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Hyunwoo lo miró con una expresión que él no supo reconocer, Kihyun seguía sobre su regazo y ahora sentía que no podía escapar de su pesada mirada.

— ¿Qué? — preguntó entonces ya cansado de aquella incómoda situación.

— ¿Qué clase de cosas le dabas a Sohyuk?

Kihyun dudó, pensó unos momentos con la mirada perdida en el techo antes de poder responder.

— Nada importante la verdad solo pequeñas baratijas pero que parecían valiosas, como anillos, pendientes, solo joyas para damas.

— ¿Sabes para qué las quería? — Kihyun se encogió de hombros antes de hacer una mueca.

— Una vez lo escuché decir que era para las mujeres de los ministros, dijo que si no se convencían con el sexo las joyas serían un buen salvavida, aquellas mujeres eran codiciosas en cuanto algo que hiciera notar su belleza.

Hyunwoo asintió lento antes de hacer una mueca y tratar de olvidarse de los negocios de Sohyuk y concentrarse en otro de sus problemas, la noticia que su madre le había dado tan solo momentos antes de que entrara echo bestia a la habitación del humano.

Otra de las razones del porque había estado como estaba, sacudió la cabeza con fuerza antes de caer de espaldas a la cama en un suspiro cansado.

— ¿Sabes que parezco estando así? — Kihyun señalo la posición en la que se encontraba.

— ¿Qué? — preguntó Hyunwoo sin prestar realmente atención.

— Tu esclavo sexual. — eso le sacó una sonrisa al vampiro quien negó lentamente en un gesto divertido por aquella comparación.

— ¿Sabes cómo eran los esclavos sexuales en la era Medieval? — Kihyun negó interesado mientras apoyaba sus brazos en el pecho del vampiro ignorando el hecho de que el azabache estuviera acariciando su cintura, en secreto disfrutaba de aquellas caricias. — Habían grandes harenes, las mujeres ahí peleaban por ser elegidas por uno de los nobles, no importaba si solo fuera una noche, todas ellas querían demostrar que eran más que las demás.

— Pensé que en ese tiempo las esclavas sexuales odiaban lo que eran porque era denigrante.

Hyunwoo se encogió de hombros — Tal vez una que otra no le gustaba pero la mayoría lo disfrutaba.

— Yo supongo que pudiste disfrutar de algunas de esas mujeres. — Kihyun no entendía porque su tono salió tan hostil pero el vampiro no pareció notarlo y si lo hizo no parecía disconforme, como si le gustara que lo reclamara como algo que no era.

— Sí, estuve con una u otra mujer, Mina fue una de ellas pero pronto se convirtió en Reina en cuanto el Rey cayó bajo su hechizo.

— Dudo de que eso haya sido impedimento para que te siguiera seduciendo. — burló el pelirrojo.

Hyunwoo asintió con una sonrisa divertida — En fin, a las esclavas se las amarraba a la cama y las amordazaban, ninguna de ellas sabían que habían vampiros siendo nobles por lo que al momento de ver los colmillos evitaba que se escucharan sus gritos, ninguna de ellas regresaba con vida.

Kihyun jadeó pero no fue por la razón que Hyunwoo hubiera creído en un principio.

— Mhm... debe- debe ser muy doloroso cuando un vampiro te muerde — susurró, el color carmín decorando sus mejillas como un recordatorio ardiente de lo que había imaginado su mente.

El vampiro lo miró atento antes de abrir los ojos sorprendido.

— Te gusta — el pelirrojo no lo miró — te gusta que te muerdan. — aseguró.

Kihyun esta vez sí lo miró, pánico pintado en cada parte de su rostro, se levantó de un salto pero no fue suficiente, el vampiro fue rápido en tomarlo con fuerza de la cintura para evitar que el humano se bajara de su regazo.

— Oye no, te estás confundiendo, me gusta morder no que- que... — Kihyun no podía hablar, no cuando tenía la intensa mirada del vampiro sobre él — que me muerdan... — un escalofrío placentero recorrió todo su cuerpo con tan solo imaginarlo, sus acciones traicionaban sus recientes palabras.

— Mentiroso — Hyunwoo estaba contento con su nuevo descubrimiento, tal vez por pensar que su humano era alguien sumamente especial, con gustos un tanto peculiares pero interesantes. — Te gustaría que te muerda ¿verdad humano? sentir el dolor placentero de mis colmillos hundiéndose en la piel de tu cuello.

Un gemido involuntario salió de los labios del pelirrojo diciéndole así al vampiro que sus palabras eran acertadas en cuanto a su intención.

— ¿Es lo que quieres? — preguntó el azabache, esta sin duda era una de las situaciones que menos se esperaba, totalmente improvisada dejándose llevar solo por su instinto y deseo que cabe recalcar no sabía que sentía hasta ese entonces. — ¿dejarías que te muerda solo para cumplir tu fantasía pequeño humano? — las yemas de sus dedos se clavaron en la piel del pelirrojo con fuerza sacándole a este otro gemido.

Un pequeño masoquista, eso era Yoo Kihyun.

Hyunwoo escondió su rostro en el cuello del humano quien totalmente sorprendido por la lujuriosa y tentadora pregunta no se dió cuenta de lo que estaba haciendo el vampiro hasta que sintió algo caliente y suave lamer la zona de su cuello hasta detrás de su oreja con lentitud.

El humano dio un salto en su lugar que tocó los puntos correctos en el cuerpo del vampiro para que este intensificara su agarre y volteara al pelirrojo para que quedara debajo de él.

Hyunwoo besó desde el cuello del pelirrojo hasta su mandíbula y subió hasta la comisura de su labio en dónde lamió con lentitud antes de dejar un beso esquimal.

Kihyun tenía la respiración temblorosa con cada beso del vampiro, su pecho subía y bajaba y sus nervios aumentaban cuando el azabache se separó para mirarlo a los ojos. Fue entonces que Kihyun se dió cuenta nuevamente del cambio de color de ojos en el mayor pero eso quedó en un punto y aparte cuando Hyunwoo se acercó a él nuevamente hasta que sus narices se rozaron entre sí, ambos podían sentir la respiración del otro como si fuese la suya propia y eso solo aumentaba el calor del momento.

— ¿Es lo que quieres Kihyun? — fue diferente a las otras preguntas, Kihyun pudo notar el toque de cariño en sus palabras y no supo cómo interpretarlo.

Pensó de nuevo en la situación en la que se encontraban, la oferta era tentadora, demasiado, además, no tenía nada que perder.

— Lo quiero. — susurró, fue como el detonante final para una bomba de placer de la que antes había escapado.

 — susurró, fue como el detonante final para una bomba de placer de la que antes había escapado

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ғᴇᴛɪᴄʜᴇ | sʜᴏᴡᴋɪ  ᵎᵎ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora