22

160 37 1
                                    

Cómo siempre, el había tenido razón, Hoseok se llevó a Hyungwon y este le prometió que pronto lo llevaría con él cuando convenciera a Hoseok, está de más decir que Kihyun le prohibió hacer eso, él no quería ser un colado en su morada de felicidad, podía ser muchas cosas.

Pero jamás un violinista de parejas.

Se tambaleó agarrando su cabeza y trato de enfocar su vista al frente, ahora que ya no era esclavo de aquel retorcido vampiro al cual su padre lo había vendido podía preocuparse solo en lo que iba a comer, no en si iba a sobrevivir.

Hasta hace dos días luego de matar a ese vampiro en el puente a Deiva todo iba bien, comía bien gracias a lo que ganaba vendiendo baratijas y luego regresaba a aquel pequeño cuarto a hacer tiempo y descansar, más que todo descansar, últimamente ha estado más cansado de lo normal.

Podría decirse que estaba viviendo la vida que soñaba.

Lo que no le gustaba ahora era sus sueños, sus pesadillas.

El mismo recuerdo corriendo por su mente una y otra vez atormentandolo constantemente no dejándolo en paz.

Recordaba el niño que antes era, el como estaba en el medio de la sala, su padre luego de ser convertido en un vampiro había llegado a su casa galante y con una sonrisa orgullosa en el rostro junto a los que decía eran sus amigos, todos ellos también vampiros de las casas nobles.

Esa noche Kihyun descubrió muchas cosas, como que el poder lo desea cualquiera pero este corrompe sin pensarlo siquiera.

Esa noche y frente a sus ojos su padre mató a su madre… por su culpa.

— Muerdelo — había ordenado él, frente a un pequeño de cinco años puso el cadáver de un joven chico, él lo había matado — vamos pequeño.

Kihyun miró a su alrededor, las paredes estaban manchadas de sangre al igual que el piso, su madre lloraba a un lado de él con la boca pintada de rojo, él también la había obligado a morder uno de los tantos cuerpos que su padre y sus amigos habían cazado.

El menor miró a los otros vampiros estos bebían de un copa fina y costosa, las mejores de mamá, el contenido era de un rojo escarlata, sabía lo que era.

Su padre lo zarandeó de los hombros obligandolo a reaccionar pero el estaba entumecido, había un cadáver frente a él, un chico con la piel tan pálida y los ojos completamente abiertos, sin respirar, sin poder gritar.

Hongjoong, su antes ausente y despreocupado padre, tomó a su madre del cuello y apretó su agarre contra ella frente a él amenazando con la vida de su progenitora.

— ¡Hazlo! — gritó pero Kihyun solo podía llorar por el terror de toda esa escena, su madre desconsolada y cansada se dejó hacer sin regalarle una última mirada a su hijo, no quería verlo llorar por ella.

El hombre acompañado de las risas de sus amigos detrás de él mordió el cuello de su madre robándole a esta un grito de puro dolor, el aullido desgarrador hizo saltar a Kihyun en su sitio antes de aumentar su llanto.

Su padre tiró el cuerpo de la mujer junto a la montaña de cadáveres y volvió a verlo.

— Muerdelo — ordenó entre dientes y Kihyun dirigió su vista al cadáver, tomó el brazo del chico con manos temblorosas y acercó su boca abierta hasta el hombro, con un último sollozo hundió sus dientes en la piel y se quedó quieto por largos segundos sintiendo el picor de sus dientitos y como estos con cada segundo parecían clavarse más profundo en la piel.

Ese fue el inicio de su retorcido gusto, fue su padre quien lo había convertido en lo que era, un chico extasiado por el placer de clavar el diente en un cuerpo, aunque siempre prefería que este estuviera muerto, él no era un asesino, bueno, no definitivamente.

Había pasado cerca de Lía en cuanto estuvo en el almacén, ella lo miró con el ceño fruncido y una notable mueca antes de bufar mientras rodaba los ojos y volver a acomodar sus blanco vestido, la ignoró como siempre y siguió avanzando entre tambaleos y risitas tontas que no tenía punto de partida, ni siquiera sabía porque reía.

Él no estaba borracho, había salido solo para comprar dos paquetes de galletas integrales y un pote de leche.

Entonces ¿por qué estaba así? Tan cansado y perdido caminando por un camino que ya conocía pero que sin embargo sus pies parecían recorrerlo por primera vez.

Chocó contra el muro cerca del cuarto en el que dormía, y una sonrisa idiota se extendió por su rostro antes de volver a avanzar hasta la puerta de su pequeña morada.

Cuando ingresó calló como costal de papas sobre la almohada, su cara se hundió en el incómodo colchón y sus manos jugaron con burla con los finos hilos de las mantas.

Con un jadeó dió vuelta y se quedó observando el techo, alzó una mano tratando de alcanzarlo igual como lo había hecho en la casa de los Son el primer día que Hyunwoo lo llevó hasta la que era su habitación, por supuesto, la sola mención de su nombre le sacó una sonrisa melancólica y su mano extendida en el aire se cerró lentamente en un débil puño que pronto cayó de nuevo sobre las sábanas.

— Me gusta estar solo — susurró, aquellos momentos de soledad le permitían pensar, reflexionar, imaginar… soñar con ¿y sí… — pero no me gusta sentirme solo.

La opresión en su pecho de los últimos y tortuosos días creció aún más, casi asfixiandolo, fue como atar una soga alrededor de su corazón y luego ajustarla cada vez más, y más… y más.

— ¿Que estás haciendo ahora? — preguntó al aire sintiendo sus ojos picar — ¿tiraras de tu habitación a Mina? Estoy seguro que ella no te ha dejado en paz…

¿Y si ahora estaba con Mina? Ambos sobre la cama con Son encima de ella mirándola con intensidad y deseo… ¿la miraría como a él? ¿la tocaría como lo hizo con él? ¿la besaría con la misma intensidad, destreza y cariño… con la que lo besó a él?

El sonido de su puerta siendo tocada lo sacó de su nube haciendo que frunciera el ceño y sus labios formarán un puchero.

Se paró como pudo del colchón y caminó a paso lento hasta la puerta.

Cuando la abrió pensó seriamente que la mente tenía el poder de llamar a la persona de la cual estas pensando.

No se lo esperaba, menos lo que hizo después.

No se lo esperaba, menos lo que hizo después

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

...

ғᴇᴛɪᴄʜᴇ | sʜᴏᴡᴋɪ  ᵎᵎ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora