Capitulo 2

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Minerva se consideraba a si misma como una mujer que lo había visto todo y que por ende podía predecir casi a la perfección como ocurrirían ciertas cosas, pero al parecer la joven Potter era la excepción a la regla

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Minerva se consideraba a si misma como una mujer que lo había visto todo y que por ende podía predecir casi a la perfección como ocurrirían ciertas cosas, pero al parecer la joven Potter era la excepción a la regla.

En todo el rato que se la paso explicando lo sucedido con sus padres, su muerte a manos de Voldemort y como ella era considerada una salvadora por vencerlo, Lily Potter no demostró sentimiento alguno. Lo más que pudo vislumbrar fue cuando sus ojos brillaron de ira al nombrar la culpabilidad del mago oscuro, pero fuera de eso no hubo nada.

La chica no hizo más preguntas, recibió la carta en silencio y con permiso de su tía Petunia se retiro a su cuarto no sin antes despedirse de la profesora con un simple movimiento de cabeza. Minerva la observo irse, se sintió confundida. Esperaba que Lily Potter fuera muy amable, risueña y agradable como su madre, o muy juguetona, carismática y chulesca como su padre.

Pero esta Lily Potter no era como ninguno de ellos. Era fría, analítica, desconfiada, reservada y parecía muy solitaria.

Después de que Dudley también fuera a su habitación, ambas mujeres se quedaron solas en la sala. Petunia tomó un sorbo de su té y miro a la profesora con una pequeña sonrisa.

—Se lo que esta pensando.—dijo Petunia y la profesora enarco una ceja.— Que Lily no se parece a sus padres, al menos no en comportamiento.

—Efectivamente.—confirmó la profesora.—¿Siempre...?

—Sí.—asintió.— Siempre fue así incluso de bebé, parecía como sí...como sí el recuerdo de sus padres fuera demasiado pesado para sus hombros. —suspiro con tristeza— Incluso la lleve a terapia porque no hablo hasta sus cuatro años. Resulto que si podía hacerlo pero no le daba la gana hablar.— río ligeramente.— Lily no es mala, solo...le gusta estar sola.

—¿Y cree usted que eso es bueno?— pregunto la profesora con el ceño fruncido.

—Mientras le guste estarlo pero no se sienta sola, todo esta bien. —aseguro Petunia.— Después de todo, al final del día solo nos tenemos a nosotros mismos, somos los únicos que pase lo que pase no nos podemos abandonar.

—Supongo que tiene razón.—admitió la profesora. — Ya debo irme. Mañana Hagrid, el guardabosques, vendrá por Lily para que vayan a comprar al Callejón Diagon, puede ir su primo con ella, se que usted tiene trabajo mañana.

—Eso estaría bien, muchas gracias.—sonrió Petunia.

—A todo esto, quisiera darle un obsequio a la señorita Potter por su cumpleaños.—dijo con una pequeña sonrisa.—¿alguna sugerencia?

La sonrisa de Petunia incremento.

(...)

A la mañana siguiente, Lily salió de su cuarto muy temprano para desayunar. Ese día usaba un pantalón de mezclilla, la camiseta que Dudley le había regalado ayer, sus converse blancos y su viejo Walkman. Se sentó junto a Dudley justo cuando su tía sirvió el desayuno y les sonrió, besando sus frentes.

Potter Girl [Draco Malfoy]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora