Capítulo veintitrés.

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Capítulo veintitrés.

Louis.

En el momento en el cual Harry se deslizó con ternura y cariño en mi interior me sentí lleno, el agua de la ducha en conjunto a los besos que Harry me proporcionaba ayudó a ahogar mis agudos gemidos. Mis pequeños dedos jugueteaban con los rizos —ahora lacios por el agua— de Harry, jaloneaba su pelo mientras él me besaba con pasión y embestía mi cuerpo con cuidado.

—Más f-fuerte H-azz—Gemí.

Harry no dijo nada sólo acató lo que le dije y embistió mi cuerpo con un ritmo frenético y constante, soltaba pequeños grititos de placer que nuevamente Harry callaba con sus labios, oh esos labios gruesos que tanto amo y que estube a punto de perder, de no poder probarlos nunca más.

—Te amo mi amor... —susurró Harry en mi oído en un tono jadeante. 

Iba a responder que yo también pero su miembro chocó suavemente  contra mi manojo de nervios en mi interior. Gemí con fuerza y arañé su espalda, Harry gimió con esa sensual voz que siempre porta y me hizo entrar al paraíso.

Con mis manos en su bello rostro cinceleado por los Dioses, lo atraje con fuerza hacia mi y lo besé, nuestro beso era húmedo y caliente, mientras que su cuerpo arremetía contra el mío. 

Dolía, oh mierda que sí. Pero no me importaba, amaba esta nueva sensación de tener a Harry en mi interior, la primera vez fue hace tanto que ya había olvidado que se sentía unirse en cuerpo y alma a la persona que amas.

Mis piernas comenzaron a flaquear me sentía acalambrado y sentía que podía caer en cualquier momento caería, pero sabía que Harry no me dejaría caer. 

—N-no... puedo m-más...—gemí entrecortadamente escondiendo mi rostro en la curbatura del cuello de Harry y mordí su deliciosa carne.

—Ah... córrete para mí...

Su mano bajó hasta mi miembro y le dió una que otra sacudida, yo gemía contra su cuello. Una corriente eléctrica recorrió mi espina dorsal y viajó hasta mi entrepierna, me sacudí en un potente orgasmo, grité entrecortadamente disparando tiras de mi blánquecino néctar. 

Harry aumentó el ritmo de sus embestidas estimulando así mi sensible entrada a los pocos minutos se corrio en mi interior llenándome por completo. 

Nos quedamos un rato asi tratando de recobrar fuerzas, mi corazón latía desbocado contra mi pecho y sentía como el corazón de Harry estaba en iguales condiciones, mi corazón ahora latía por él, y espero que el de él lata por mí. 

Mis párpados se cerraban como si fueran unas puertas de acero, yo incapaz de hacer algo me acomodé en el gran cuerpo de Harry, escuché su risa. 

La música no ayudaba, me arrullaba de sobremanera, y nos brazos de Harry eran mejores que cualquier cama. Me acariciaba la cabeza, yo ronroneaba en su hombro.

— Bebé...—Le oí decir—: No puedes dormir, no en la ducha. Hay que lavarte.

— Lávame tú. 

Se sentó en la gran tina que estaba bajo nuestros pies, idiota. Me hizo el amor de pie, sí hubiera estado despierto, reiría. Me senté en su regazo, mi trasero molestaba un poco, pero no me importa. Tengo sueño. Harry me lavaba el cabello con mi shampoo, y yo sólo me dejaba. Luego con un jabón enjabonó todo mi cuerpo con delicadeza, me masejeó los hombros y besaba mi cuello. Me removí incómodo.

— Linda marca te dejé, mi amor. —Alardeó. 

When you say you love me, know I love you more. And when you say you need me, know I need you more. Boy I adore you. I adore you. 

"En busca del sumiso perfecto" Larry StylinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora