Capítulo 14

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Nota: Si tienen menos de 18, tal vez no deberían leer el capítulo...

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La morena entró a la ya conocida habitación de Irene, no había cambiado nada desde aquella vez en la que había estado allí. Todo seguía estando en un orden perfecto.
Escucho a Irene cerrar la puerta lentamente y se giró para poder mirar a la pelinegra.

La pelinegra le sonrió ligeramente y soltó un suspiro, aquella Irene atrevida de allá abajo parecía esfumarse y en ese momento empezaba a entrar en una especie de pánico, hacia tiempo que no hacía eso, y no quería recordar los detalles. Mentiría si dijera que no tenía miedo, solo que esta vez estaba dispuesta a no huir como siempre lo hacía.
Realmente quería eso, quería estar con la morena que tenía frente a ella.

-¿Estás bien?- escuchó que decía la morena.
La pelinegra levantó la mirada, ¿Acaso había pasado mucho tiempo hablando consigo misma? Parecía que si, ya que ahora la morena la miraba confundida.

-Lo estoy es solo que...- Irene caminó hacia la cama y se sentó en esta. -Sé que sonará estúpido pero hace tiempo que no hago esto. Tengo un poco de pánico, pero quiero hacerlo, si no no estaríamos aquí y te aseguro que ya te hubiera echado de mi casa porq...

Seulgi sonrió y se acercó a la pelinegra para tomar su mano y hacer que se levantara de la cama, interrumpiendo sus palabras.

-Haremos solo lo que tú quieras Rene. Y cuando quieras que me detenga lo haré.- Dijo la morena antes de acercarse lentamente al cuello de la pelinegra para empezar a repartir besos en este. Mientras que sus manos la tomaban de la cintura para atraerla aún más a ella.

Irene asintió al escuchar aquello y una sensación placentera inundó su cuerpo al sentir aquellos besos, que ni siquiera pareció molestarle el hecho de que Seulgi había vuelto a llamarla "Rene". Incluso pudo asegurar que aquello le había gustado.
No pudo evitar jadear al sentir como Seulgi había reemplazado los besos por pequeñas mordidas.
La morena empujó ligeramente a la pelinegra, haciendo que está retrocediera poco a poco hasta chocar con la pared blanca de la habitación. Colocó una pierna entre las de la pelinegra para poder abrirlas unos centímetros, logrando que Irene la mirara con ambas cejas levantadas.

-Veo que le gusta tenerme contra la pared señorita Kang.- Murmuró Irene con una sonrisa en sus labios.

-Posiblemente, así puedo evitar que escapes.- susurró en su oído con una voz más ronca, cosa que hizo estremecer a la pelinegra.

-Te aseguro... Que no tengo la intención de escapar esta vez.

-Eso espero señorita Bae.- volvió a susurrar Seulgi mientras una de sus manos viajaba desde la cintura de la pelinegra hasta los botones de su blusa de seda, empezando a quitar uno por uno, tomándose su tiempo para hacerlo.
Cosa que estaba impacientando a la contraria.

-Seulgi en serio agradecería si no fueras tan lenta.- Dijo la pelinegra llamándola por su nombre por segunda vez en la noche.

-Me gusta tomarme mi tiempo, ahora calla.

-¿Cómo que me calle? Kang no...

-Shh.- Murmuró Seulgi interrumpiendo a la pelinegra, tomó el borde de la blusa roja y jalo hasta dejar al descubierto el sujetador de encaje negro que la pelinegra llevaba esa noche y repitió el mismo proceso con el otro lado de la blusa.
La mangas de la blusa resbalaron por los brazos de la pelinegra.
La morena tomo del borde la copa del sujetador para poder apartarlo, y dejar el descubierto uno de los senos de la pelinegra y repitió la misma acción con el otro.

Seulgi pasó sus dedos por el borde de uno de ellos haciendo que nuevamente Irene se estremeciera, cosa que hizo sonreír a Seulgi.

-¿Lo ves? Es más divertido cuando no estás comportandote tan negativa y a la defensiva conmigo.- Dijo la morena antes de llevar su rostro a la misma altura de los senos de la pelinegra mientras una de sus manos permanecía en su cintura y la otra descendía hacía abajo buscando el borde de la falda de Irene.

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