capítulo 27: es tan difícil, pero es verdad.

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— Hola cariñooooo.-saludó, con una enorme sonrisa la castaña del otro lado de pantalla.

— Hola.-suspiré cansado.

— No luces para nada bien. ¿Es por lo del fin de semana?.-cuestionó.

— Algo hay de eso.-murmuré sin ánimos de hablar sobre el tema.

— Tranquilo, no quiero presionarte ni mucho menos, pero se un poco más positivo.-respondió tranquila.

— Ser positivo no me sirve de nada, mi desempeño va de mal en peor y Binotto me lo hace saber cada vez que puede.-confesé.

— ¿Tienes los audiculares,puestos?.-cuestionó, cambiando bruscamente de tema.

— Si.-respondí casi a tono de pregunta.

— Entonces al diablo Binotto, al diablo la presión y sus críticas innecesarias, Charles eres muy bueno en lo que haces no es tu culpa ¿acaso no te das cuenta de sus estrategias?.

— Pero.-intenté persuadirla al respecto.

— Sin "peros" es la verdad, claro que tú también influyes en el resultado, pero no eres responsable por completo.-agregó.

— No sé...Si pueda seguir.-confesé sintiendo una gran liberación.

— ¿A qué te refieres?.

— Pues no sé si soy capaz de seguir en esto.

— Claro que lo eres, no lo dudes jamás. Naciste para ser él mejor piloto y lo estás demostrando, claro a veces tienes días malos y es normal.

— No sé, este tipo de días me arruinan la vida. ¿Y si no soy suficiente para esto?, ¿si soy demasiado complicado?.

Escuchame, nunca eres demasiado y siempre eres suficiente.-argumentó, con tanta sinceridad en sus palabras.

— De acuerdo, pero si vuelvo a tener un mal resultado, no sé que voy a hacer.-murmuré con miedo.

— Nadie sabe lo que va a suceder con certeza, pero si obtienes un mal resultado puedes acudir a mí, yo estaré aquí para darte ánimos y para apoyarte.-aseguró, mientras me regalaba una amplia sonrisa.

De pronto recordé la conversación previa con Carlos y Arthur.

Lambert había pasado por algo la noche anterior y no era capaz de decírmelo.

Me sentía mal por no poder ayudarla, pero aún más, porque ella no me tenía la suficiente confianza para compartirlo.

Yo jamás la juzgaría, ni mucho menos, pero tal vez ella no lo veía de esa forma. Notaba que intentaba fingir una sonrisa para demostrar que todo estaba bien.

— Gracias, por los ánimos realmente los necesitaba.-comenté.

— Para mí es un placer.

— ¿Por qué lo haces?.-cuestioné tratando de obtener información.

— ¿Hacer qué?.-repitió.

— Apoyarme siempre, en estos momentos, a veces siento que yo no te apoyo lo suficiente, nunca estoy para ti.-solté.

— No digas eso, yo se que siempre estás al pendiente de mí.

𝑫𝑬𝑳𝑰𝑪𝑨𝑻𝑬  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora