Capítulo 5

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- ¿Karina qué demonios haces aquí?

-Si, a mí también me alegra verte hermanita, estoy muy bien gracias por preguntar, mi vuelo estuvo tranquilo, aunque un señor a mi lado no dejaba de pelear con su esposa.- La castaña puso los ojos en blanco mientras hablaba con sarcasmo. Por alguna razón sabía cómo reaccionaría su hermana cuando la viera allí, sabía que se había vuelto una persona solitaria, así que la compañía en su casa no era exactamente lo que le haría feliz en esos momentos.

Irene soltó un suspiro de molestia y posó sus dedos sobre el puente de su nariz para masajear lentamente, intentando de esta manera calmarse.
Segundos después abrió los ojos.

-No es que no me alegre verte... Bueno, no me alegra verte tanto sinceramente. Pero al menos pudiste haber avisado que vendrías, ¿Cómo entraste aquí? ¿Qué haces aquí? - Volvió a repetir la pelinegra mientras se cruzaba de brazos sin dejar de mirar a su hermana.

Con facilidad cualquiera podría negar que eran hermanas, no se parecían tanto ni en aspecto físico ni en actitud, Karina era alguien espontáneo que no pensaba dos veces antes de actuar, y en cambio Irene era alguien que siempre prefería seguir las reglas, en parte eso era culpa de una de sus madres  y había un montón de diferencias más, pero a pesar de eso, podías llegar a encontrar varias similitudes después de conocerlas y convivir con ellas más de una vez. Por ejemplo, ambas amaban leer, ver películas y salir a comprar.

-Baeby te conozco, por desgracia de toda la vida, sé que guardas siempre una llave extra y la ocultas arriba del marco de la ventana. Fue fácil entrar, este es un lugar muy tranquilo. Nadie notaría que una sexy ojiverde se estaría metiendo a la casa de una maestra.- Karina le dedicó un sonrisa a Irene y caminó por la cocina hasta llegar del otro lado de la barra y tomar un vaso largo y servirse té verde para beber de un solo trago el líquido que contenía mientras veía como Irene la miraba esperando que contestara a su otra pregunta. -Vine aquí porque necesitaba cambiar de aires, la ciudad me estaba volviendo loca, siempre hay tráfico, gente gritando, ruidos irritantes a media noche, el ruido del claxon a media noche. Así que hice lo mismo que tú, mudarme aquí. Hanni está arriba acomodando sus cosas en una de las habitaciones.

-¿Cómo que te vas a mudar?- Irene abrió los ojos más de lo normal, no era que odiara a su hermana, pero tenerla diario paseándose por los mismos pasillos que ella podría resultar molesto. Recordaba la adolescencia junto a ella, peleaban todo el tiempo, por cualquier cosa, por el baño, por tomar las cosas de otra sin permiso, por decidir a dónde ir. - Karina, ¿No crees que es algo precipitado? ¿Que hay de Jin?... ¿Al menos lo hablaste con él? Comparten una hija, la cual tiene que ver a su padre. Y no hace mucho inició el ciclo escolar, no puedes sacar a una niña de la escuela así como así.

-Lo hablé con él, discutimos un par de horas, pero después accedió, Hanni mi pequeño Munchkin verá a su padre por Skype por lo menos tres veces por semana. Y ella estaba de acuerdo en venir, necesitaba el cambio tanto como yo, ya quiere conocer su nueva escuela. Aunque sigue triste porque extrañará a sus amigos de New York.

Irene notó que parecía que Karina tenía una respuesta para todo en esos momentos, y parecía que realmente estaba entusiasmada por vivir en Maine y que sobre todo no planeaba irse de allí. ¿Quién era ella para decirle a su hermana que se fuera? Además de que todo esto debía de tener por lo menos un lado bueno, con su hermana rondando por toda la casa y molestándola e interrumpiendo en sus momentos de soledad, tal vez así podría dejar de pensar en aquella hermosa mujer que tanto había rondado por su mente y se había aparecido en sus sueños más de una vez. No era una mala idea después de todo. Lo único que anhelaba era poder sacar de su mente a Kang Seulgi de su mente, y aquello no parecía estar funcionando.

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