Capítulo 2

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—Seulgi no debiste haber sido tan mala con Irene, solo intentaba ayudar a Yeji.— Le dijo Rosé a Seulgi después de que esta terminara de relatar su encuentro con la maestra.

Cuando Kang Seulgi había escapado de casa de sus padres adoptivos para empezar una nueva vida, la cual no había resultado como su mente adolescente había planeado, su novio y padre de su bebé había huido después de que ella fuera atrapada por un policía por cargar con los relojes costosos que su novio había robado, habían acordado en huir juntos y vivir lejos pero el huyó solo y ella pasó su embarazo tras las rejas.
Decidió conservar a la bebé, a quien llamó Yeji porque ese era el nombre de la  doctora que la había atendido y la había convencido que se quedara con la bebé. Al salir no tenía a dónde ir, así que llamó a la única persona que recordaba que había sido buena con ella. Rosé, una prima que había conocido cuando era una niña, cuando sus padres murieron su tía Minzy, la madre de Rosé intentó conseguir su custodia, pero al ser viuda y no tener un salario fijo, las autoridades pensaron que Seulgi estaría mejor si la adoptaba una familia. Mantuvo contacto con Rosé todos esos años, así que la llamó y la invitó a ir a Maine, donde le dio un techo y le había encontrado un empleo, le había ayudado a empezar de nuevo, y era por ello que siempre estaría agradecida con la rubia.

- Pues pareciera que estuviera juzgando la forma en como educo a mi hija, y eso es algo que jamás permitiré que haga. ¿Y por qué la llamas por su nombre?— La morena puso los ojos en blanco para después beber de la taza de chocolate caliente que tenía frente a ella. El chocolate de la cafetería era el mejor que había probado, había comprendido hacía mucho el porque le gustaba ese pueblo.

—¿Por qué no?, sucede que es mi compañera, es algo seria y es como si no buscara amigos, o no los necesitara, además de que es algo misteriosa, pero es muy buena con los niños, todos ellos están encantados con ella.— Rosé le dedicó una sonrisa. —No es que ella haya querido juzgar tu forma de educar a Yeji, solo estaba preocupada por ella, ambas parecen tener una bonita conexión.

Seulgi en ese momento se arrepintió de haber reaccionado así con la profesora, los que conocían a Seulgi sabían que era algo impulsiva y pocas veces pensaba antes de actuar o en este caso, hablar. Ahora aquella profesora la odiaría o le guardaría resentimiento, aquella hermosa profesora solamente se preocupaba por su hija, ahora comprendía el porque Yeji hablaba tan bien de ella, su hija tenía la cualidad de agradar a todo el mundo, y la pelinegra no había sido la excepción.
—Viendolo ahora de ese modo, pareciera que me porté mal con ella. Pero sabes que a veces no pienso bien lo que digo, y más cuando se trata de mi hija... ¿A qué te refieres con misteriosa?— Sabía perfectamente que Rosé no se resistiría a contarle todo lo que sabía, amaba a la rubia, pero estaba segura de que no podía resistir al chisme.

- Bueno, no es como que Irene pareciera esconder algo, como un asesinato o algo así, si fuera eso sería terrible. Pero su currículum dice que viene de Seúl, y no parece tener acento de allí. Tu tardaste en perder aquel acento, llevas casi once años aquí, no está casada, tampoco tiene hijos, y ¿Has visto la casa en donde vive?. Por supuesto que no, apenas la conoces, pero dudo que el salario de una profesora alcance para tener semejante mansión. Además, sus modales y su forma de caminar son tan aristocráticos, he escuchado que los niños se refieren a ella como "La Reina", la he observado y ahora entiendo porque la llaman así, y siempre va tan bien vestida, sus ropas se ven caras.

—No veo porque tanto misterio Rosé,  puede que viviera a las afueras de Seúl y conduciera hasta la ciudad para dar clases, además dices que no está casada y no tiene hijos, lo cual no es raro, por lo que debió de haber ahorrado para poder tener una casa así, al igual que para poder comprar ropa fina y costosa, o simplemente viene de familia adinerada y eso explica sus modales tan refinados que tiene a tus ojos.— Concluyó la morena.

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