Después de ayudar a mi tía a acomodar las compras, me di cuenta de que nunca había hecho esto con mi madre. Ella odiaba que la acompañara a hacer las compras. No es que no tuviéramos una buena relación, simplemente con el tiempo nos alejamos mutuamente. Dejamos de pintarnos las uñas de negro todos los viernes, ya no veíamos maratones de las Gilmore Girls ni nos pillábamos comiendo helado de vainilla en plena madrugada. Ya no era lo mismo, y sabía que no podía hacer nada para remediarlo. Era un trabajo para ambas, y definitivamente mi madre no colaboraría en eso. Ella no lo haría.
—¿En qué estás pensando? —preguntó mi tía, interrumpiendo mis pensamientos.
—¿La mayonesa va en el refrigerador o en la alacena?
—Me gusta más en el refrigerador —respondió y la guardó. —Te vi hablando con Noah.
—Ah, sí, Noah.
—Es un buen chico. Su madre y yo fuimos compañeras en la preparatoria.
—Sí, es bastante reservado.
—Sí, es serio, pero es guapo —dijo, volviéndose hacia mí, esperando una respuesta, lo que me hizo sonreír.
—Tía, llevo aquí solo veinticuatro horas, y ya estás pensando en emparejarme con alguien —acusé, y ella soltó una carcajada.
—Solo digo que, si vas a estar aquí todo el verano, deberías buscar mantenerte entretenida —aconsejó, encogiéndose de hombros—. Noah es una buena opción.
—Sí, lo es —respondí, imaginando que tal vez podría pasar algo con Noah en el futuro, a pesar de que solo lo había visto dos veces y habíamos tenido dos conversaciones un tanto incómodas.
—Bueno, y hablando de mantenerte entretenida —mi tía se apoyó en la barra con una expresión de disgusto—, tu padre me llamó esta mañana.
—¿Y qué dijo? —pregunté, esperando escuchar algo inusualmente molesto, como solía ser su estilo incluso a kilómetros de distancia.
Olivia se puso de pie y fingió una cara molesta mientras imitaba a mi padre: —Olivia, quiero que Auden busque un trabajo y sea más independiente —dijo, recreando perfectamente la actitud de mi padre.
—No sé por qué no me sorprende —confesé, y Olivia sonrió.
—Jonathan es un gruñón. No entiendo por qué tu madre lo eligió a él —dijo, rodando los ojos.
—¿Elegir? —cuestioné, y ella rápidamente se volvió para seguir organizando.
—Conseguí un trabajo para ti en la tienda que esta a unos minutos de aquí —dijo, cambiando de tema.
—Olivia, te hice una pregunta —insistí, y ella se volvió para mirarme.
—Tu mamá tenía muchos pretendientes en su adolescencia y eligió al más amargado —dijo, pero sentí que había algo que no me estaba diciendo.
—Mmm...
—Bueno, comenzarás como cajera mañana. El pobre hombre que está allí ya es bastante mayor para trabajar solo, y el dueño... —Se detuvo por un momento mientras vertía cuidadosamente azúcar en un gran tarro de vidrio—. Oscar, el dueño, es un viejo amigo de la familia. Me dijo que podrías ayudar al viejo Bob. Tú trabajarás durante la semana, y los fines de semana estará Bob.
—Está bien. Será genial decir que mi primer trabajo fue como cajera en Australia.
—Ten cuidado, podrías terminar gustándote demasiado y quedándote aquí para siempre —bromeó mientras continuaba guardando más cosas.
Terminamos de organizar las cosas y Olivia le pidió a Diane que la ayudara a preparar la cena. Me ofrecí a participar, pero Olivia gentilmente me sugirió que sería mejor esperar hasta que la cena estuviera lista. En el fondo, sabía que esta era su manera amable de decirme que tal vez no era la mejor cocinera.
Mientras estaba recostada en la cama, me asaltaron una serie de preguntas. ¿Podría pasar algo con Noah? Si seguía saliendo con Diane, era una posibilidad. ¿Le gustaría a Noah? Noah era una persona reservada e inexpresiva, lo que significaba que podría llevar tiempo descubrirlo a menos que él lo confesara. ¿Me gustaba Noah? Creo que más bien me intrigaba su personalidad y la razón por la que odiaba a su primo. ¿Era culpa de mi tía que estas dudas se hubieran despertado en mí? Definitivamente sí.
Me estaba dejando llevar por una idea que tenía tantas posibilidades de éxito como de fracaso. ¿Realmente me iba a arriesgar? Bueno, quizás estaba yendo demasiado rápido. Después de todo, solo llevaba un día aquí, y aún me quedaba todo el verano para descubrir mucho más que el simple hecho de si podría tener mi primer interés amoroso. No podía asegurar que tenía todas las respuestas correctas; solo me quedaba esperar a que el tiempo las descifrara.
Más tarde, estábamos sentadas en la mesa, Olivia, Diane y yo, disfrutando de un delicioso y único pastel de carne. Cuando era niña, una vez me enfermé del estómago porque Diane y yo comimos demasiado de este pastel mientras nuestras madres conversaban en el porche delantero. Un solo bocado de este pastel podía transportarme al pasado, a una infancia llena de buenos recuerdos aquí.
—Amo este pastel de carne más que cualquier otra cosa —comenté antes de llevar otro bocado a mi boca.
—Lo hice especialmente para ti —respondió mi tía mientras me servía un poco de puré.
Entonces, Diane soltó algo inesperado —Auden, mi mamá quiere que te juntes con Noah —Mi tía le dio un codazo a Diane, pero no pudo ocultar su sorpresa.
—Solo dije que harían una bonita pareja —explicó Olivia.
De repente, me di cuenta de que tal vez no era una idea tan descabellada después de todo.
—Quizás no sea una mala idea —admití. Después de todo, había estado pensando mucho en ello últimamente, y ambas me miraron sorprendidas.
Diane, tratando de suavizar las cosas, bromeó —Entonces, Noah el oficial y Eddie el amante.
Pero a mi tía Olivia no pareció gustarle mucho la idea, y su sonrisa desapareció rápidamente mientras miraba enojada a Diane. —¿Hudson? —preguntó con preocupación.
—Sí, Auden piensa que es guapo —Diane trató de arreglar la situación rápidamente, guiñándome un ojo.
—Pero ¿cuándo lo viste, Auden? —preguntó mi tía, claramente inquieta, y nos miró a ambas. Diane se dio cuenta de que había metido la pata y trató de remediarlo.
—Fue en una foto —dijo, intentando tranquilizarla.
—Ese chico es un chiste —declaró mi tía con firmeza y luego volvió su atención al pastel.
—¿Por qué? —me atreví a preguntar, y mi tía levantó la mirada, me observó durante unos segundos y alzó una de sus cejas gruesas.
—No quiero que te acerques a ese muchacho —advirtió, lo que me hizo esbozar una sonrisa nerviosa. Estaba claro que Noah no era el único que tenía problemas con su primo; mi tía Olivia estaba en el segundo lugar de la lista, aunque ninguno de ellos parecía dispuesto a revelar por qué.
—De acuerdo, Noah sí, Eddie no —bromeé, intentando aligerar el ambiente, y Olivia rodó los ojos.
—Lo digo en serio —afirmó, tomando un bocado de pastel.
—Está bien, señora —bromeó Diane.
—Deja de mortificarme y come —ordenó mi tía.
Desde esa cena, no pude evitar pensar en por qué mi tía podía odiar a Eddie. No entendía completamente su razón hasta que recordé que Eddie era dealer, estaba involucrado en una banda, tocaba en lugares problemáticos donde la gente se peleaba si no pagaban por sus drogas, y su apariencia no era precisamente amigable. Además, según Diane, era un friki antisocial, básicamente el tipo de novio que cualquier madre evitaría para su hija.
Holaa!!, espero que estén disfrutando la historia, ¿Si fueran Auden quien llamaría más su atención?, el reservado e inexpresivo surfista 🏄🏼♂️ o el antisocial y dealer metalero 🎸.
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Mi verano en Australia [YA EN FÍSICO]
DiversosAuden, recién cumplidos los 20 años, se encuentra atrapada en la incertidumbre de su futuro. Sus padres toman la decisión de enviarla a pasar el verano en casa de su tía en Australia. Allí, su prima y amiga de toda la vida, Diane, la invita a asisti...