Chapter Fourteen

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Taeyong
Milán, Italia
Cinco días después.........

Después de aquel beso que tuvo con Sooah, el chico no podía sacarla de su mente, se sentía vacío al no tenerla cerca de él. Porque si, la había decidido dejar en Rusia debido a que probablemente Yoonoh o mejor dicho Jaehyun la esté buscando y a él para matarlo.

Obviamente no le dijo las razones por las cuales ya no iría con él, pero de tan solo pensar en ella cada noche que estaba ahí, sentía un hueco en el pecho. Recordaba cada movimiento de los labios de su muñeca, cada jadeo que le sacó cuando apretaba sus caderas y cada intento de querer separarlo. No funcionó.

"¿Que me has hecho?" pensó, se sentía.......... diferente. Algo no cuadraba dentro de él, de eso estaba seguro y no podía evitar tratar de razonar y pensar que era la pieza que le faltaba.

—¡Taeyong! —le gritaron haciendo que reaccionara rápidamente, había olvidado por completo que estaba comprando mercancía— ¿quieres prestar atención a lo que te estoy diciendo? Te juro que buscaré otro comprador sino me contestas en este jodido instante

—Si me vuelves a levantar la voz, olvídate de tener aunque sea~ —le dio una ojeada ahí abajo— algo que te distinga como hombre, si es que así puedo llamarte.

—L-Lo siento, no quería ofenderte. —eso era lo que él creía, pero a pesar de haber tenido esa pequeña discusión accedió a comprar la mercancía, armas blancas, de fuego, punzo cortantes y demás— aquí tienes

—Sabes que soy un hombre de palabra, el pago lo recibirás esta noche. —el contrario asintió asustado— bien

No dijo nada más, solo salió del lugar, una bodega abandonada en una ciudad tan hermosa, lo suficientemente retirada como para evitar levantar sospechas y lo mejor de todo comprar su mercancía a gusto.
Lavado de dinero, tráfico de armas, drogas, prostitución. Algunos de sus negocios más importantes y, ¿como no ser rico y poderoso cuando es el mayor líder de las mafias?.

Su auto arrancó, con él en la parte de atrás y su conductor personal al frente. Reviso su móvil, enviando un mensaje a uno de sus guardias en Rusia que lo tenían al tanto de su muñeca. Que hacía, que veía, como estaba vestida.
La foto en su pantalla se hizo presente, la chica llevaba una polera de él provocando que el peliazul levantara una ceja, preguntándose porque había tanta confianza cuando no estaba.

¿Así que ocupando una de mis playeras? —sonrió un poco, quería esa confianza de su parte, pero había un problema con respecto a su vestimenta y es que uno de los shorts que le había comprado, no se veían debido a la medida tan corta— que linda estás muñeca

Lamio sus labios una y otra vez, imaginando como sería tenerla a su lado, debajo de él pidiendo por más. Se escuchaba demasiado pervertido, pero el no haber tenido sexo durante un tiempo lo estaba poniendo aún mas.
Ni siquiera se dio cuenta de que el auto se detuvo debido a otro vehículo frente del suyo. Frunció el entrecejo pero no se sorprendió, sabía que el esposo o mejor dicho ex esposo de su muñeca había ido por él. Y no estaba para nada asustado.
Lo que el contrario no se esperaba, es que Taeyong estuviera armado y de la peor forma posible lo haría padecer de la peor manera.

—¿Señor......? —el chico le hizo señas de que se quedara en el auto, si algo quería era proteger a su gente— de acuerdo

Bajo del auto, abriendo la puerta y acomodando su traje con firmeza. Si algo le habían enseñado, era que no debía mostrar miedo ni siquiera sentirlo, algo que dejó de hacer cuando tan solo era un adolescente hormonal.
La puerta del vehículo frente a él abrió sus puertas y sonrió al ver la cara que tanto había esperado.

—¡Jeong Yoonoh! —sonrió, una sonrisa tan falsa que incluso se vería a la distancia—

—Cállate de una puta vez, no tienes derecho de decir mi nombre pedazo de mierda, ¿donde está mi esposa? —eso lo molestó, ya no era su esposa, era de él, su muñeca hermosa y delicada que tanto deseaba— ¿Te hice una pregunta Lee?

—No se de que demonios estas hablando, apenas te conozco por nombre y rostro. —miró los nudillos del contrario, se empezaba a molestar y eso no era un problema o al menos no para él—

—No estoy para tus jodidas tonterías, ¡dime donde esta mi esposa! —Taeyong comenzó a reír— ¿que te parece tan gracioso?

—El hecho de que pienses que aun es tu esposa, dejame decirte que ella te vio morir hace años. —se acercó hasta Yoonoh, pasos cortos pero que resonaban en el concreto— ¿no crees que sería algo raro que de repente llegues y digas que estas vivo? Ella lloró por ti y aún lo sigue haciendo, yo soy el único que puede ayudarla, soy el único que puede consolarla en las noches y abrazarla para que llore todo lo que quiera, en brazos que para ella si están vivos

—Maldito loco. —espetó sosteniendo su camisa— no estoy para tus juegos, ¡dime donde esta!

—Ni yo tampoco estoy para los tuyos, pero debo admitir que tienes manos de nena, finas y tersas que pareciera que no puede matar una simple mosc~ —un golpe le cerró la boca provocando que callera al suelo— Ay, eres una puta nena, mira ni siquiera me sacaste sangre. Vamos dame un mejor golpe

Ambos tenían métodos distintos, Yoonoh era tortura con máquinas y ayuda de otras personas, en algunas ocasiones no se ensuciaba las manos. En cambio Taeyong, mataba su propia cuenta, acuchillaba, clavaba, perforaba, cortaba e incluso atravesaba los cuerpos de sus victimas con las armas más pequeñas.

—No tienes idea del cuerpo tan bello que tiene, obviamente no lo vas a saber, nunca la viste ni la tocaste como yo lo he hecho. —era un maldito desgraciado, sabía cuáles eran los puntos débiles de sus enemigos ni siquiera tenía que observarlos tan detalladamente—

Sacó su hermosa amiga de metal, una G18 negra, que no dudo en apuntar al  rostro de Yoonoh quien abrió sus ojos con sorpresa pero no retrocedió. No se iría de ahí hasta que le dijeran donde estaba Sooah.

—De cómo gritaba por más, como despertaba conmigo cada mañana y como le daba besos en los labios de la manera más jodidadamente caliente que puedas imaginar. Es una puta diosa en la cama, debes de saberl~ —no pudo terminar con sus palabras, Yoonoh no controló sus impulsos y se abalanzó sobre de él, golpeando como loco hasta el punto de tener el rostro rojo de ira—

Su enojo e impulso lo había llevado a eso. Sus mentiras habían provocado que su mujer estuviera con otro hombre y que le dijeran las cosas, que dudaba que fueran ciertas.
Las imágenes en su cabeza de que Taeyong la estuviera tocando, le provocaban aun más coraje del que ya tenía, su cabello fino en la almohada de otra cama, sus labios entreabiertos debido al placer que él nunca le pudo dar.

—¡TE VOY A MATAR HIJO DE PUTA! —el peliazul sabía que no lo haría, era un simple maricon—

En un descuido Taeyong soltó el arma, Yoonoh aprovecho ello, la tomó de manera rápida, para después proceder a sonreír psicópatamente y apuntar a la cabeza del peliazul y finalmente..........


















Jalar del gatillo

𝑴𝒂𝒇𝒊𝒂'𝒔 𝒐𝒃𝒔𝒆𝒔𝒔𝒊𝒐𝒏 [𝑳𝒆𝒆 𝑻𝒂𝒆𝒚𝒐𝒏𝒈]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora