Capítulo 8

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Aquel día la sheriff tenía la noche libre, era como si de repente todos a su alrededor hubieran hecho planes y ella no tuviera más que hacer que ver televisión mientras comía palomitas de un gran tazón.
Yeji pasaba la noche con unos amigos, y en casa de uno de estos, por lo que había entendido harían una maratón de películas de superhéroes y era algo que por nada del mundo quería perderse, así que estaba sola. Por otro lado, sus amigas también tenían sus propios planes, Joy cuidaba a la pequeña niña de Karina con Wendy de apoyo para tener dinero extra, y Rosé había salido de la cafetería junto con Minho después de haberse estado susurrando cosas al oído frente a ella. A veces el amor que se tenían esos dos resultaba demasiado empalagoso para Seulgi, o para cualquiera que los viera.
No era como si odiara sus muestras de cariño, solo que a veces ella llegaba a anhelar el tener a alguien así en su vida.

Tomó el control del televisor y cambió de canal en busca de algo interesante, ya que el documental de delfines que había estado viendo no era lo más divertido. Cambió de canal hasta que encontró una buena película, dejó el control a su lado y fijó su mirada en la televisión.

Apenas habían transcurrido unos minutos de la película cuando escuchó su celular sonar frente a ella. Se acercó hacia la mesita de centro para tomarlo y ver el número en la pantalla, lo desconocía. Pero debido a su trabajo de sheriff no podía negarse a responder una llamada.
-¿Diga?- Dijo después de llevarse el celular a su oreja.

-Seulgi...

Sus cejas se levantaron al escuchar aquella voz, podía reconocerla, era la voz que escuchaba a veces en sus sueños. Aquella voz le hacía sentir algo adentro de su pecho que no podía describir aún.
Solo que esta vez se escuchaba diferente a como la recordaba, había un tono despreocupado y un tanto atrevido en ella.
-¿Irene?... ¿Ocurre algo? ¿Cómo es que tienes mi número?- Apagó el televisor y dejó su tazón casi vacío de palomitas a su lado.

-Al ser la profesora de tu hija tengo acceso al número telefónico tanto tuyo como de las demás mamás de los niños.- Dijo Irene, lo que hizo que Seulgi se diera un golpe imaginario en la frente, claro, pero que pregunta más estúpida había hecho cuando aquello era algo obvio.-Lo que ocurre aquí es que Karina me trajo a beber en contra de mi voluntad, te juro que yo no quería, y ahora esa estúpida bruja está pérdida y quiero irme a casa.

Seulgi tragó saliva al escuchar ese tono en la voz de Irene, estaba ebria, podía notarlo por el modo en que arrastraba una que otra palabra, además de que podía escucharle hablar en un tono despreocupado, divertido y más grave.
-¿Puedo preguntar entonces a qué se debe su llamada?

-Bueno... Es una suerte que vi tu número antes que el de cualquier otra madre, no quiero saber que hubiera pasado si le hubiera hablado a la madre de Thomas.- Seulgi pudo escuchar la risa de Irene, y sin darse cuenta sonrió. -y pues... Pensaba que la sheriff del pueblo podría llevarme a casa. No puedo conducir ebria y no sé dónde está mi hermana, juro que mataré a esa bruja... En fin, ¿Podría llevarme a casa sheriff Kang? Dudo que quiera arrestar a una mujer por conducir ebria y hacerle pasar la noche en una celda.

Las cejas de Seulgi se levantaron ante la petición de la pelinegra. ¿Llevarle a casa? Claro que podía, realmente no tenía nada más importante que hacer, pero, ¿Debía hacerlo?. Irene la había estado evitando después de aquella cita y ahora simplemente le llamaba... Definitivamente no la entendía, aunque debía tomar en cuenta que la Irene tras el teléfono no era una Irene en todos sus sentidos.
Soltó un suspiro y se recargó en el sofá.
-No lo sé srita Bae. También podría arrestarla por asesinar a su hermana. Además, no soy un chófer a quien puede llamar cuando necesite que le lleven cada que usted lo necesite.- Arqueó una ceja, ¿Acaso ahora estaba teniendo una especie de juego con ella?

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