capítulo 25:esperando el momento indicado.

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Los nervios y la melancolía me recorrían el cuerpo, estaba esperando el momento adecuado para compartir mi vida. Una boda o mejor dicho un compromiso ahora me ataba, cortando las esperanzas de reencontrarme en un futuro con ella.

Italia y esa maravillosa puesta de sol, reconfrontaban a mi débil corazón, ese corazón cobarde que seguía perteneciendole a Devy, la había perdido sin siquiera tenerla.

¿Cómo se podía, perder un vínculo que nunca existió?. Exacto no había forma.

— Vamos.-tiró de mi brazo la pequeña rubia.

— Claro.-dije abrumado.

— Es una casa tan linda, como lo dijo Devy.-murmuró antes de tocar el timbre.

Escuchar ese tierno apodo, salir de sus labios me hizo querer retroceder. no había pasado tanto tiempo, desde aquella última vez que la vi,pero parecía una eternidad casi una vida, el hecho de estar en el mismo lugar y no cruzarme con esos ojos, que aún me seguían tentando.

— Bienvenidos.-saludó Charles.

— Hola mucho gusto.-respondió, Lili.

— El gusto es mío, soy Charles él novio de Lambert.-se presentó al tiempo en que estrechaba la mano de la chica.

— Yo soy Lili, la prometida de Timothée.-respondió orgullosa.

— ¿Se van a casar?-cuestionó desorientado y buscado una respuesta por parte mía.— Lambert ven a felicitarlos, se casarán.

La chica se apresuró, para saludarnos y me regaló una rápida sonrisa. Había cambiado, tal vez siempre cambiaba para mí. Devy tenía más de Charles que él mismo Charles.

Mantenía ese peculiar brillo en la mirada, pero algo en ella era diferente.

— Felicitaciones.-celebró, para abrazar a la rubia.

— Gracias. Por cierto ¿puedes ser mi dama de honor?.-cuestionó sin más.

— Claro tratándose de Tim lo seré entonces.

— Bueno entren, esta noticia amerita un brindis.-indicó, él monegasco.

Me sentía desesperado quería salir de aquel lugar, volver al pasado y hacer las cosas de diferentes manera.

Quería tener el lugar de Charles, quería sostener la mano de ella durante la cena, quería hacerle cumplidos, quería despertarla con el aroma del café, quería leer sus libros preferidos, llorar, reír y amar a su lado. Pero todo estaba claro ya no pertenecía a su alrededor.

Devy tenía una vida, una pareja y un nuevo corazón.

— ¿Por cierto como va lo de tu libro?.-cuestionó la chica.

— ¿Libro?.-repetí, desorientado.

— Si, le conté sobre tu libro.-agregó la rubia con una mirada de culpabilidad total.

— Bien en unos meses saldrá a la luz.

— Felicidades.-suspiró, Devy.

— ¿Así qué escribes?.-cuestionó, Charles.

— Si, al menos lo intento.

— Basta no seas tan modesto, él no solo escribe también se encarga de la publicidad del mismo.-alardio la rubia.

— Eso es increíble.

— Gracias, aunque no es para tanto.-respondí con timidez.

— Claro que lo es Devy esa historia te va a encantar es hermosa y tiene un significado especial para ti.-insistió, Lili, soltando demasiada información para mi gusto.

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