Capitulo 64

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—Draco

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—Draco...—susurró Lily.

Draco la miro con preocupación. Lily, su Lily, estaba ahí, hablándole por primera vez en meses, completamente despeinada, aún con la túnica de Quidditch. Estaba demacrada, pálida, ojerosa, parada ligeramente encorvada mientras se sujetaba delicadamente de su estomago, como si estuviera presionando una herida. La herida que Johnson le había hecho esa mañana. Y lo que más preocupación le dio, fue como sangre goteaba ligeramente de su guante derecho. 

—Mi reina.—dijo Draco y rápidamente la ingresó a su cuarto. Al ser un prefecto, ahora tenía un cuarto individual. 

Tomó a Lily por la cintura, provocando que ella gimiera de dolor, por lo que la cargo entre sus brazos sin decir nada y la llevó hasta el baño, donde la coloco en la tina y comenzó a quitarle la túnica. 

—No...—lo miró con los ojos llorosos—¿Qué haces...?

—Mi amor...estás herida. ¿No te has curado la costilla rota?—cuestionó Draco sacando su varita y murmurando unas palabras. 

—No se me dio la oportunidad.—respondió, permitiendo que las lagrimas comenzaran a escapar de sus ojos. 

Soltó un grito cuando Draco consiguió arreglar su costilla. Se sentó en la bañera, en ropa interior, y tomó la mano de Draco entre las suyas cuando este se levanto para abrir la regadera. Las gotas de agua comenzaron a empapar el cuerpo de Lily.

—Draco...yo...

—Ahora no, querida, necesitas curarte la mano, —interrumpió Draco con voz suave, tomando su mano derecha y tirando del borde del guante— ¿con que te golpeaste que estas sangrand...?... ¿Quién putas te hizo esto, Lily?

La voz de Draco esta vez no tenía ninguna suavidad. Era fría, latente en furia. Su rostro demostraba la ira que estaba sintiendo, pero a pesar de su enfado, toco delicadamente la mano de su amada. 

No debo decir mentiras.

No debo molestar con mi presencia.

No debo fingir ser inocente.

No debo irritar a los demás. 

No debo ser una molestia constante.

Los ojos de Draco recorrían con furia cada palabra grabada en la piel de Lily. Alzó la mirada. Los ojos esmeraldas de Lily, aquellos que el amaba, estaban rojos e inundados por las lagrimas que no paraban de descender por las pálidas mejillas de la chica. Lily no paraba de llorar, pero no emitía ningún sonido.

—Estos son los castigos que te puso esa mujer, ¿no es cierto? ¿Con que demonios te lo hizo?—cuestionó furioso.

—Una pluma de sangre.—respondió Lily, apenas con un hilo de voz.—Y-Yo...

Inmediatamente, Lily rompió a llorar en un llanto tan desgarrador que provoco en Draco un dolor y furia inconmensurable. Lily, empapada por la regadera, de rodillas en la bañera, en ropa interior, dejando expuesto el hematoma de la cintura así como su delgadez y las marcas alrededor de toda su mano derecha, era ciertamente una imagen que Draco no hubiera querido ver ni en sus peores pesadillas. 

Potter Girl [Draco Malfoy]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora