capítulo 2: borrón y cuenta nueva.

2.1K 69 15
                                    

Las despedidas eran duras y difíciles, nunca logre entender del todo a que se debía la necesidad de decir "adiós" y no alguna otra frase menos dolorosa, siempre he sido de la idea que cuando uno se aleja de su hogar no significa que lo está abandonando , más bien es el inicio de algo nuevo, algo que te beneficiará de muchas maneras.

Supongo que mís padres compartían la misma idea, al menos eso quería pensar. Tomar la decisión de que su hija menor se mudará a otra cuidad, para cumplir sus sueños , era un gran sacrificio viniendo de ellos. Aunque la noticia no dejaba de sobrepasarme , sabía que llegar a esa decisión había sido idea de Angie la mayor de mis primas, ella siempre fue un alma libre y logró independizarse con apenas 18 años, así que digamos que era mi ejemplo a seguir en muchos aspectos, vivir con ella me hacía mucha ilusión.

— Vivi, ya llego tu amigo.-gritó desde el primer piso mí padre. Bajé las escaleras al instante.

— Yo en realidad, no soy su amigo.-articuló rápidamente un pelinegro con el cabello desordenado y ojos de un verde esmeralda, quién portaba con orgullo unos jeans desgastados y una sudadera verde.

— ¿Entonces eres su novio?.-pronunció mí padre para avergonzarme aún más, por la cara que había puesto él chico, parecía tratarse de una broma de muy mal gusto.

— ¡Papá!-entre rápidamente en acción.

— Es broma, tranquila cariño.-justificó al tiempo que le daba una palmadita en el hombro al chico, antes de salir en dirección al auto con mis maletas.

— Una disculpa, él suele bromear con las visitas.-me adelanté a decir para aligerar el bochornoso momento.

— Descuida, mi padre es igual hace bromas de pésimo gusto.-confesó con una media sonrisa y es ahí cuando puedo percibir que tiene una mirada muy profunda e interesante.

— Supongo que es humor de adultos.- respondí a tono de broma, tratando de sobrellevar la situación.

— Supones bien.-sé limitó a responder al tiempo en que daba una larga y pesada respiración.

— Si estoy en lo correcto, ¿tu nombre es Timothée?.-hablé nuevamente para evitar el silencio incómodo, sabía perfectamente que ese era su nombre, pero era lo único que se me ocurrió para continuar con la conversación.

— Sí ese es mi nombre, una disculpa por no presentarme antes. Pero creía que era algo innecesario después de todo compartimos clase.-respondió en un tono sarcástico.

— Te pido una disculpa por lo anterior, sonó estúpido.

— Tranquila, estoy acostumbrado a ser invisible ante los demás.-y antes de que continué con su monólogo de chico incomprendido y misterioso, mi padre nos interrumpe.

...


Me preparo mentalmente para un trayecto largo y acompañado de las bromas de papá. Así que por elección evitó ser su copiloto, por dos razones la primera regularmente me quedo dormida y la segunda no soy buena con las direcciones, siento pena por él chico, pero rápidamente se me pasa cuando lo escucho decir:

— Señor Lambert, si me permite puedo manejar, el tráfico a esta hora es agotador.-ofreció con amabilidad, y al instante los ojos de papá brillan, como si le hubiesen dicho que ha ganado la lotería.

— Por fin alguien que se apiada de mí.-agradeció, para entregarle las llaves del auto.

Por mí parte me limitó a observar la escena un poco sorprendida y veo de reojo al chico, quien rápidamente lo percibe y me observa por unos segundos, ambos sostenemos la mirada, parece que ninguno se rendirá. Hasta que nos interrumpen por segunda ocasión.

𝑫𝑬𝑳𝑰𝑪𝑨𝑻𝑬  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora