Pretty Please - Robin Buckley

Capítulo 23

Bajamos corriendo las escaleras hasta el garage de Nancy donde habían 4 bicis.

Mierda.

- Alguien va a tener que llevar a alguien- las miradas se dirigieron a mi.

- ¿Qué?- no iba a llevar a nadie.

- Alguien tiene que llevarte- Nancy me dijo- eres la más chiquitea.

- Mi estatura no me define- me cruce de brazos y Nancy rodó los ojos.

- Cariño, si quieres te llevo- Robin me dijo y negué.

Robin es la persona con menos coordinación y resistencia que conozco además de mi, así que voy a elegir al que podría ser el más fuerte del grupo.

- Me lleva Steve- el me miró confundido.

- ¿Por qué yo?- hice un gesto con los hombros.

- ¿Por qué no?- le sonreí y fui hasta el.

Me paré en unos pequeños apoya pies que tenía en la rueda de atrás y comenzamos a andar hasta la casa de Eddie con desesperación y miedo a encontrarnos los murciélagos.

Al pasar por la casa Creel vimos una bandada de pájaros revoloteando como si estuviera pasando algo.

Al llegar nos bajamos y dejaron las bicis tiradas.

- Debe ser un récord Guinness por los kilómetros recorridos interdimensionalmente- Robin parecía cansada pero igual seguía con buen ánimo.

Steve empezó a toser y lo mire confundida.

- Inhale esa porquería, y tus manos en mis ojos no ayudaban- señaló para molestarme.

- En mi defensa, las puse ahí sin querer y fue una vez- lo mire- si supieras andar en bici no hubiese sido tan complicado agarrarme.

Tenemos una mini discusión y paramos cuando entramos al trailer de Eddie y vemos el portal.

- Santa mierda- si, eso estamos pensando todos, Steve.

Hay un portal del mismo tamaño que el portalago pero en el techo, sí en el techo, de la casa de Eddie.

- Ahí murió Chrissy, exactamente donde murió- apoye mi mano en su hombro demostrándole apoyo.

- Creo que hay algo ahí- Robin señaló y mire con más atención y definitivamente parecía haber algo dentro.

- ¿Qué mierda es eso?- algo estaba tratando de salir y me acerqué más a todos.

Ese algo terminó de romper la cápsula que había y todos dimos un paso atrás asustados, Robin y yo soltamos gritos y nos abrazamos.

Pero al ver que no era nada peligroso nos acercamos un poco y miramos asqueados el líquido que salía.

De todas formas seguíamos alertas porque aunque se haya roto nada había salido de ahí. Esperábamos lo peor.

Mi mano seguía agarrada a la de Robin.

- No lo puedo creer- nos acercamos todos a ver qué había y resulta que eran mis niños pero estaban dados vueltas, realmente Upside Down.

Ellos se rieron y nos saludaron.

- Hola- su voz se escuchaba media distorsionada.

Di saltitos de alegría y los saludé.

- Hola- respondimos todos sonrientes.

- Santa mierda, esto es una locura- mire a Robin y asentí dándole la razón.

- Bada, Bada, bum- gritó Dustin con alegría y empezamos a idear un plan para salir de ahí.

Ellos ataron sábanas para que la treparemos y llevaron un colchón para que no nos golpeáramos.

- Si... sobre esas manchas... son- me reí y le di unas palmaditas con burla- No se que son.

Robin lo miró asqueada.

- No estoy seguro cómo va a funcionar esto pero... aquí vamos- dice eso y nos lanza la cuerda de sábanas- eso es.

Dustin festeja cuando funciona su plan.

- Y si mi teoría es correcta...- suelta la cuerda y queda en el lugar- abracadabra.

Mi niño es un genio.

- Bueno, tiren a ver si aguanta- nos miramos entre todos para ver quién iba primero y Robin como estaba frente la agarro.

Ella tiro con fuerza y no cayo así que empezó a trepar.

- Supongo que soy el conejillo de Indias- siguió subiendo y lo logro.

Logró pasar al otro lado. Un gran alivio invadió mi pecho

Luego de que ella lo hiciera me ofrecí y pase, se que luego fue Eddie pero estaba muy distraída saludando a los niños.

Abrace a cada uno de ellos, es una alegría no estar atrapados en ese lugar asqueroso.

Pero de un momento a Nancy se le dieron vuelta los ojos y quedó en trance. Lucas miró a Max y Robin a mi. Esperaban que algo sucediera pero yo me sentía bien, ni siquiera escuchaba el reloj

Steve se desesperó y empezó a sacudirla y llamarla mientras nosotros buscábamos música en el remolque de Eddie pero nada parecía del estilo de Nancy.

- Lo que sea que están haciendo ahí arriba, apúrense- nos gritó y mi desesperación aumentó.

Necesito respirar. Puedo respirar. Es solo inhalar y exhalar. Necesito respirar. Puedo respirar. Es solo inhalar y exhalar. Necesito respirar. Puedo respirar. Es solo inhalar y exhalar.

Continué diciéndome eso mientras mis oídos zumban y mi vista se volvía borrosa por la desesperación, siento que no puedo moverme pero lo estoy haciendo. Me estoy moviendo. Estoy caminando tratando de encontrar alguna música en mi walkman que pueda ayudar y mirándolos a todos mientras buscan un cassette.

- Steve dice que necesitan apurarse- Érica llega corriendo hasta el cuarto de Eddie, donde estamos todos y su grito me saca de mi burbuja.

Dejó de lado mi música, no encuentro nada que le guste a Nancy y me sumo al grupo de mis amigos que esta alrededor de la cama de Eddie buscando música.

- Si, no me digas- Dustin grita irónicamente y no entiendo como tiene la cabeza para hacerlo ahora.

- Estamos intentando, no podemos encontrar nada- Max le grita.

- En serio...- Robin se gira a Eddie que está a mi lado- ¿Qué es esta mierda?

- Si solo supiera que estamos buscando- Eddie traía más casetes.

- ¿Madonna, Blondie, Bowie, Beatles?- le grita nombre de músicos y yo agarro mi cassette para sacar el de Madonna pero la mano de Robin se interpone y me niega- Necesitamos música, música- le vuelve a gritar a Eddie mientras me hace gestos de que no me saque la música y tira cassettes.

- Esto es música- le grita Eddie pero grita muy cerca de mi oído y eso hace que me aturda.

Me doy vuelta frustrada y tiro de mi cabello mientras bufo.

Robin no me deja darle mi música por miedo a que me ataque a mi y no pueda defenderme pero no poder hacerlo me desespera.

Cuando decido que no me importa lo que me pase a mi, cuando decido ayudar a mi amiga y empiezo a caminar decidida hacia el agujero en el techo sacando mi cassette con Robin pisando mis talones, algo cambia. Nancy abre los ojos.

Y un gran alivio se apodera de mi.