Capítulo 49: ¡No eres mi madre!

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POV Jade/Hermione
Después de eso nos encaminamos tumbo a la tienda, mientras me dejé sumergir en mis pensamientos, me tenía que preparar para lo que seguía, necesitaba mi varita, y probablemente unos productos Granger edición "peligro".

-No le digan a su madre que han apostado - imploró a Fred y George el señor Weasley, bajando despacio por la escalera alfombrada de púrpura.

-No te preocupes, papá - respondió Fred muy alegre - Tenemos grandes planes para este dinero, y no queremos que nos lo confisquen.

Por un momento dio la impresión de que el señor Weasley iba a preguntar qué grandes planes eran aquéllos; pero, tras reflexionar un poco, pareció decidir que prefería no saberlo. Pronto nos vimos rodeados por la multitud que abandonaba el estadio para regresar a las tiendas de campaña.

Mientras volvíamos por el camino iluminado de farolas, y los leprechauns no paraban de moverse velozmente por encima de nosotros, riéndose a carcajadas y agitando sus faroles, era algo curiosamente confortable.

Cuando por fin llegamos a las tiendas, nadie tenía sueño y, dada la algarabía que había en torno a nosotros, el señor Weasley consintió en que tomáramos todos juntos una última taza de chocolate con leche antes de acostarse. Este señor Weasley era un pan en dulce, era tan tierno que me hacía sentir a gusto y en familia aun con las miradas de pocos amigos que me daban Harry y Ron de vez en cuando.

No tardamos en enzarzarnos en una agradable discusión sobre el partido. El señor Weasley se mostró en desacuerdo con Charlie en lo referente al comportamiento violento, y no dio por finalizado el análisis del partido hasta que Ginny se cayó dormida sobre la pequeña mesa, mientras sostuve su vaso antes de que se derramara.

Fue entonces que nos mandó a todos a dormir. Ginny y yo nos fuimos a nuestra tienda, y Harry y el resto de los Weasley se quedaron, aunque parecía que Bill y Charlie tenían mucho que molestar a los Gemelos y a Percy. Desde el otro lado del campamento llegaba aún el eco de cánticos y de ruidos extraños.

-Hermione... - oí la voz de Ginny.

-¿Si, Ginny? - dije esperando respuesta.

-No sé qué pasó entre ustedes, pero espero que resuelvan sus diferencias pronto, no me gusta verte triste - dijo y después bostezó, no sabía qué contestar - buenas noches, Hermione.

-Buenas noches, Ginny. - dije mirando hacia el techo.

No tardé mucho en escuchar una calmada respiración proveniente de Ginny, indicando claramente que ya se encontraba dormida. No pude evitar suspirar, no vale la pena pensar en lo que pudo ser, los chicos actualmente no quieren hablarme, y probablemente no lo harán en un largo tiempo.

De vez en cuando resplandecían los faroles de los leprechauns a través de la carpa de nuestra tienda, eso me daba cierta tranquilidad. Lamentablemente, esa acabaría pronto, fue entonces que me levanté y metí muestras maletas en mi bolsa, no tenía tiempo para esto, pronto atacarían.

Tenía que salvar a algunos muggles, me coloqué mis botas y ropa negra, las cenizas de serval no harían la diferencia esta vez, necesitaba pensar en la manera correcta de llevar a cabo las cosas, los portales llamarían mucho la atención, pero con tanto alboroto no creo que muchos lo noten ¿o sí?

Cuando oí el primer grito a lo lejos, fue el momento de crear una ilusión mía que se quedara con Ginny, mi vestimenta era un conjunto negro, tenía armas y el arco de Firenze conmigo, eso me daba cierta seguridad, pronto cree una ilusión sobre mí para aparentar llevar ropa muggle y moví a Ginny.

-Ginny, no hay tiempo, levántate - dije mientras ella se sobresaltó un poco y espabiló. - vístete rápido, probablemente esto empeore. - dije y ella pareció percatarse del bullicio que se comenzó a formar afuera.

¡¿Soy Hermione Granger?!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora