Capitulo 54 [Maratón 3/3]

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Miró hacia todos lados

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Miró hacia todos lados. ¿Qué le habría sucedido a Fleur? El grito parecía proceder de delante. Tomó aire y se internó corriendo en la niebla encantada. El mundo se puso boca abajo. Lily estaba colgada del suelo, su pelo aún sujetado por las mágicas horquillas de oro blanco regalo de Draco. Comprobó, aterrorizada, su situación: era como si tuviera los pies pegados con cola al césped, que se había convertido en techo, y bajó ella se extendía el infinito cielo oscuro y estrellado. 

Se puso a pensar, pero realmente ningún encantamiento que supiera le servía para esto. Tenía dos opciones: intentar moverse o lanzar chispas para ser rescatada y descalificada. Cerro los ojos y levantó el pie derecho, separándolo del techo de césped. De inmediato, el mundo volvió a colocarse. Lily cayó de rodillas al suelo. 

La impresión la dejó momentáneamente sin fuerzas. Volvió a tomar aliento, se levantó y corrió; volvió la vista mientras se alejaba de la niebla dorada, que centelleaba con inocencia. Se detuvo en un cruce y miró buscando algún rastro de Fleur. ¿Estaría bien? No había rastro de chispas rojas, ¿Quería decir eso que había logrado salir del peligro, o que se hallaba en un apuro tan grande que ni siquiera podía utilizar la varita?

Lily tomó el camino de la derecha con una sensación de creciente angustia, algo en todo esto le daba muy mala espina. Tenía un muy mal presentimiento.

Y desgraciadamente nunca había fallado en sus presentimientos.

Pasaron otros diez minutos sin más encuentro que el de las calles sin salida. Dos veces torció por la misma calle equivocada. Finalmente dio con una ruta distinta y comenzó a avanzar por ella, ya no tan aprisa. La varita se balanceaba en su mano haciendo oscilar su sombra en los setos. Luego dobló otra esquina, y se encontró ante un escreguto de cola explosiva. Cedric tenía razón: era enorme. De unos tres metros de largo, era lo más parecido a un escorpión gigante: tenía el aguijón curvado sobre la espalda, y su grueso caparazón brillaba a la luz de la varita de Lily, con la que le apuntaba. 

—¡Impedimenta!

 El embrujo dio en el caparazón y rebtó. Lily retrocedió algunos pasos tambaleándose antes de caer.

—¡IMPEDIMENTA!

El escreguto se hallaba a unos centímetros de ella en el momento en que quedó paralizado: había conseguido darle en la parte de abajo, que era carnosa y sin caparazón.

Jadeando, Lily se apartó de él y corrió con todas sus fuerzas en la dirección opuesta: el embrujo obstaculizador no era permanente y no tardaría en recuperarse. Tomó un camino a la izquierda y resulto ser un callejón sin salida; otro a la derecha y dio en otro. No tuvo más remedio que detenerse y utilizar el encantamiento brújula. Desanduvo lo andado y escogió un camino que parecía ir al noroeste. Llevaba unos minutos caminando a toda prisa por el nuevo camino, cuando oyó algo en la calle que iba paralela a la suya que la hizo detenerse en seco.

—¿Qué vas a hacer?—gritaba la voz de Cedric— ¿Qué demonios pretendes hacer?

Y a continuación se oyó la voz de Krum:

Potter Girl [Draco Malfoy]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora