Conociendo A Mi Alfa ~ TaeJin [Omegaverse]

~18.1~

"Arándano: Es muy aromático y está presente en omegas un tanto exigentes"—

<Guía de Aromas del Omegaverse>

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Acomodando una simple gorra sobre su cabello castaño, Taehyung se dispuso a salir de la habitación que compartía con su omega, para ir por el al local de pollo frito, donde había pasado la tarde en compañía de sus amigos. Sabía que Seokjin era perfectamente capaz de regresar a casa por su cuenta, pero odiaba que tuviera que andar por ahí solo, siendo un chico tan soberanamente atractivo. Taehyung no se perdonaría si algún alfa inescrupuloso le hiciera o dijera algo, al verlo solo.

Bajó rápido las escaleras, captando una familiar voz viniendo desde la entrada. En efecto, Sunny acababa de abrir la puerta y Kangin estaba de pie tras esta. Los pasos de Taehyung vacilaron, al ver a su padre, después de más de un mes desde la última vez que se encontraron. La conversación que tuvieron en esa ocasión también acudió a la memoria del castaño, haciéndolo fruncir los labios en una mueca.

—Tae, hijo... —lo saludó, entrando al vestíbulo. Sunny se disculpó u los dejó a solas, regresando a la sala.

—Papá —fue el simple saludo del menor.

— ¿Cómo estás? ¿Cómo está Seokjinnie? —preguntó con una sonrisa algo tensa al ver el frío recibimiento de su hijo.

—Estamos bien, pero... voy de salida ahora —aclaró, viendo decaer el semblante de su padre alfa. —Jin hyung me está esperando.

—Oh, entiendo... yo... —Kangin cambió el peso de su cuerpo de un pie al otro y se aclaró la garganta, lidiando con su incomodidad. —Sólo quería saber de ti... he hablado por teléfono con tus tíos... o bueno, tus suegros ahora —trató de bromear, pero la risa se quedó estancada a medio camino, cuando Taehyung alzó ambas cejas. —Am... ellos dicen siempre que todo va bien, pero no es igual a escucharlo de ti, hijo.

—Estamos bien —volvió a decir, comenzando a inquietarse porque los minutos pasaban y odiaba llegar tarde, más si se trataba de Jin.

—Eso veo... y me alegra mucho —un pesado silencio le siguió.

—Papá, tengo que salir ahora —enfatizó, dando un paso hacia la puerta. La mano de Kangin se disparó al frente para sostener del brazo a Taehyung y detenerlo, antes de recordar que no podía hacerlo. El chico se congeló al sentir su toque, y aunque sólo duró un segundo, bastó para ponerlo de muy mal humor.

—Lo siento —se retiró Kangin, viéndose afligido. —Yo... Hay algo más... que quería decirte...

—Usa tus palabras —pidió, con el ceño fruncido. —No necesitas tocarme.

—Sí, lo sé... lo siento —reiteró. —Sólo quiero saber si pensaste en lo que hablamos la última vez que nos vimos... Tu papá ha esperado por una visita tuya todo este tiempo y...

—He tenido otras cosas en mente —dijo honesto. —Y pensar en él me hace sentir mal.

—Hijo... no puedes olvidarte de él... o de mí —su voz era suplicante. —Aunque no hayamos sido los mejores padres y que nos consideres negligentes en algunos aspectos, todavía merecemos un mínimo de consideración de tu parte.

Taehyung dejó salir un profundo suspiro al oírle hablar, cargado de frustración.

—En este momento, mi omega es mi única prioridad... él me necesita —respondió, tan firme como fue capaz.

—Ryeowook también te necesita, hijo —insistió Kangin.

—No puedo responsabilizarme por las malas decisiones que ustedes tomaron —dijo, y su padre se tensó en su lugar. —Yo me uní a Seokjin, y ahora él se convirtió en mi nueva familia —continuó, lleno de orgullo. —Él y los hijos que algún día tendremos.