52. Pacto maldito

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*Gerard en imagen *

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| | J O R D A N | |

Mi cuerpo desnudo colgaba de las cadenas enganchadas al techo que aprisionaban mis muñecas mientras mis pies descalzos se sostenían sobre el piso de piedra fría de ese oscuro sótano. Mis dientes tiritaban a causa del gélido ambiente del lugar de forma controlada, pues mi mente repasaba los sucesos que me habían llevado a ese lugar, específicamente del día anterior.

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Temprano por la mañana, recibimos un mensaje.

Nicolás revisaba algunos documentos en el sillón de la sala principal. Yo me ubicaba de pie a su lado y en silencio cuando una notificación de mensaje hizo vibrar mi teléfono móvil. Lo revisé comprobando el mensaje de uno de mis subordinados.

— Mi vigilante me envió esto —le mostré la pantalla a mi jefe que mostraba una foto de uno de nuestros traficantes que había desaparecido la semana pasada. Yacía muerto boca arriba en el pavimento con una nota pegada a su pecho expuesto por la camisa abierta.

"Si buscas al Cuervo, negociemos", decía, seguido de la dirección de uno de los restaurantes más caros y lujosos de la ciudad, el cual era obviamente, territorio de los Savage.

La nota estaba firmada por "El Cazador".

— Ya es hora, ¿no? —Beryclooth frunció ligeramente el ceño sin deshacer su sonrisa.

Arrojó los papeles sobre la mesa y se puso de pie.

— ¿Dónde está Foxy?

— Con tu hermano.

— Llámala y prepara a los muchachos.

— ¿Qué haremos?

— Saldremos a cenar.

Esa misma noche, después de que el menor de los Beryclooth se quedó dormido en casa, yo, Foxy y diez guardaespaldas escoltamos al Demonio hacia el lugar. Mi jefe, la pelirroja y yo viajamos en una camioneta resguardada por otras tres alrededor.

Por alguna razón, me sentí ansioso. No dejaba de pensar que estábamos en camino a conocer al hombre que le declaró la guerra directamente al hijo de Greg Hellsing. Asociaba al niño que conocí con su yo actual y me pregunté en qué se había convertido.

Agradecí traer mi máscara que cubría mi rostro pensativo, así, mi amo no se daría cuenta.

Winter se puso un vestido verde con mangas largas mientras que mi joven amo vestía uno de sus tantos trajes color sangre, esos que le quedaban malditamente bien, pero esa máscara lo hacía verse distinto y revivía recientes recuerdos muy chocantes.

Me golpeé mentalmente desviando mi atención a la ventana.

Al llegar, nuestros hombres nos abrieron las puertas e ingresamos al edificio hasta el último piso donde nos habían citado. Nuestras escoltas nos siguieron cubriéndonos las espaldas, pero ni por eso bajé la guardia.

Cuando salimos del elevador, nos dimos cuenta que el lugar estaba vacío, cada mesa a excepción de una en el centro junto al balcón.

En una de las sillas, aguardaba un hombre joven y rubio, vistiendo un traje impecable de color blanco y corbata negra. Acompañaba su vestimenta con un sencillo antifaz blanco tapándole la mitad de la cara.

Mi demonio Nicolás [  VOLUMEN 3 ] DISPONIBLE EN AMAZON MXDonde viven las historias. Descúbrelo ahora