

— ¡Jung-Eum! 

La mujer suspiró cansada antes de dejar un beso en la mejilla de la chica quien temblaba nerviosa pero esta vez con una pequeña sonrisa en sus labios.

— Volveré por tí mi querida Joy.

Volteó ahora dispuesta a enfrentar la bestia que era su hijo mayor.

— En mi defensa. . .

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ғᴇᴛɪᴄʜᴇ | sʜᴏᴡᴋɪ  ᵎᵎ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora