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Vean el vídeo de arriva es muy gracioso.

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La semana no fué gran cosa, ya era viernes las 3:45 de la tarde y los tres gryffindor estaban en la biblioteca.

Resulta que Hermione los había obligado a estudiar para un examen de posiciones que lo tendrían dentro de cuatro días.

- Ya Ron cierra la boca no me dejás concentrarme. - mencionó la castaña enojada.

- Mi rata es mucho más importante que esa maldita materia que da el profesor Snape. -
Respondió el pelirrojo abrazando a su mascota.

Resulta que su mascota, Scaberss, últimamente estaba perdiendo mucho pelo de más y eso le preocupaba.

Y no tenía buen aspecto, ya no comía mucho y sus piernas ya casi no respondían.

- Quizá algo le calló mal, a su estómago. - intervino Harry.

Ron negó con su cabeza y apoyó a la rata en la mesa justo al lado del libro de Hermione.

Esta lo miró confundida.

- ¿Podés bajarla de la mesa?, Es una biblioteca no una veterinaria. - dijo Hermione alejando sus libros para evitar que Scaberss los manchara.

- Tú lo dijiste, es una biblioteca así que bajá la voz. - mencionó Ron con un tono desafiante dándole una mirada seria a la chica.

Hermione bufó sin ganas de aguantarlo y anotó algo en su libreta.

- Oye, pueden dejar de estudiar un poco, y siguen más tarde. - mencionó el pelirrojo, mirando a Harry y después a Hermione que solo le lanzó una mirada de muerte.

- Que tú quieras desaprobar el examen no significa que nadie deba estudiar. - Hermione alzó un poco la voz.

Tuvo suerte de que la biblioteca esté vacía.

- Tu te crees la sabelotodo. - el pelirrojo alzó su voz de la misma manera que la chica.

Harry prefería no meterse en la discusión de los otros dos, estaba bastante concentrado para tratar de parar la discusión.

Pero entre tanto bullicio que causaban Ron y Hermione hicieron que Harry se estrese un poco más.

- ¡Ya cállense!. - exclamó.

Los dos otros lo miraron sorprendidos y un silencio profundo invadió la biblioteca. Hasta Scaberss se asustó porque tenía sus ojos abiertos como platos.

- P- perdón, no quería gritarles. - se disculpó Harry.
- Me iré a otro lado a estudiar. - añadió.

Apoyó su bolso en su hombro con el libro todavía en su mano, tomó su varita y salió lo antes posible de la biblioteca.

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Con su libro en su regazo Harry descansaba apoyando su espalda en una enorme calabaza a unos metros de la casa de Hagrid.

Ya había estudiado demasiadas horas y decidió ya volver al castillo para comer alguna fruta o lo que haya en el comedor.

Antes de levantarse del pasto guardó todos sus libros en su bolso y lo colocó en su hombro.

Cuando apenas avanzó unos pasos escuchó un grito bastante agudo proveniente del bosque, parecía que alguien estaba corriendo porque se podía oír el ruido de hojas de árboles pisadas.

Se acercó un poco al bosque y entrecerró un poco los ojos para tratar de ver si hay algo a las lejos.

Una persona venía corriendo gritando eufóricamente.

 𝑐𝑜𝑚𝑝𝑙𝑖𝑐𝑒𝑠 𝑑𝑒 𝑢𝑛 𝑠𝑒𝑐𝑟𝑒𝑡𝑜 𝑏𝑜𝑛𝑖𝑡𝑜  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora