Mi demonio Nicolás [ VOLUMEN 3 ] DISPONIBLE EN AMAZON MX

49. Corazón roto

*Arthur en imagen*

NOTAS: ¡HOLA DE NUEVO! Sé que algunos ya leyeron este capítulo pero ha vuelto como parte del segundo volumen de este hermoso libro en el que he invertido mi tiempo y pasión. Agradezco a todos los lectores que están acá.

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| | A R T H UR | |

Observo el amplio panorama de toda la escuela desde la azotea de uno de los edificios. Veo a los estudiantes jugando fútbol, riendo con sus amigos durante el almuerzo y cosas triviales con las que parecen divertirse, donde parecen felices.

Estoy parado al borde del techo, apretando los puños fuertemente para tomar valor antes de saltar.

Ahora que mamá murió, ya nada tiene sentido para mí. No tiene caso seguir viviendo.

Me siento tan destrozado que lo único que quiero es morirme.

— ¡Arthur! —una conocida voz a mi espalda me tomó por sorpresa, haciéndome mirar hacia atrás con mis ojos hinchados por el llanto previo.

Adrián Hale lucía agitado, horrorizado y preocupado al verme, pero sobre todo, triste.

— Por favor, baja de ahí —lo miré con melancolía y a pesar de que muy en el fondo me conmovía que quisiera salvarme, la verdad es que no tenía ganas de seguir viviendo.

Me giré, luchando internamente por ignorar su propuesta. La verdad es que mirando al vacío, sentía miedo; así que cerré los ojos antes de adelantar uno de mis pies al principio, justo cuando un agarre firme se aferró a mi antebrazo, obligándome a detenerme.

— Arthur, te lo suplico. No hagas esto.

— Déjame —rogué entre lágrimas—, sólo déjame.

— Por favor, tienes que parar. Deja de hacer esto.

— ¿No lo entiendes? La única familia que me quedaba se ha ido. Ya no tengo nada por lo que vivir.

— ¿Y yo qué? —quedo absorto por sus palabras y la tensión que me apresaba de repente se disipó, dejándome vulnerable a su agarre—, mira, no puedo imaginar el dolor que debes estar sintiendo, pero en este tiempo que hemos estado juntos, te vas vuelto alguien muy importante para mí. Por favor, no me hagas esto.

Mis ojos se agrandan por la conmoción que me golpea su declaración. ¿Yo le importo? ¿Le importo tanto que no quiere que muera?

Giro mi cabeza hacia él para decir algo, siendo interceptado por él nuevamente.

— Arthur, te quiero, ¿okey? Te quiero —enmudezco ante sus palabras y mi débil corazón cede a su agarre donde me dejo caer en su su regazo y él rápidamente me atrapa con ambos brazos arrastrándome lejos de la orilla.

Caemos de rodillas abrazados y no puedo evitar soltarme a llorar.

— Odio esto, Adrián... Lo odio...

— Lo sé. Estoy contigo.

Sigo llorando, empapando su pecho con mis lágrimas que no dejaban de caer.

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Creí que las cosas podían mejorar, creí que todo estaría bien mientras no contradijera a mi hermano porque siempre pensé que la vida a su lado era todo lo que necesitaba para volver a ser feliz.

Durante su ausencia, cuando creí que tal vez no lo volvería a ver por ya no estar en este mundo, hubo alguien que estuvo para mí e intentó ayudarme. Esa persona siempre mostró interés por mi bienestar e intentaba todos los días sacarme aunque sea una pequeña sonrisa.