Chapter One

739 33 6
                                    


Sooah
Moscú, Rusia
1 día antes de......

Las noticias anunciaban la tragedia que había ocurrido en aquel lugar conocido como la Plaza Roja.
Las cintas de la policía rodeaban el lugar donde yacían varios cadáveres pertenecientes a hombres y uno que otro anciano.  Agujeros de bala atravesaban sus cráneos, y más de diez puñaladas en sus torsos provocaron que su sangre saliera aún más rápido y que quedaran como cascarón vacío. Sin una pizca de vida y aterrorizando a una ciudad entera.

¿Quien asesinaria a personas de ese modo? —comentó uno de los inquilinos del hotel donde ella había decidido quedarse— ha habido demasiadas tragedias en estos días

Todos coincidían en ello, pero lo que más les sorprendía era que asesinaban sin ninguna pizca de compasión y los cuerpos eran prueba de ello.
Sooah había llegado un día antes de que la tragedia ocurriera, sentía su pecho arder debido al gran milagro que había tenido, pues esa noche en la que todo ocurrió, ella había decidido dar un paseo y pocos minutos después entrar al hotel a descansar un poco.

El solo ver la sangre en el suelo, manchando cada loza, cada borde de cemento, le daba náuseas. Todas esas escenas le recordaban, ese día, que tanto quería olvidar. Que tanto la había marcado y que posiblemente se llevaría hasta la tumba.

—Amor, ¿te encuentras bien? —pregunto su novio con duda y preocupación— te ves pálida, más de lo usual

—N-No, estoy bien. Lo juro, solo~ necesito descansar. —y moviendo su cabeza con lentitud, trató de convencerse a sí misma de que eso era lo que necesitaba— iré a la habitación, si quieres quedarte por mi está bien, dijiste que verías a uno de tus inversores

—¿Inversores? —preguntó y luego abrió sus ojos con nerviosismo— ah, si claro. No te preocupes, te veré luego

Y comenzó a caminar, a pasos cortos, tratando de calmar sus manos que comenzaban a temblar. El trauma de ese día, la había cambiado por completo, dejando a una nueva chica, temerosa del mundo exterior.
Llendo a años de terapia, tomando medicamentos y evitando lugares donde ocurrían tragedias. Creía que Moscú iba a ser uno de esos lugares donde, en fechas festivas como la navidad, la tranquilidad reinaba. Ahora mismo se dio cuenta de su equivocación.

Tomó la tarjeta de su habitación y entrando con lentitud cerró la puerta detrás de ella. No sostuvo las náuseas y corrió al baño a escupir todo aquello que la había asqueado unos minutos antes. Limpio su boca y se levantó poco a poco evitando los mareos y malas jugadas que su mente le daba. Se sentía sucia así que cepillo sus dientes y después se acomodo en la tranquilidad del sofá frente al televisor, tratando de distraer sus pensamientos.

El canal de mascotas era su favorito y al parecer tenía una suerte impresionante al encontrar el mismo que ella veía en sus tiempos de Ottawa.
Cachorros de todas las razas de perros, corriendo y brincando con una pelota y simplemente mordiendo sus colas, eso era lo que más le gustaba a ella. Eran tan tiernos, no tenían una pizca de maldad, y si lo hacían, era culpa de los dueños.

Su celular vibró a su lado, era su novio. Comenzó a explicarle porque llegaría tarde esa noche, aunque ella claramente ya sospechaba algo desde que habían llegado, sabía que él la engañaba y que de verdad no la amaba como decía.
Todo había comenzado unos meses antes, cuando comenzaron a salir y por razones del trabajo, ella se ausentaba en sus citas.
Tuvo un remplazo rápido, pues él le había llamado diciendo que estaba en su apartamento cuando claramente ella lo estaba viendo a través del cristal, sonriendo a la chica frente a él.

Sintió su corazón romperse ese día, trató de terminar con él, explicando las verdaderas razones del porqué debían hacerlo. Por supuesto, su novio se negó, decía que de verdad la amaba y por lástima, Sooah había aceptado quedarse con él y viajar cada que tenían "negocios" o "asuntos" por atender. Cuando sabía perfectamente que veria a la otra chica, que había sido su remplazo instantáneo.

De verdad lo siento mi amor, prometo compensarte, dime que quieres. —"que me dejes ir o que me ames de verdad" pensó para sus adentros, pero sabía que eso era imposible— ¿Sooah?

Oh, eh~ con que llegues al departamento sano y salvo esta bien. —escuchó un silencio del otro lado— ¿Estas bien?

Si, solo~ tengo que irme. —estaba cogiendo mientras hablaba con ella, no tenía límites su nivel de descaro, era una mierda y ella lo sabía, sólo terminaría con eso el día que seguía y regresaría a su vida anterior, sin nada de molestias— te amo

Y colgó, sin siquiera dejar que ella hablara de nuevo. Creía que tal vez el tener una relación controlaría el vacío de su pecho, se había equivocado, nadie necesitaba una relación para seguir adelante. Nuestro comportamiento humano nos pedía hacerlo cuando en realidad podemos seguir adelante solos, y eso es algo que no se ha captado en la sociedad por completo.

Dejó su celular a un lado y apagó el televisor. Miró la hora del reloj en la pared, se iría a dormir en aquella cama vacía con las sábanas frías debido al clima de afuera.
Nevaba como "ese día" y sus ojos comenzaban a llenarse de lágrimas de tan solo recordarlo. Debía superarlo, ¿pero cómo?

"Te amo, nunca lo olvides"

"Perdoname por no darte lo suficiente"

"Sooah, no te rindas, siempre estaré cuidando de ti"

Con tan solo veintinueve años, sentía una desesperación en el pecho, un fierro ardiente en su garganta quemando todo a su paso. Su interior y exterior lleno de sufrimiento que nunca había sacado y que había tratado de llenar con ese patán de mierda, que había encontrado.

No te olvidaré, eras y siempre serás mi todo. —susurró antes de siquiera, cerrar sus ojos y dejar que el sueño la venciera, demasiado pensar y recordar le había dado cansancio—

Puede que~ los malos recuerdos superen los buenos, sin embargo siempre hay algo que puede cambiar eso, y la vida de Sooah, dará un giro inesperado.

𝑴𝒂𝒇𝒊𝒂'𝒔 𝒐𝒃𝒔𝒆𝒔𝒔𝒊𝒐𝒏 [𝑳𝒆𝒆 𝑻𝒂𝒆𝒚𝒐𝒏𝒈]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora