Chapter Seventeen

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Yoonoh
Milán, Italia

El castaño apretaba las fotografías en sus manos. Veía a su Sooah, a su mujer estando con otro hombre, viendo como le daban el placer que nunca pudo darle.

—¿De dónde las sacó? —preguntó molesto mientras suturaba su herida— ¡respondame!

Es mi hijo por el amor de Dios, ¿crees que no se lo que hace cada día y cada hora del día? —el hombre al otro lado de la pantalla simplemente trataba de suprimir su sonrisa y bebía su taza con café negro, si su hijo no quería darle lo que pedía, probablemente lo buscaría con alguien más y ese alguien más, era el enemigo de Taeyong—

—¿Que quiere? —preguntó finalmente— no me daría unas fotos así como así, sabiendo que soy el enemigo de su precioso mocoso y el dueño de esta bala

No pido mucho, solo unos cuantos millones, debo pagar mis deudas. —solo unos cuantos, Yoonoh tenía demasiados para contarlos, empresario multimillonario y dueño de varios negocios de lavado de dinero— te di la ubicación exacta de su hogar, así como también esas fotos en las que tu hermosa esposa se acuesta con el y se abre de piernas fácilmente con un asesino como Taeyong

—No creo que quiera que rastree la llamada y le cosa los labios, ¿o si? —estaba soportando el enojo con tal de obtener más información—

—Bien, me cayo. —así lo hizo—

Yoonoh veía de nuevo cada una de las fotos, los labios de Taeyong sobre el cuello de ella, tocando y apretando sus muslos cuando besaba sus piernas y como ella lo disfrutaba. Tan solo desde la ventana se veía, no quería ni imaginar como estaría dentro de la habitación.

—Le haremos una pequeña visita a su hijo mientras que a usted, probablemente ya no lo necesite. —el viejo abrió sus ojos del susto al ver de reojo la gran arma que poco después le voló los sesos, manchando la cámara y dejando a Yoonoh más que satisfecho— deshaganse del cuerpo

—Si señor. —y la cámara se apagó— Taeyong, iré por ti

Y arrugó las fotos una vez más para levantarse y prepararse para ir a matar a aquel que había estado con su mujer. Pero primero debería aprender a defenderse, un consejo demasiado sabio de parte del peliazul, no sabrá no que lo golpeó.

 Pero primero debería aprender a defenderse, un consejo demasiado sabio de parte del peliazul, no sabrá no que lo golpeó

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Taeyong
San Petersburgo, Rusia

El sol comenzaba a filtrarse a través de la ventana, el sonido de la fuente en el jardín comenzó a despertarlo y observar la magnífica y hermosa escena de tener por fin a su muñeca junto a él, sin ningún pizca de ropa y cubierta por la sabana, rodeándolo con su brazo delgado y suave.

De nuevo comenzó a delinear las lineas de su rostro, hasta detenerse en sus labios y apreciarlos aún más.
La ropa estaba tumbada en el suelo, dispersada por la habitación y creando un gran desastre y ni hablar de los empaques de condones. Al menos unos cinco a la vista.
No pudo ni imaginar cómo, ella había soportado tantos orgasmos y como él no obtenía suficiente de ella.

Sooah comenzó a removerse, acomodando su cuerpo y finalmente poco a poco, abriendo sus ojos con pesadez y una gran bostezo de por medio.
Taeyong no podía pedir más y se sentía extraño consigo mismo, jamás había despertado de esa manera con sus anteriores muñecas ni mucho menos hacerlas sentir bien como él lo había hecho la noche anterior.

Ya despertaste. —habló ella con su voz suave y recién despertada— y-yo

Trató de levantarse, pero la punzada en su abdomen bajo le impidió hacerlo. El peliazul reacciono ante su acción y la miró preocupado. Había olvidado que la chica era virgen, aunque no lo creyera.

—Ven, vamos a ayudarte. —Taeyong se levantó y al mirar a Sooah se dio cuenta de que sus mejillas estaban demasiado coloradas— ¿tienes fiebre? ¿Te duele algo?

Estasdesnudo. —emitió en un leve susurro, lo suficiente como para que el azabache escuchara y al instante corriera a uno de los closets a colocarse ropa interior—

Estaba nervioso, algo nuevo que nunca había sentido. Una vez con ropa interior limpia y una de repuesto para ella, volvió directo a la cama para ayudarla a colocarse la prenda y una playera extra grande que era de él. Esta vez, quería pasar tiempo con ella así que, ¿porque no pedir un poco de privacidad con sus guardias? No les diría que se fueran, solo que no estuvieran dentro de la casa.

—¿Vas a andar así? —pregunto ella nerviosa, a pesar de ya haberlo echo con él de todas las maneras y formas posibles, seguía siendo tímida en cuestión de ver a un hombre en ropa interior—

—Oh cierto. —la dejo unos segundos en el suelo y corrió de nuevo al armario, colocando unos shorts deportivos y una camisa blanca— listo, arriba —y la cargo de nuevo, llendo a la cocina, donde quería preparar algo especial para ella—

Una vez en la cocina, Taeyong procedió a colocarla en la barra de mármol negro, que hacía resaltar las paredes blancas y los muebles de color gris.
Abrió uno de los refrigeradores y sacó lo necesario para comenzar a hacer el desayuno.

—¿Sabes cocinar? —preguntó asombrada y con cuidado de no ofenderlo, no quería que ocurriera lo de la noche anterior—

—Se hacer muchas cosas, y creo que te diste cuenta anoche cuando no parabas de jadear. —no podía contener esas palabras sucias de su boca, tenía que ponerla aún más nerviosa de lo que ya estaba— ahora que lo pienso, ¿porque hacer un desayuno simple, cuando puedo comerte entera?

¿Q-Qué? —abrió sus ojos y sus labios un poco, sintiendo como él peliazul se colocaba entre sus piernas y comenzaba a besarla de nuevo, lento, despacio a un ritmo que nunca creía que lo haría—

Menos mal les pedí a los guardias que salieran. —besó su cuello de nuevo, dejando marcas de por medio, provocando que Sooah jadeara cerca de su oído y jalara un poco su cabello— apenas comencé y presiento que estas demasiado caliente, esta va ser una larga mañana para ti

𝑴𝒂𝒇𝒊𝒂'𝒔 𝒐𝒃𝒔𝒆𝒔𝒔𝒊𝒐𝒏 [𝑳𝒆𝒆 𝑻𝒂𝒆𝒚𝒐𝒏𝒈]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora