Ya llegaron al castillo, todo Hogwarts estaba alborotado y no entendían el por qué.
- Profesora, ¿Que está pasando? - pregunto Harry.
Mc Gonagall se dió vuelta con la vara en alto y con la mirada asustada.
- No solo lo escuchaste tu Potter, todos lo escuchamos - respondió temblorosamente.
- ¿A que se refiere? -
- Voldemort, está en camino -
Las piernas de Harry se volvieron tan débiles que por poco se cae.
- Vuelvan todos a sus salas comunes es por seguridad - exclamaba Snape. - Minerva, cómo jefa de la casa Gryffindor cuente cuántos alumnos hay y si faltan algunos - añadió.
Harry y Draco no se movieron, sus piernas no respondían y el miedo los invadía.
- ¡Draco! -
Se escuchó una voz familiar y el mencionado junto al pelinegro se dieron vuelta.
Lucius Malfoy venía corriendo hacía su hijo.
- Vámonos a la casa, acá no estás seguro - dijo firme.
El rubio miró a Harry con sus ojos inundados de lágrimas y aún tomados de la mano que ninguno las quería soltar.
- Harry viene conmigo - exclamó.
La confusión en la cara de Lucuis era evidente. Fruncia el ceño.
- No, andá vos, yo estaré bien, te lo prometo- el pelinegro trató de darle confianza a Draco.
Le secó las lágrimas que corrían por su rostro pálido y unieron sus labios sin pensarlo.
Se podían quedar horas así, los dos juntos sin miedo a nada porque los dos estaban juntos en todo, las lágrimas inundaron los ojos de Harry y estas cayeron por su mejilla y perdiendose cuando se dirigió a su mentón para así caer.
Podía ser la última ves que en su vida vería a Draco, o la última vez que haya visto a sus amigos es Hogsmeade.
Las lágrimas de Harry no era miedo a morir, si no miedo de que alguien muera por su culpa.
No sabía si esta noche viviría o moriría.
Por eso aprovecharía cada toque y beso de Draco.
El beso podría haber durado horas, si no fuese por Lucuis que separó a Draco de un tirón del brazo y dijo.
- Luego hablaremos de esto Draco -
- T-te amo Harry, te amo - dijo en un sollozo.
- Y- yo te amo m-mas - apenas pudo responder.
Sus manos no se soltaron hasta que crearon una distancia para que suelten.
Draco miraba a Harry con los ojos empapados de lágrimas, el pelinegro igual.
No sé dejaron de mirar hasta que el rubio con su padre atravesó la puerta.
- Severus, ya conté todos los alumnos - dijo la profesora Mc Gonagall agitada - pero faltan dos -
Eso a Harry lo puso en alerta y trataba de tranquilizarse cerrando los ojos y respirando profundo.
- ¿Quiénes son? -
Mc Gonagall no podía hablar, y por más que lo intentara sus palabras no salían de su boca, su mano que contenía una nota temblaba y su piel se puso pálida como la de un papel.
- Granger y Weasley - soltó.
Harry se pasó las manos por la cara frustrado y estresado.
Y las voces, los mareos, y el dolor en su frente volvieron, obligando a que se tire en el suelo por la energía que le consumía.

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𝑐𝑜𝑚𝑝𝑙𝑖𝑐𝑒𝑠 𝑑𝑒 𝑢𝑛 𝑠𝑒𝑐𝑟𝑒𝑡𝑜 𝑏𝑜𝑛𝑖𝑡𝑜
Romanceᴰʳᵃʳʳʸ/ᴴᵃʳᶜᵒ 𝑯𝒂𝒍𝒍𝒂𝒛𝒈𝒐 𝒂𝒇𝒐𝒓𝒕𝒖𝒏𝒂𝒅𝒐, 𝒗𝒂𝒍𝒊𝒐𝒔𝒐 𝒆 𝒊𝒏𝒆𝒔𝒑𝒆𝒓𝒂𝒅𝒐 𝒒𝒖𝒆 𝒐𝒄𝒖𝒓𝒓𝒆 𝒅𝒆 𝒇𝒐𝒓𝒎𝒂 𝒓𝒆𝒑𝒆𝒏𝒕𝒊𝒏𝒂, 𝒊𝒏𝒆𝒔𝒑𝒆𝒓𝒂𝒅𝒂 𝒐 𝒄𝒖𝒂𝒏𝒅𝒐 𝒔𝒆 𝒆𝒔𝒕𝒂́ 𝒃𝒖𝒔𝒄𝒂𝒏𝒅𝒐 𝒐𝒕𝒓𝒂 𝒄𝒐𝒔𝒂 𝒅𝒊𝒔𝒕𝒊𝒏𝒕�...