"En busca del sumiso perfecto" Larry Stylinson

Prólogo.

Estaba en clase de artes, para muchos es la relajación de la semana, pero para mi, no. Amaba expresar lo que sentía mediante a un boceto o un dibujo más avanzado, estaba tan concentrado dibujando una escena de una chica triste bajo la luna, que no me di cuenta cuando la puerta se abrió, dejando ver al Director Sanders con su típico pantalón de vestir gris pasado de moda que acompañaba con una camisablanca -bastante vieja, cabe decir-; en su cuello una corbata rosada que combinaba a la perfección con sus mejillas sonrosadas y regordetas, llevaba la chaqueta de vestir a juego con el pantalón.

- Buen día alumnos, lamento interrumpirlos en sus "obras de arte", ya que veo, son dignas de un museo, o del pasillo del instituto -Aduló observando mi trabajo, Artes es la única clase en la cual me siento enfrente, mis "amigos" siempre me invitan a sentarme junto a ellos en la parte de atrás pero los ignoro y me la paso dibujando, y eso el profesor, aprecia mucho ya que muchas veces ha expuesto mis obras-. Pero, el motivo de mi visita, es algo urgente.

¿Qué será lo que debe decir el Director? Sólo espero que no cambien los "martes Mexicanos". Los tacos, son mi vida. Y es el único día que asisto con una gran sonrisa al establecimiento, ¿qué mejor combinación? Artes+Tacos= Felicidad y plenitud en la vida de Harry.

- No Harry, no te quitaremos tus amados tacos. Al parecer los amas más que al sexo, eso es un problema psicológico Harry... -Sanders amaba gastarme bromas, la verdad aprecio mucho eso, ya que, me la paso en su despacho la mayor parte del tiempo, excepto los martes, sonreí agradecido en su dirección-. El que calla otorga Styles, bueno, no es para eso que estoy aquí, eso esta clarísimo... -Caminó hasta la puerta y lo miré extrañado, ¿es que sólo vino a jodernos?­- "¡Ey, ven... acércate!" -Gritó en dirección al pasillo, cuando volvió, venía en compañía de un chico.

El chico tenía el cabello lacio apartado hacia un lado de la cara cubriendo su frente, vestía unos skinny jeans negros y unos vans suela alta del mismo color, una camiseta sencilla y una sudadera, lo que más llamó mi atención fueron sus ojos y su redondo culo. - "He encontrado a mi musa..." -Me dije en mi mente, el chico estaba como quiere, además de que sus ojos transmitían una inocencia, lo cual, me volvía loco.

- Vamos, preséntate, no seas tímido. -Le animó Sanders, pero el chico tenía otros planes, ya que sólo observaba el suelo y alzaba su azul mirada de a ratos, Sanders, bufó-. Okay, entiendo que debe ser difícil que unos holgazanes con cara de maniaco sexual te estén mirando tanto... -Reí ante el estúpido comentario de Sanders, pero el chico lo miraba aún más asustado y sus pupilas se dilataron demasiado-. Lo siento, lo siento... chicos él es Louis Tomlinson, es nuevo aquí, háganlo sentir especial, y TÚ -señalándome a mí­-; no te le acerques demasiado, el muchacho tiene potencial. -Con esto se retiró dejándome con una cara de póker.

- Buenos días Louis, soy Maxwell Black, tú profesor de arte y música... -Louis sonrío tímidamente de un solo lado, oh mierda, ese gesto hizo que la sangre se me helara, lo estaba viendo descaradamente, dramáticamente cambié la hoja de mi dibujo por una blanca de mi croquis, lo observé unos momentos, estaba de perfil, genial, y comencé a retratarlo-, siéntate en la punta derecha del salón.

Gracias Max, el lugar en el cual ubicó a Louis encajaba perfecto con el perfil que dibujaba, lo seguí observando descaradamente por largos diez minutos -los cuales parecieron segundos- y continué retratando a un pequeño nuevo adonis.

- Serás mío, pequeño... me lo prometo-. Dije cuando YA estaba en mi cama observando mi obra terminada, no es por ser arrogante, pero parecía una foto en blanco y negro, se veía precioso, o el lo era. -No te daré mucho tiempo, serás mi sumiso perfecto...