Capítulo veintinueve.

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Penúltimo capítulo :)Dedicado a las siguientes personas que siempre me han apoyado, qu me suben en ánimo y que bueno, prácticamente están leyéndome desde un principio.

@LarryIsLove_2202Vale, jashjas eres la mejor, enserio.

@verguix Daisy, kasjsha amo tus comentarios de verdad.

@loveisequal9Clau, tu sabes que te amo. @Alessstylinson Haz ajshasja tu y gime me hacen mucho reír, hay veces que enserio creo que van a follar en el wsp.

@Love1DgheimiLO MISMO QUE ALEX JSHAJS @DirectionerOn17 cantas increíble .

....... Y también a todas las que leen, y votan, comentan y bueno, me hacen reír.

Y a las que me amenazan y tratan a mi progenitora de perra también, ¿por qué no?

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Alex, arrastró su cuerpo hasta un sucio colchón que guardaban en el sótano, lanzó a Louis a este mismo con violencia pateando sus costillas, piernas y estómago, el castaño gritaba preso del dolor y la angustia.

Su sangre escurría por sus fosas nasales, de su boca, del corte de su ceja, sus lágrimas tomaron carrera sin permiso de sus ojos hacia sus mejillas y cuello.

-¡A-Alex...! -Gritó Louis intentando alejar a su agresor pero su fuerza era mínima en comparación a su agresor y el miedo no ayudaba.

Golpeó su mejilla y besó sus labios mordiendo sus labios con fuerza. Louis gimió de dolor y asco al sentir su sangre recorrerle el interior de su boca. -Grita, grita todo lo que puedas hasta desgarrar su hermosa garganta Lou -Dijo con sorna-, pero... Nadie te oirá.

Y Louis en ese momento prefirió la muerte inmediata, ya que Alex seguía golpeándolo, comenzando a desgarrar su ropa, el cuerpo del castaño se sacudía con fuerza a causa de sus temblores, los ojos de Alex prácticamente ardían en el fuego de la lujuria y una rabia contenida en años y años de cárcel juvenil.

-xxx-

La espera es agobiante, Harry lloraba abrazado a una sudadera ancha suya que Louis siempre usaba, sus pensamientos lo agobian de una atroz manera, a cada hora le rezaba a su Dios por la salud y bienestar de su pequeño. Se dio cuenta que la vida era una hija de puta que era mala con la gente buena y jodidamente buena con la gente mala, aunque parezca un trabalenguas, es la puta verdad.

Albergado en sus pensamientos, no notó que su teléfono sonaba como loco, cuando este lo notó corrió hacia él con ganas, pero su sonrisa de asombro decayó al leer el nombre de Liam en la pantalla táctil.

Sin embargo, contestó. -Liam...

-Uhm h-hola Harry.

-¿Sucede algo? -Preguntó el rozado con su voz grave debido al llanto que ha albergado su ser hace ya varios días.

Oyó el suspiro desganado de Liam, obligándolo a suspirar también. -Me gustaría que hubieran Harry.

Unas nuevas lágrimas recorrieron sus mejillas y un nuevo sollozo se escapó de su garganta. -Oh Liam, s-sí le ocurre algo... y-yo soy capaz de c-cualquier cosa.

La respiración pausada de Liam le ayudó como un calmante. -No Harry, lo encontraremos. Él, e-estará bien, ya verás, Lou es un chico fuerte. -Lloró en silencio oyendo los fuertes sollozos provenientes de lo más profundo de la garganta de Harry.

Ambos intentaban reiterarse en sus mentes que Louis estaría bien. Todos estando al pendiente de cada noticia o siquiera a la más pequeña pista que pueda llevarlos con Louis.

Esa noche tenían una cita con el investigador privado para dar más detalles acerca de la desaparición de Louis, Harry lo creía estúpido, ya que no había más detalle acerca de eso, Louis no estaba y no había rastro de él. La policía en cambio, interrogó a los farmacéuticos que tuvieron un último contacto con Louis. Debían hacer el reporte lo antes posible, para Harry y sus cercanos, sí Louis no aparecía en lo que aún queda de semana, serían capaz de dar vuelta el país completo. E incluso Europa entera.

-xxx-
La oficina del inspector era lo bastante cliché de esas películas policíacas de los años XX, y él también lo era, con su sombrero estilo caribeño, camisa blanca impecable y unos tirantes del mismo tono del gorro. Unos pantalones de vestir con la línea de la plancha bien marcada y en sus pies unos zapatos brillantes y puntiagudos, para rematar llevaba una gabardina color beige que remataba todo su look de película gánster.

-Ahora, ¿Harry, no es así? -El aludido asintió desganado, sorbiendo por su nariz debido al llanto-: Háblame de Louis, no omitas ningún detalle.

Harry sonrió al recordar aquella sonrisa y aquellos ojos azules tanto amaba. -Es pequeño, unos casi diez centímetros más bajo que yo. Es bastante delgado y delicado, su pelo es liso, y-y castaño muy claro. Tiene los ojos más azules que he visto en toda mi vida, su sonrisa es lo más puro e inocente que alguna vez he podido encontrar, y que encontraré. Sí me pregunta la ropa que usaba ese día, bueno, no la recuerdo, lo intento pero no puedo. Sólo le pediré un favor... -Dijo con su grave voz rota por el llanto-, ayúdeme a encontrar a mi Lou.

-Haré lo que pueda hijo-Suspiró el Inspector Nars.

(^.^ eso fue tan de Toy Story 2, okay ya).
-xxx-

Chloé sentía los gritos de Louis, los desgarradores gritos del pequeño castaño quien le robó a su mejor amigo con una sola sonrisa, con un pestañeo inocente ya tuvo a Harry a sus píes. Era el mismo castaño que ella quería ver mal, sufriendo a punto de morir, pero... Al oír aquellos gritos qué resonaban por todo el sótano, incluso hasta podía aceptar que el eco de los gritos se oían por el bosque inhóspito.
Deseo que sus gritos acabaran, sus pies pesaban una tonelada, su frente goteaba su sangre densa y tibia, parpadeaba con intermitencia, mientras tomaba entre sus delgadas y temblorosas manos la pistola que se encontraba a su costado regada por el sucio piso de madera. En medio de tal acción observó la ancha espalda de Alex, vio como le hacia daño a Louis. Como la ropa de ambos era casi nula, como el cuerpo de Louis estaba completamente estampado de rasguños, raspones, moretones, sangre y unos cuantos arapos de su ropa rasgada. Imaginó sus ojos azules con un marco violáceo con leves tonos azules y verdes amarillentos, sus labios rotos e hinchados, sus mejillas mojadas e hinchadas igualmente por los golpes que estaba segura Alex le dio. Quiso acabar con todo este sufrimiento, los agudos gritos se grabaron en su mente. Es lo peor alguna vez oído. Ver y oír a un inocente chico pedir clemencia, es la peor imagen.

Se arrastró poco a poco poniéndose de pie, sus rodillas temblaban y su cabeza ardía. Sin embargo, las palabras que pronunciaría las pensó con cautela presa del miedo, asco y a la vez rabia del momento. -Te veré en el infierno. -Dijo antes de apretar el gatillo, detonando toda su ira en contra de su ahora principal víctima.


Siento que en este instante quieren matarme, pero... Ya les dije, por favor, confíen en mí. Ahora tengo una gran inspiración, irá en ustedes si publico el último capítulo está semana. Lo que me importa a mi, más que los votos son sus comentarios, palabras de aliento o puteadas, yo las sigo amando.

*sí quieres dedicación firma aquí.

"En busca del sumiso perfecto" Larry StylinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora