Mi verano en Australia [YA EN FÍSICO]

CAPÍTULO XIII (NOCHE BUENA)

Han transcurrido precisamente catorce días desde mi último encuentro con Eddie. En ese tiempo, él me lo ha puesto bastante fácil, ya que no ha vuelto a aparecer en la tienda desde aquel día, como si hubiera desaparecido por completo de mi vida. He evitado ir a la ratonera con Diane porque sabía que él estaría allí, y me aterraba enfrentar la situación. 

Así que los días han ido pasando, y durante estas últimas dos semanas, he compartido mi tiempo con Noah en casa de mi tía, disfrutando de películas y tratando de aprender a surfear en la playa, aunque, siendo sincera, era un desastre en eso, y no era lo mío. A pesar de ello, Noah siempre me animaba.

Eren conoció a Noah a través de una videollamada y después me expresó lo bien que le había caído. Sin embargo, no deja de insistir con que buscara a Eddie. Y no es el único, Diane me recuerda todos los días que debo hablar con él, pedirle perdón y descubrir lo que realmente quiero.

Mi madre me ha llamado una vez por semana, limitándose a preguntar cómo me va y luego quejándose de lo mal que lo pasa sin mi compañía, aunque no entiendo a qué se refiere, ya que hace mucho tiempo que dejamos de convivir. Mi padre es un caso muy diferente. Solamente me da los buenos días por mensaje de texto o a veces simplemente me avisa que me ha transferido dinero a la tarjeta. Es deprimente pensar que mi padre es más como un cajero humano.

En estos catorce días con Noah, he descubierto lo agradable que es. Es gracioso y divertido, adora las películas de zombis y es alérgico a la mantequilla de maní. Pero en estas dos semanas también he descubierto que no puede hacerme sentir como Eddie.

Hoy es veinticuatro de diciembre, Nochebuena. La verdad es que aún no me acostumbro al hecho de que aquí, en Australia, el verano sea en estas fechas. Normalmente, en México, estas fechas son frías y el espíritu navideño es muy diferente.

Kate organizó una cena a la cual fui invitada. Otra cosa que descubrí es que a Kate no le agrado mucho, pero supongo que el saber que soy una posible fuente de conflicto futuro entre su hijo y su sobrino es una buena razón para no quererme. De todas formas, me ha invitado a mí y a Diane, y también le ha dicho a Olivia, aunque mi tía tendrá que trabajar hasta tarde. Al parecer, alguien decidió casarse en víspera de Navidad, y Olivia, como la gran planificadora de bodas que es, estará presente en el evento.Desde que Diane empezó a arreglarme el cabello, no he dejado de pensar en el hecho de que Eddie estará en la cena. Era más que obvio, después de todo, él vivía en esa casa.

—Estuviste evitando hablar con él, y hoy tendrán que compartir mesa —comentó Diane, soltando un suspiro.

—Él también me ha estado evitando —argumenté, y la castaña rodó los ojos.

—Mi consejo es que, si lo ves hoy, busques una oportunidad para hablar con él. La banda ha estado tocando música muy deprimente —se quejó, y eso me hizo soltar una risa irónica. —¡Es cierto! —exclamó y me dio un ligero golpe en la nuca.

—¡Auch! —me quejé.

—Resumiré así, tocaron «Vermilion pt.2» de Slipknot de la manera más triste posible. Te juro que mi corazón se rompió en pedazos pequeños cuando escuché a Eddie cantar, y a todos los que estábamos en la ratonera nos pasó lo mismo. Todo por ti, y tú te burlas descaradamente —farfulló dramáticamente.

—Hablaré con él.

—Si no lo haces, luego te arrepentirás —dijo mientras pasaba sus manos por mi cabello recién alisado. —Te crece el cabello muy rápido.

—Gracias —respondí.

Me levanté de la silla y tomé el largo vestido blanco que Diane me había prestado. La fiesta sería formal, ya que Kate había invitado a algunas personas importantes, específicamente posibles futuros patrocinadores de Noah. Diane llevaba un vestido largo de color rojo con un corte de sirena, sencillo pero muy elegante en ella. Mientras yo llevaba un vestido blanco con un escote en V, era algo transparente, pero me gustaba mucho.