29. Eclipse

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Enero se fué tan rápido que nadie se había dado cuenta.

Ninguno de los tres volvieron hablar del tema de la profesora Trelawney porque lo dieron como tema cerrado.

Pero Ron seguía diciéndole a Hermione.

- ¡Ja! En tu cara Hermione la profesora Trelawney no está loca -

- Ya pará con eso Ron - respondió.

En la tarde Harry leía un libro en su habitación.

- Mi niño, veo que estás profundamente enamorado de alguien, pero esto te llevará a pelear con alguien o por alguien, ambos sufrirán, pero gracias a eso serán felices, y el sufrimiento acabará. -

La voz de la profesora Trelawney recorría por su mente una y otra vez y eso le impedía consentrarse.

¿Y si Voldemort vuele?

No podía sacarse eso de la cabeza.

Hermione le decía que debe estar alerta por cualquier cosa.

Por otro lado trataban de buscar libros en la biblioteca para ver si pueden buscar más a fondo el tema de la adivinación.

Hoy no era un lindo día, la fuerte lluvia caía golpeando la ventana y empañando el vidrio. El clima se volvió diferente hacía un poco de frío mínimo había que estar con una chaqueta.

Algunas actividades se habían suspendido, cómo por ejemplo el partido se quidditch que por mucha lluvia, viento y hasta rayos.

El día estuvo tranquilo, pero deprimente por el cielo gris que goteaba.

Cerró el libro, se levantó de la cama y con ayuda de su mano limpió el empaño de la ventana para ver el día.

Aunque los días de lluvia no eran su favorito se sintió tranquilo por lindo y cálido que se veía los grandes árboles del bosque.

Agarró su mochila y salió de la habitación hacia la sala común para hacer un trabajo de pociones.

En una mesa circular estaba Hermione con su gato Crooshanks en su regazo completamente dormido luciendo muy tranquilo y tierno.

La sala común estaba vacía no había gente.

- Harry, ¿Que hacés? - preguntó Hermione.

- Vengo a hacer el trabajo de pociones y quería hacerte compañía - respondió.

Apoyó su mochila en una silla y se dejó caer cómodo.

- Hace mucho no me contas de Malfoy, ¿Cómo están? -

La miró y le sonrió.

- Estamos bien, Mione, su mamá ya sabe que no le gusta las mujeres, y el está muy enamorado de mí, y yo de el - confesó.

La amiga sonrió orgullosa.

- Me pone muy feliz Harry, ¿No piensan que ya deben dar el siguiente paso? -

- ¿A que te refieres? -

- A que sean pareja -

Su corazón se aceleró y por un momento pensó en lo que le dijo.

La idea le agradó, porque ambos estaban listos. Y ya a Draco no le importaba lo que le diga la gente.

Le encantaba la idea y ya con solo imaginar a Draco siendo su pareja, ambos completamente enamorados y felices ambos durmiendo juntos y sin taparse de lo que son realmente al resto de gente le animaba más a llevar en un futuro cercano todas esas cosas.

Porque no tenían dudas del amor que se tenían.

- ¿Tu crees? -

- Sin miedo al éxito Harry -

 𝑐𝑜𝑚𝑝𝑙𝑖𝑐𝑒𝑠 𝑑𝑒 𝑢𝑛 𝑠𝑒𝑐𝑟𝑒𝑡𝑜 𝑏𝑜𝑛𝑖𝑡𝑜  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora