¡¿Soy Hermione Granger?!

Capítulo 4: Clases

POV Jade/Hermione
Después de los anuncios esperados y las conversaciones predecibles, salimos camino a la torre de Gryffindor, cuando decidí hacerme a un lado, fue cuando comenzó el esperado ataque de Peeves, contra Percy, ahora compadecía un poco a Filch, el tener que limpiar los desastres de este sin vergüenza era algo tedioso cuando no sabías cuando iba a ocurrir. Al llegar a la torre de Gryffindor subí detrás de las chicas para descansar, había sido un día muy largo.

Llegó la hora de ir a clases, poniendo la alarma de mi celular me levanté temprano, al terminar mis preparaciones salí en busca de mi desayuno, pronto fueron llegando más alumnos, Harry era la comidilla del colegio, iba en busca de mi primera clase, y desgraciadamente para mí, estaba sufriendo de todos los intentos de Peeves para que llegara tarde, las puertas bloqueadas las abría con facilidad, a lo que él decidió lanzarme papeles, que esquivaba cambiando el ritmo de mi caminata a la clase de transformaciones, al ver que nada funcionaba me dejó en paz, por un rato para ir a molestar a otros alumnos.

La clase de transformaciones pasó sin mucha dificultad, aunque muchos se quejaron de la cantidad de tarea que puso la profesora McGonagall, también estaba claro que tardarían en dominar la clase, pues hicimos muchas anotaciones antes de que nos pusiéramos a practicar con las varitas, después de todos los esfuerzos de los chicos por transformar cerilla en una aguja, suspiré y lo hice, recibí una sonrisa de parte de la profesora y mostró el resultado a los demás, parecía satisfecha con el hecho de que por lo menos una persona lo lograra.

Las clases de Quirrell como profesor de Defensa contra las artes oscuras fueron tan decepcionantes como esperaba, aunque no me molesté en ponerle mucha atención, solo me limitaba leer el libro, que era mil veces más interesante, aun si lo había aprendido por completo, no estaba de más releerlo. Mis momentos de inspiración llegaban cuando iba de visita a la biblioteca, hacía las tareas y podía leer libremente todo lo que había, a Harry ya se le comenzaba a subir un poco la fama a la cabeza, pero sabía que no era tan malo, al final era un niño que descubrió que era famoso.

Pronto llegó el viernes y fue hora de tener clase de pociones con Snape, pasó lista y se detuvo en el nombre de Harry, fue entonces que lo comenzó a intimidar, yo solo escribía las respuestas a sus preguntas en mi pergamino, pero con todo lo sucedido suspiré, el ruido de mi pluma lo molestó, pero mi suspiro lo hizo enojar más.

— Al parecer alguien cree que mi materia es demasiado fácil como para que pueda ignorarme deliberadamente — los Slytherin rieron por lo bajo — ¿puede responder las preguntas que le hice a Potter? — “Esa es una mala decisión de tu parte” pensé más para mí.

— El polvo de raíces de Asfódelo, en la infusión de Ajenjo son para el filtro de muertos en vida, una poción para dormir, el Bezoar es una piedra sacada del estómago de una cabra y sirve para contrarrestar gran parte de los venenos, con respecto al acónito y la luparia, son la misma planta. —con forme iba contestando las risas de los Slytherin se desvanecían —No porque no lo mire significa que no le pongo atención, profesor. — contesté descaradamente y todo el salón se sucumbió al silencio.

— Menos diez puntos Gryffindor — ante eso solo guardé silencio, ya tendría mi revancha en el próximo partido de Quidditch — No te sirve de nada memorizar el libro, la verdadera prueba está en la realización de las pociones.

Después de eso las cosas no fueron para mejor, por lo menos para los demás, comenzamos a hacer una poción para curar forúnculos, pero él no dejaba de pasarse por las mesas molestando y regañando a los demás, yo simplemente me coloqué un audífono y lo tapé con mi cabellera, cuando se ponía a insultarme y tacharme de inútil, solo me concentraba en la música, antes de que Neville metiera la pata lo detuve, a lo que Snape dijo que dejara fracasar a mis compañeros, volviendo a ganar el apodo de sabelotodo insufrible. Ya que la poción me había quedado perfecta y veía que sus insultos no hacían efecto en mi como con mis demás compañeros.