Capítulo final

382 33 16
                                    


Así que... Esta era tu habitación- Dijo Seulgi mientras se sentaba en la cama que estaba en el centro de la habitación mirando a su alrededor, apreciando cada detalle que había en aquel lugar, los muebles de un color blanco, uno que otro reconocimiento enmarcado y colocado en la pared, el montón de fotografías colacadas sobre una repisa donde se podía ver a una joven Irene con sus amigos, con su hermana y con sus madres. Era como si el tiempo hubiera decidido quedarse congelado en aquella habitación y dejar la esencia de una joven Irene en sus paredes.

-Adelante dilo.

-Siento que estoy en Mean Girls y que tú eres Regina... George. ¿También tienes un Burn Book?- Dijo Seulgi antes de reír acostándose por completo en la cama.

-Calla Kang. Me gustaba mi habitación. Y no, no tengo un Burn Book, pero si lo tuviera ya estarías en el por insultar mi habitación.

-Si me hubieras conocido en secundaria estoy segura de que te hubieras enamorado de mí. Era todo un encanto.- Contraatacó la morena levantando repetidas veces su cejas sin dejar de sonreír.

-Si querida, lo que tú digas.

Irene se acercó a la cama y se acostó a lado de la morena. Soltando un suspiro mientras mantenía su mirada en el techo viendo los pósters y recortes que había recortado de varias revistas y que había pegado con ayuda de Karina "Se verán mejor si los pones sobre tu cama" había dicho la castaña mientras buscaba que recortar en las revistas.
Ahora aquellos recortes y posters habían ido perdiendo poco a poco el color debido al paso de los años. La última vez que Irene había estado acostada en aquella cama había sido hacia ya tiempo.

-¿Leonardo DiCaprio? ¿Johnny Depp?- Seulgi apartó la mirada de aquel montón de recortes para mirar a la mujer a su lado arqueando una ceja.

-¿Qué? Todas estaban enamoradas de ellos. Además, ahí están con Kate Winslet y Winona Ryder. Yo sí estaba enamorada de ellas. Y sabes que son hermosas. En ese entonces aún no le había dicho a Karina que sentía algo por las chicas. Así que solo le dije que quería copiar sus estilos. - Irene arqueó una ceja sonriendo antes de levantarse de la cama y mirar a su alrededor.
Una sonrisa nostálgica se dibujó en su rostro de forma imprevista, aún quedaba mucho de su infancia y adolescencia en esas paredes, las medidas en el marco de la puerta que su mamá solía hacer con ambas hermanas cada vez que un nuevo año escolar iniciaba.
Aquella marca en la pared que Karina había hecho cuando le lanzó una enciclopedia a Irene y falló en el intento. La mancha de jugo de uva en la alfombra que nunca había podido quitar y que había pasado años ocultandola de su madre poniendo un montón de revistas encima de ella cada vez que escuchaba a su madre acercarse a su habitación.
Aquel lugar parecía una caja de recuerdos que no podía llevarse a casa. Haberse aferrado a aquellos recuerdos años atrás no había sido algo bueno. ¿Aquello había sido una especie de señal para dejar ir ese lugar? Tal vez lo era. Y si era así, no podía dar marcha atrás ahora que el agente de bienes raíces había encontrado un posible comprador para la casa. Pronto alguien más llenaría aquella casa con sus propios recuerdos y experiencias. Tal y como ella lo estaba haciendo en Maine.

-Hora de irnos Kang. Aún hay cosas que hacer.- Irene tomó una caja que había llevado consigo, había álbumes de fotos en el fondo de esta. Se acercó a las fotografías enmarcadas y empezó a guardarlas dentro de la caja, deteniéndose en la foto que mostraba a una muy joven Irene junto a su mamá. Recordaba perfectamente ese día. Estaba nerviosa por su primera competencia de debate y su mamá se acercó a ella para darle ánimos y regalarle aquel anillo que aún solía llevar consigo cada vez que se sentía nerviosa.
"Te dará suerte" había dicho, y así había sido.

-Sé que ella debe de estar orgullosa de ti. Educó a una maravillosa hija.- Dijo una voz a su espaldas, la morena rodeo a Irene con sus brazos, recargando su barbilla en uno de sus hombros mientras miraba la fotografía sonriendo al ver a la feliz joven Irene. -Donde sea que esté, sé que estará feliz de saber que tú eres feliz y que has encontrado tu lugar.

Solo una mirada Donde viven las historias. Descúbrelo ahora