catorce de Enero

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- Maravilloso cumplieron muy bien el castigo. - comentó Hagrid contento.
- ¿Dónde está el señor Malfoy? -

El profesor lo buscó con la mirada y frunció el seño.

- Se fué antes de que vinieras, pero cumplió el castigo. - dijo Harry.

Luego de eso, tocaba herbologia y Harry fue directo a buscar a Ron y a Hermione desde el almuerzo que no los veía y lo extrañaba.

Sin antes dar una última vuelta por atrás del castillo disfrutando del día soleado.

Pasó por un grupo de Hufflepuff saludando y con la mirada pudo ver a Hermione. Tubo que acelerar el paso y hasta correr para alcanzarlos.

Tocó el hombro de la chica y esta se sorprendió al ver a Harry.

- ¿Harry como te fué? - preguntó.

- Bien por suerte, ¿Dónde está Ron?. -

Le pareció raro que el pelirrojo no esté con ellos.

- No sé, lo busque en todas partes pero no lo encontré. - respondió.

Se quedó pensando unos segundos, decidieron buscarlo más tarde.

- La clase de herbologia se adelantó, ve por tu mochila y los libros, yo te espero acá. - dijo Hermione.

Se trató de apresurar para llegar bien a horario a la clase, pero no se dió cuenta que unas pequeñas rocas había enfrente de el.

Lo que provocó que Harry se cayera y que se lastimara la palma de su mano, y antebrazo.

Con dolor se levantó del piso, la herida de su mano no paraba de sangrar y de arder, y la del antebrazo solo era un razguño.

Corrió a su habitación para ver si encontraba una venda o una curita para curar la herida.

La enfermera de hogwarts Madame Pomfrey se tomó una vacaciones, y Hogwarts estaba sin enfermera. Trataban de conseguir una nueva pero seguían buscando.

Abrió el cajón de su mesa de luz y de casualidad encontró una venda y una curita.

Empezó con la de la palma de la mano.

Con una mueca de dolor enrolló la venda, y con la del antebrazo no fué el mismo sufrimiento pero igual se puso una curita.

Se quedó sentado en su cama unos segundos hasta que se dió cuenta que había que ir a clases que ya había empezado hace quince minutos.

Pero tenía escusa, por eso no se preocupó mucho.

Justo cuando iba a cerrar el cajón de la mesita de luz vió algo que millones de recuerdos se le vinieron a la mente.

El anillo de Draco.

Aún no se lo había devuelto.

Sonrió por tal recuerdo en el que ambos habían sidos castigados por Snape.

- Me gusta tu anillo - dijo Harry, se dió una cachetada mentalmente, no quería decir eso, no quería incomodar a Draco.

- Gra- gracias - Draco tartamudeo.

- ¿Me puedo probar tus lentes? - preguntó Draco.

- Si, si toma- se los dió.

- Woow Potter tan ciego sos? - el rubio se rió y Harry también. - veo todo borroso -

- Hagamos una cosa, yo te presto mi anillo y vos me prestas tus lentes - dijo Draco.

- Como me queda - dijo Harry alzando su mano derecha y mostrándole al rubio.

 𝑐𝑜𝑚𝑝𝑙𝑖𝑐𝑒𝑠 𝑑𝑒 𝑢𝑛 𝑠𝑒𝑐𝑟𝑒𝑡𝑜 𝑏𝑜𝑛𝑖𝑡𝑜  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora