Capítulo 1

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Seulgi estaba demasiado ocupada recordando en qué bolsillo había metido las llaves de su pequeño departamento, "tal vez las dejé en la comisaría" pensó para sus adentros mientras palpaba los bolsillos traseros de su bolso confirmando que efectivamente las llaves no estaban ahí.

Se estaba volviendo loca al no poder recordar y justo cuando estaba a punto de golpear su cabeza contra la pared recordó que las había lanzado sin cuidado en la bolsa de papel llena de sandwiches que su amiga Wendy le había dado . Rápidamente abrió dicha bolsa e instantáneamente sintió el aluminio cálido hasta lograr localizar sus llaves. Había realizado toda la búsqueda mientras escuchaba a su pequeña de 8 años hablar de su día , aunque la conversación inicial se había desviado desde que comenzó a hablar sobre su nueva maestra.

- Por favor mamá, solo digo que deberías conocer a mi nueva maestra, es tan linda, tiene el cabello negro,largo y unos ojos encantadores, muchos coincidimos en que sus ojos son bastante bonitos, así que después de que terminó de darnos nuestra primera clase, mis amigos y yo concluimos que es perfecta - Dijo la niña mientras entraba al pequeño departamento en el que vivía con su madre, dejó su mochila en el sofá, y se deshizo de su abrigo para ponerlo en el perchero que descansaba a lado de la puerta, poniendo sus manos en su espalda para estirarse, algo dentro de ella sostenía la idea de que su mochila pesaba más cada día.

- Cualquiera diría que estás enamorada de ella niña. No te preocupes, yo también pasé por esa etapa, mi profesor de literatura en preparatoria traía loca a más de una. Tenía un bonito acento británico al hablar, por alguna razón siempre olía a canela y tenía un auto deportivo, como tú dices, mi salón de clases y yo concluimos que era un hombre perfecto.- Replicó la joven madre sonriendo sin poder evitar rebuscar entre sus recuerdos del pasado almacenados en su mente para encontrarse con la imagen de su profesor de literatura, todo mientras se quitaba su chaqueta para dejarla en el perchero justo encima del abrigo de la niña

-Aunque sinceramente esperaba que te enamoraras de algún maestro en secundaria o en preparatoria, ya sabes, cuando eres una adolescente con hormonas descontroladas y solo piensas en chicas o chicos. Aún no he escrito lo que voy a decirte cuando tenga que darte la charla, asi que agradecería que esperaras un poco más, quiero disfrutar aún de mi pequeña larvita.

La joven madre se acercó a la barra de la cocina donde puso en un pequeño plato las llaves de su auto, las de la comisaría y su placa de sheriff. Tomó la gran bolsa de papel que había traído consigo y empezar a sacar los sandwiches de queso que había comprado en la cafetería para ella y Yeji. Kang Seulgi podría ser una experta en atrapar delincuentes que robaban las tiendas y detener disturbios entre ebrios los sábados por la noche en el bar del pueblo, pero absolutamente todos sabían que no era capaz de cocinar ningún tipo de platillo que requiriera horno o estufa, a menos que fueran macarrones con queso y hot cakes que no eran específicamente redondos y esponjosos, así que agradecía diariamente la existencia de una cafetería como Wendy's en el pueblo, la mujer que atendía ese lugar era la mejor cocinera que ella hubiera conocido en toda su vida y aparte de eso era su mejor amiga, nunca se lo había dicho, pero era feliz de tener a alguien así cocinando casi a diario para ella y su hija, además de que a veces podía cuidar a Yeji cuando su prima Rosé no podía y ella tenía que patrullar por las noches.

La niña caminó hasta la cocina para poder sacar el jugo de manzana del refrigerador y servirlo en dos vasos, entregándole uno a su madre y dejando el otro en la barra para ella, guardó la caja del jugo y se sentó frente a la morena para empezar a comer su sandwich de queso, abriendo el envoltorio de este dejando que el delicioso aroma inundara la cocina.

- No es enamoramiento mamá, sabía que no te debía contar de que me gustaba una de mis compañeras y ya no me llames larvita, es vergonzoso, si tú la vieras por ti misma comprenderías de lo que te estoy hablando. Su nombre es Bae Irene, antes vivía en Seúl ¿Tú viviste allí cierto? Antes de que llegaramos aquí.- Preguntó la niña antes de llevar a su boca el sándwich para darle una nueva mordida. Seulgi asintió seriamente mientras evitaba la mirada de la niña. Entonces Yeji recordó que a su madre no le gustaba hablar de su pasado, algunos de sus amigos sabían muchas cosas de sus padres, mientras que ella solo sabía de su madre lo que ella le permitía saber, y todo ello abarcaba desde que habían llegado a Maine, Yeji era apenas una bebé cuando llegaron al pueblo, por lo que no sabía nada de la anterior vida de su madre, no conocía los nombres de sus abuelos y el tema de su padre era un tema que no se tocaba en casa, ni en ningún lugar. Ni siquiera su tía Rosé, que era alguien a quien se le dificultaba guardar secretos, le hablaba del pasado de su madre.

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