Elpida, Esperanza Caída (Jikook)

Capítulo 32

Tres días han pasado desde que derrotamos a Helen y también de perder a mi amado Jungkook.

La Luna Morada seguía presente y tal parece que no tiene intenciones de irse, a este punto ya debería de salir el sol pero ya tardo mucho.

Varias cosas ocurrieron durante esos días, una de ellas fue recuperar todos los cuerpos del campo de batalla y entregarlos a sus familiares.

Cuando llegaron mis amigos al reino, muchos estaban agradecidos por al verlos salvado de la reina, otros en cambio nos miraban con desprecio argumentando que sus vidas eran mucho mejor antes de que nosotros aparecieramos.

También decían que nosotros somos responsables de todas las desgracias que han sufrido y que somos responsables de todas las muertes de sus familiares.

Algunos seres mágicos también se sentían con cierta culpa por lo ocurrido, la mayoría de la gente que opinaba de esta forma decidieron abandonar el reino y dirigirse a otro para tener una mejor vida.

Lo más probable es que busquen una nueva vida en uno de los reinos más cercanos llamado Aldaya.

Tal vez sea una buena decisión, si no se sienten cómodos en Elpida es mejor buscar un nuevo reino.

Por suerte la mayoría de los pobladores se quedaron en nuestro reino, los seres mágicos y los humanos poco a poco empezaron a convivir, aún habia cierta desconfianza pero es normal, estamos iniciando una nueva forma de vivir.

Tanto los pobladores, los seres mágicos y ángeles, decidieron que yo gobernará el reino, estaba nervioso con esa decisión, solo les pedí tiempo antes de darles una respuesta.

Era muy pronto para tener un nuevo gobernante, no quería acelerar las cosas,y yo aún sigo sin dar una respuesta hasta ahora.

Las personas tenían miedo de mi cuando caminada o volaba por los alrededores, con solo ver la brutalidad con la que mataba a los traidores y aliados de Helen.

Las cosas no mejoraban al tercer día, los bosques y los animales morían, se secaban, el agua era negra pero si bebible, las plantas se marchitaron menos las flores que crecían en el árbol de vida y el árbol real.

El clima era terrible, no dejaba de llover y el cielo se oscurece más solo dejando ver la Luna Morada.

Esto es por culpa mía, aún estos pasando por mi duelo del dolor, por más que lo deseara no podía evitar sentirme mal y culparme por todo.

Por consecuencia estoy afectando la naturaleza con mis poderes.

Me encuentro en este momento sentado en una de las copas más altas de un pino en el bosque, dónde mis lágrimas pueden salir con tranquilidad sin preocupar a mis amigos, que son lo último que me quedan.

Jungkook aún se encuentra en esa habitación donde lo deje descansando bajo la luz de la Luna Morada, algo me dijo que tenía que hacerlo.

Sus hermanos me han pedido que sea momento de despedirlo y dejarlo ir, teníamos que enterrarlo junto con los demás héroes de esta batalla.

Hoy le realizaremos una ceremonia en su honor, al final fue una pieza clave par la derrota de Helen, pero tuvo que morir para eso.

— ¡¡Jimin, ¿Dónde estás?!!.

— ¡¡Aquí arriba!!.

— ¡¡Puedes bajar un momento!!.

Descendía hasta donde estaba Taehyung por mis alas al aterrizar levanté demasiado polvo.

— *Cof Cof* Aún no me acostumbro a tus alas pero me gustaría tenerlas -Llevaba con él un ramo con flores del Jikook.

— No quiero ir....