~14.1~

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Con todo lo vivido en esos días, fue en extremo raro para Seokjin regresar a la rutina habitual de clases y deberes en la universidad. Continuaba caminando con su alfa, tomados de la mano, pero nada era igual, porque ellos ya no parecían ser los mismos de hace dos semanas. El omega no podía evitar sonreír ante sus pensamientos, enviándole una cálida sensación de felicidad a través del lazo a Taehyung.

—Es la primera vez que sales sin tu collar de castidad, en años —comentó Tae, clavando su mirada orgullosa en la marca fresca de su cuello.

—Se siente frío —respondió, paseando la mano libre por el costado de su nuca. —Es raro.

—Ten esto —como siempre, el menor se quitó la bufanda que portaba para aplacar las gélidas mañanas de principios de primavera, atándola con cuidado alrededor del cuello del mayor.

—Ya no necesitas marcar tu territorio con estas cosas, mi vida —se rio suavemente el pelinegro. —Tu olor está permanentemente en mí ahora.

—Esta vez, es para que no tengas frío —dijo, oyéndose sincero.

—Ajá —Seokjin asintió, conteniendo las ganas de reír más alto, para que su alfita no pensara que se burlaba de él.

Se despidieron lentamente en la entrada, sin ánimos de separarse, alargando el momento hasta que el tiempo les forzó a hacerlo. Seokjin enterró su nariz en la prenda que cubría su cuello, aspirando profundamente el aroma fresco y reconfortante de su alfa, justo antes de entrar a su primera clase. En el salón a medio llenar, divisó rápidamente a Irene y Yoongi, los que se pusieron de pie en cuanto lo vieron caminar hacia ellos.

—¡Seokjin! —vociferó la chica, mitad preocupada y mitad aliviada. —¡Una semana! ¡Una maldita semana te desapareciste!

—¿Tan difícil era coger el teléfono y mensajearnos, Kim? —reclamó Yoongi, cruzándose de brazos.

—No tienen ni idea todo lo que me pasó —respondió, esforzándose en no carcajear, mientras desanudaba la bufanda y se la quitaba. La expresión en los rostros de ambos, no tuvo precio y Jin no pudo contenerse más, rompiendo a reír, rebosante de felicidad.

—¡Ti-Tienes una marca! —chilló la omega, acercándose a él y observándolo demasiado cerca. —¿Por qué tienes una marca?

—¿Qué rayos pasó? —se espantó Min, temiendo lo peor, confundido con la relajada risa de Seokjin.

—Pues... lo que tenía que pasar, básicamente —se encogió de hombros como si nada, acomodándose en su asiento de siempre, sentándose y siendo imitado por sus amigos, quienes esperaban por escuchar la historia completa. —Creo que tendrán que esperar hasta el almuerzo, para que les cuente... porque llegó el maestro —señaló hacia la puerta.

—Y, ¿crees que voy a concentrarme con esta intriga? —se quejó Irene.

—Hay demasiado que conversar, en realidad —pensó Yoongi. —Supongo que es mejor hacerlo con más tiempo.

El lento pasar de la clase, sumado al desesperado interés de sus amigos, casi logra irritar a Seokjin, quien salió vivo de milagro del salón, con sus amigos colgados de cada brazo arrastrándolo hacia la cafetería.

—Esperen... ¿Qué hay de Nam? —miró a su alrededor, sin hallarlo en el lugar.

—¿No sabes lo que le pasó? —Irene frunció el ceño, sin poder creerlo. —Creí que él...

—No, no he hablado con nadie desde el jueves de... la semana antepasada —detalló.

—Mierda... —maldijo Yoongi, observando a Kim Namjoon entrando en ese preciso momento, distando mucho de la imagen que Jin acostumbraba a ver de él.

Conociendo A Mi Alfa ~ TaeJin [Omegaverse]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora