capítulo 9: la mejor actuación en el peor circuito.

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La velocidad y el tiempo, siempre habían sido parte de mi día a día esa sensación tan increíble que el exceder la velocidad provocaba en mí.

Por ello dudaba que algún ser logrará ser capaz de hacerme sentir eso, la emoción la sensación de volar sin la necesidad de despegar... Pero ella lograba algo en mí, que era difícil de explicar.

Nunca fui fan de los lugares tranquilos, pensaba que eran de esa forma derivado de la pereza y hostilidad, pero toda esa idea cambió cuando la conocí a ella, "Mi lugar tranquilo". Entendí por fin, porque siempre había una ligera línea entre la rapidez y la lentitud, porque ella era lo opuesto a mí en todos los sentidos, pero de alguna forma lograba encargar como una pieza en  un rompecabezas.

Los meses pasaban volando, pero desde la prespectiva de ella los días pasaban a la velocidad necesaria, todo tenía un  ritmo sencillo de entender. Era increíble como pasar el resto de mis horas a su lado, el conocerla de a poco, me habían cambiado la prespectiva de todo, la vida, el destino y los motivos.

Porque todo lo que hacíamos al final era guiado, por un motivo o por una razón. Y mi razón comenzaba a tomar forma de una alocada swiftie, adicta al café y a los días de otoño.

— No sobrevivere.-mazculló al bajar del avión.

— Tranquila, Lambert se que lo harás.

Las vistas que la bella Austria nos brindaba, no dejaba de iluminar aquella mirada avellanada. Desde el rabillo del ojo, podía notar a una Lambert lo bastante emocionada por conocer el lugar.

— Todo luce tan de película.-confesó mientras entrelazaba nuestras manos para salir del aeropuerto.

— No es para tanto.-dije modesto, para ver como levantaba las cejas.

— Callate Leclerc.

Sonríe inconscientemente al observar como a pasos apresurados me guiaba fuera del lugar. A través de sus manos podía notar lo emocionada y nerviosa que se encontraba.

— Vamos cariño.-suspiró con una media sonrisa.

— Hoy estamos muy cariñosos ¿no Labert?.-exclamé con el afán de hacerle enfadar.

— Es parte del trato, Mon cher.

— Claro el trato.-repetí.

— Leclerc, no me lo pongas más difícil.-bramó.

— Está bien, Mon amour.

Me regaló una sonrisa a medias, para continuar con nuestro paso.

...


Después de llegar al lugar dónde nos hospedariamos una emocionada castaña salió de la habitación en dirección al circuito.

— De verdad, puedes ir a algún sitio de por aquí, antes de que inicien las prácticas.-propuse por tercera vez en el día.

— No, ya te he dicho que estaré feliz de conocerlo todo.

— Actúas como una fangirl.-dije con sarcasmo.

— Es porque lo soy.

— Claro, seguro es por mí.-aseguré.

— Si y no, digamos que implican a más personas.-informó con normalidad.

— ¿Más personas?.-cuestione.

— Si, más pilotos.

— ¿Entonces yo no soy tu favorito?.

— Eres parte de los favoritos.-respondió, restándole importancia a lo dicho.

— ¿Quiénes son?.-no dude en preguntar.

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